Algunas cuestiones suscitadas por mi marcha del Máster de la UAM. Las piezas del puzzle.

Ilustración de John Cassaday para su obra conjunta con Warren Ellis Planetary.

Ilustración de John Cassaday para su obra conjunta con Warren Ellis Planetary.

A raíz de mi post informando de los motivos de mi abandono del Máster en Intervenciones Asistidas y Etología Aplicada de la UAM se ha generado en mis redes sociales un inteligente, respetuoso y saludable debate, lo que no podría parecerme mejor, pues exponiendo diferentes formas de ver y pensar podremos entenderlas y a posicionarnos de manera informada al respecto. Si no sabes de qué hablo en este enlace a mi  Facebook puedes leer el hilo del debate completo

Me alegra particularmente que no hayan aparecidos argumentos personales (ad hominem), en los que se descalifique a quienes piensan de manera distinta.

Afirmar que quien piensa de manera diferente a nosotros lo hace porque es estúpido, desinformado, malicioso o porque esconde motivos ocultos es mezquino y únicamente muestra o bien el deseo de dañar o bien la incapacidad para el debate de quien lo hace, si no ambas cosas.

Tampoco han aparecido en quienes tienen dudas sobre lo adecuado de mi postura -pese a que casi todos quienes han escrito son profesionales del sector- argumentos de autoridad, afirmando que la trayectoria de alguien hace válidas/inválidas su ideas.

Estas premisas son básicas para el debate (y para la ciencia misma): debemos, y creo que lo hago en mi escrito original, suponer la misma buena fe que tenemos y el mismo derecho a exponer sus argumentos a quien piensa diferente a nosotros, incluso a quien piense lo opuesto. Solo eso puede hacernos avanzar, solo eso puede ayudarnos a entender al otro.

Partir de la base de que quien cree lo contrario a nosotros es muy malo o muy tonto y nosotros, en cambio, somos estupendísimos de la muerte, solo sirve para reclamar adhesiones sectarias y promover el enfrentamiento de personas en lugar del debate de ideas, y, en general, para volver el mundo un lugar un poco más triste y un poco más oscuro.

Al fin y al cabo si un argumento es absolutamente estúpido o alguien muestra ignorancia supina resultará evidente y será un aval para quien piense lo contrario, sin necesidad de descalificar a quien lo expone. Se ataca a los argumentos, no a las personas.

Sin embargo, sí asoma en algunos puntos que se mencionan en este debate la sombra de la falacia del hombre de paja, que es suponer o atribuir al otro cosas que no ha dicho, y luego llevar el debate hacia esas cosas.

Por eso empezaré por aclarar lo que he dicho, o puede lícitamente interpretarse de mis palabras, y lo que no he dicho y no puede interpretarse de mis palabras.

Lo que he dicho:

  1. No me parece ético el entrenamiento de animales salvajes para interactuar con las personas más allá de lo que sea estrictamente necesario para su cuidado.
  2. No me parece ético el entrenamiento de habilidades o conductas que no redunden en un bien directo para el animal salvaje, aunque se entrenen de manera amable.
  3. No me parece ético el entrenamiento de animales salvajes para su uso en publicidad, filmaciones, fiestas privadas o eventos similares. Aunque no lo he dicho esto se amplia a que tampoco me parece ético el trasladarlos a nuestra voluntad para realizar estas u otras actividades afines.
  4. No me parece ético ofrecer interacciones lúdicas con animales salvajes docilizados, sea con fines comerciales directos o indirectos, sea con fines promocionales o con cualquier otro objetivo, por noble que fuera.
  5. Creo que todas las prácticas antedichas promueven y perpetúan el mascotismo, la objetualización y el abuso comercial de los animales salvajes.

Consecuentemente NO me parece bien participar en ninguna actividad que lleve a cabo o promueva dichas prácticas, por lo que dejo el Máster.

Estas premisas no son las de ningún extremismo animalista, sino que son compartidas y se están adoptando mayoritariamente incluso por parte de los zoológicos, como bien muestran las múltiples ponencias, publicaciones y posters referidos al tema realizadas por dichas entidades, que no parecen ser ningunos radicales del animalismo. Lo cierto es que sobre estas premisas existe algo muy cercano a la unanimidad en todas las entidades con peso específico real de entre las que mantienen animales alojados, nadie cree que ver tigres paseando de la correa sea bueno para ellos, por el contrario existe acuerdo casi universal entre dichas entidades (no animalistas) en que estas prácticas son nocivas y deben abandonarse.

Por tanto más bien pueden considerarse estas unas medidas de mínimos de aceptación generalizada -casi más bienestaristas, que animalistas- que el summum del animalismo más extremo y feroz. Quien afirme lo contrario o está equivocado o desea desvirtuar la verdad para dar volumen, que no fuerza, a sus argumentos.

Lo que NO he dicho ni pienso.

  1. NO he dicho, ni pienso, que todos los animales salvajes puedan ser reintegrados a la naturaleza.

Sé perfectamente, pues tengo relación y he colaborado de manera repetida (siempre sin lucro) con diversas entidades de recuperación de animales salvajes, que muchos animales por su historial y condiciones de vida no pueden ser reintegrados en modo alguno a entornos naturales. Estos animales deben ser mantenidos y cuidados hasta el final de sus vidas en instalaciones adecuadas para ellos, pero creo que en modo alguno deben ser entrenados, utilizados o trasladados de manera repetida para los fines citados en los cinco puntos anteriores.

  1. NO he dicho que esté en contra de todas las instalaciones de alojamiento de los animales.

De hecho no he dicho que esté en contra de ninguna, aunque sí estoy en contra de todas aquellas que priman el aprovechamiento comercial de los animales y lo perpetúan, sin embargo apoyo plena y explícitamente a todas aquellas que se centran en el cuidado de animales no reinsertables y en la promoción de medidas legislativas y educativas para que progresivamente disminuyan los animales salvajes que necesiten vivir en cautividad.

  1. NO he dicho que no se deba entrenar a los animales salvajes que están alojados en instalaciones, sea de manera temporal o permanente.

El entrenamiento para cuidados veterinarios es una necesidad que defiendo de manera explícita y pública.

Me parece bien enseñar a un animal a colocar su pata en un lugar para que se le pueda extraer sangre de manera fácil, que se haga lo mismo sobre la pierna de una persona me parece innecesario e inadecuado, creo que desvirtúa la imagen del animal, lo objetualiza y es negativo para su conocimiento y conservación, así como para la formación de futuros profesionales del sector.

  1. NO he dicho que no se deba aportar enriquecimiento ambiental a los animales salvajes

Por el contrario creo y he dicho en varias ocasiones que SE DEBE APORTAR ENRIQUECIMIENTO AMBIENTAL a cualquier animal que se vea obligado por sus circunstancias a permanecer en cautividad.

Pero creo que (1) jugar o interactuar repetidamente con alumnos o visitantes, (2) ser entrenados para habilidades atractivas que no aportan más beneficios al animal que un premio y/o (3) ser trasportados a diferentes lugares para filmaciones o festejos no puede ser entendido como enriquecimiento ambiental de ninguna manera y que no debería presentarse como tal.

  1. NO he dicho que no se deban buscar formas de financiación para que las entidades que alojan animales salvajes puedan continuar haciéndolo de manera digna y eficaz.

Ni siquiera he dicho que no puedan obtener beneficios lícitos, aunque creo que deberían ser reinvertidos en el bienestar de los propios animales, ya sea directamente de los alojados, ya sea a través de programas educativos al respecto. Lo que sucede es que creo que esta financiación debe hacerse a través de medios que cumplan la premisas antes mencionadas. Por ejemplo, visitas educativas a las instalaciones, apadrinamientos, actividades formativas ¡claro que sí! respetuosas con los animales y otras similares. Tanto es así, que he organizado y llevado a cabo algunas de estas actividades para ayudar a la obtención de fondos para Rainfer.

Además el número de entidades de cuidado y protección animal que se financian y/o promocionan mediante el uso publicitario o la interacción lúdica de personas con sus animales es completamente residual y anecdótico.

De hecho, creía inicialmente que la participación en el máster podría ofrecer una alternativa de reconversión financiera a entidades participantes que pudieran tener un modelo de negocio basado en el uso de animales para publicidad, festejos, filmaciones o similares, facilitando que abandonasen dichas prácticas y se reconvirtieran a un enfoque más similar al de santuarios o entidades similares. Pues entiendo también la problemática laboral de las personas que trabajan en estos lugares, creo que no ha sido así en absoluto.

Por supuesto, esto no implica el análisis de otras prácticas con las que yo pueda no estar de acuerdo, como las exhibiciones en zoológicos, que serían objeto de otro debate.

Pero usar -en muchos casos trasladándoles una y otra vez- los animales para filmaciones publicitarias o eventos, así como ofrecer a las personas que “jueguen” con ellos es una práctica que ninguna entidad mínimamente relevante de entre las que alojan animales usa para financiarse. Por lo que plantear que esta es una forma necesaria o frecuente para financiar el cuidado de animales salvajes que deben ser mantenidos en cautividad es falso, y nuevamente muestra o bien el desconocimiento o bien la mala fe de quien lo emplea como argumento.

Me señalan en el debate que la ética es personal, que cambia con el tiempo y que, de hecho la mía ha cambiado a lo largo de los años. Esto no solo es completamente cierto, sino que añado el hecho de que la ética se mueve en el terreno de las creencias y no del conocimiento

Obviamente, esto es lo que creo correcto ahora, y quizá no piense lo mismo dentro de cinco años, pero lo bueno de argumentar las posiciones es que expongo los motivos y así en caso de cambiar puedo también explicar el porqué.

No pretendo, ni he pretendido nunca otra cosa que decir que MI ética me hace abandonar el Máster, y que les supongo a las persona que piensan lo contrario una convicción similar de estar actuando de la mejor manera posible para el bienestar de los animales. Puedo afirmar que creo que algo es bueno o malo para los animales, pero jamás que quien piensa otra cosa es mala persona o no desea lo mejor para los animales, siempre partiré de la base de que lo pensará de buena fe.

A última hora veo que mi (espero que aún) amigo Curro Castillo suma a la ecuación “los hechos consumados”, opino que a nadie se le debe descalificar en este aspecto por lo que hizo ayer, pero sí debe cuestionarse lo que hacemos hoy y lo que proponemos hacer mañana.

Puede suceder que nuestras ideas sobre lo que es adecuado cambien, como bien señalan que me ha sucedido a mí, pero si esto no conlleva un cambio en nuestros actos -en nuestra praxis- será:

  1. En el peor de los casos un subterfugio, un eufemismo, para seguir haciendo lo de siempre pero “explicado bonito” y de manera que resulta atractivo para el comprador. El mismo perro con distinto collar.
  2. Y en el mejor, una manera de engañarnos a nosotros mismos para sentir que nuestra práctica es correcta y ética. Porque es un sesgo muy común que para autojustificarnos usemos los nuevos argumentos, con un par de giros y arreglos, para mantener las mismas prácticas. Eso sencillamente es mentirnos por el miedo a abandonar lo que llevamos mucho tiempo haciendo, por el miedo a reconocer que lo que nos parecía bien pudiera ser malo, y por la inseguridad ante la idea de aprender nuevas maneras de hacer las cosas.

En este aspecto mi opinión es clara, nadie debe arrastrar más equipaje que la voluntad de hacerlo lo mejor posible hoy, ahora.

Por último decir que creo que he actuado lealmente con el Máster y con mis compañeros, pues (1) he esperado para anunciar mi marcha a que se hubieran completado las matrículas de este año, (2) he informado de lo que iba a hacer y, como parte de la dirección estaba de vacaciones, en ese momento (3) he esperado a su vuelta y (4) he aceptado ajustar mi escrito de acuerdo a sus indicaciones, puesto que ninguna de ellas implicaba desvirtuar su sentido principal. También (5) he expuesto en mi texto los argumentos contrarios a los míos, (6) he afirmado creer en la buena fe de quienes piensan de manera opuesta a la mía y (7) he afirmado que todos los participantes están cualificados para enseñar lo que enseñan en el Máster, (8) confirmando la calidad técnica a nivel formativo del Máster.

Creo que abandonarlo sin exponer los motivos podría dificultar la elección informada de aquellos alumnos que pudieran no saber de mi marcha, o suponer que se debía a exceso de agenda u otros motivos similares, y ver mi participación como algún tipo de aval o garantía de que la filosofía del Máster es coincidente, o al menos compatible, con la mía en temas de ética animalista. Y no lo es.

Pero la lealtad no es lo mismo que la omertá y el debate ético nada tiene que ver con el linchamiento de personas o colectivos.

Y en nuestro país, en el sector del entrenamiento de animales, solemos confundir el disenso con la enemistad, la crítica con el ataque personal y, tristísimamente, la lealtad con la ley del silencio.

Por eso quiero terminar con un agradecimiento especial a mi amigo y colega David Ordóñez, co-director del Máster Universitario en Intervención Asistida por Animales de la UNIA, único Máster oficial de la especialidad en nuestro país, en el que participo, que en lugar de considerar que la publicación de mi texto me convertía en un ponente “peligroso” e incómodo me ha manifestado públicamente su adhesión y comprensión. Esta manera de actuar es consustancial con David y por ello es probable que le sorprenda que lo valore tanto, pero eso ¡solo me hace valorarlo más! Resalao, que eres un resalao 😉 😉

Dejo en el tintero la diferenciación entre animales salvajes y domésticos a la hora de entrenarles, educarles y convivir con ellos. Pero, puesto que estoy haciendo un trabajo extenso sobre ese tema, prometo que a la vuelta de mi viaje a Uruguay publicaré algo al respecto, aunque no será rápido.

Muchas gracias por vuestros textos, por vuestras preguntas y por exponer las diferencias de criterio. Siempre he dicho que prefiero estar en desacuerdo con quienes creen y se mueven en el debate de ideas, que de acuerdo con quienes prefieren el simplismo de las consignas, buscan la adhesión sectaria y potencian el ataque o el desprecio del oponente.

Liniers siempre lo ha dicho todo antes, mejor y con más ternura.

Liniers siempre lo ha dicho todo antes, mejor y con más ternura.

Generalidades de nuestra propuesta de entrenamiento para zoos y acuarios.

Como ayer estuve respondiendo a los comentarios de mi anterior entrada, y además tuve que dedicar parte del día a escribir a algunas entidades que trabajan en enriquecimiento y bienestar animal sobre nuestro trabajo, he tenido que exponer muy sucintamente algunas de nuestras ideas sobre entrenamiento de animales, particularmente creo que los animales alojados en Zoos serían los más beneficiados de la adopción de un modelo cognitivo-emocional de entrenamiento. He pensado que podía compartir con vosotros, en forma de post, estas ideas generales.

En los últimos años se han llevado a cabo una serie de descubrimientos y desarrollos sobre aprendizaje y conducta, sobre tipos de reforzadores su funcionamiento e interrelación, nuestro punto de partida es que estos conocimientos deben traducirse en técnicas nuevas para el entrenamiento y bienestar animal.

Como consecuencia de lo anterior podemos deducir que los modelos de entrenamiento animal que se están utilizando tienen algunas limitaciones y pueden generar mermas en la calidad de vida de los animales, particularmente de los que se encuentran alojados en instalaciones zoológicas.

Existen varios ejemplos muy claros:

En primer lugar está el hecho de que existen una serie de conductas que el animal realiza espontáneamente cuando se encuentra emocionalmente saludable y que resultan intrínsecamente reforzantes, esto es, que no necesitan de ningún elemente externo al animal para realizarse. El animal las realiza porque se encuentra bien y para encontrarse bien. El animal disfruta de hacerlas “per se”.

Se ha comprobado que cuanto más premiamos con reforzadores primarios como la comida estas conductas de bienestar, tanto más disminuye su valor auto-reforzante y se realizan menos de manera espontánea. Esto quiere decir que si premiamos los saltos de los delfines con pescado para poder incorporarlos al entrenamiento y show estaremos disminuyendo la posibilidad de que disfrute de saltar en el tiempo en el que no está trabajando con sus entrenadores, que es la mayor parte de su tiempo, esto se traducirá en una merma en la calidad de vida del animal, puesto que hemos disminuido la posibilidad de que realice una conducta que le causaba bienestar emocional.

El entrenamiento actual debe ser capaz de potenciar la aparición de estas conductas de bienestar o, al menos, no disminuirla. En EDUCAN hemos desarrollado recursos técnicos y protocolos para conseguirlo.

También se sabe que no se gestionan de igual manera los refuerzos externos, que provienen del entorno, que aquellos que provienen del grupo social y son de naturaleza afectiva, la sobreabundancia de refuerzos del entorno causa una hiper-atención sobre este y una progresiva desvinculación del individuo con respecto del grupo social y de los refuerzos afectivos que surgen en este. Al entrenar principalmente con técnicas operantes aumentamos la atención de los animales sobre su entorno, lo que en un animal que vive en un entorno limitado, como son todos los alojados en instalaciones zoológicas, llevará, por el enfoque de su atención, a que esté necesariamente poco estimulado.

Las técnicas operantes, además, merman la interacción social por lo que disminuiremos el interés del animal por relacionarse con los otros animales con los que se aloja, incluso negativizando su presencia por ser competidores para obtener las recompensas que el entorno ofrece. Por ello el entrenamiento demasiado centrado en recursos operantes hará que disminuyan las interacciones afectivas y lúdicas entre los animales que viven juntos, pudiendo incluso aumentar el número de agresiones y la tensión de la convivencia.

El entrenamiento debería hacer lo contrario, potenciar el ámbito social lo que sería enriquecedor, puesto que la riqueza y complejidad de la interacción social, incluso en cautividad, es una de las más poderosas armas de las que disponemos para garantizar una vida emocional saludable al animal (obviamente aquí me refiero a animales sociales). Esto no es complejo cuando se sabe cómo incorporar el afecto como elemento de trabajo de manera adecuada. Se ha huido sistemáticamente del uso del afecto como motor de conducta en los protocolos de entrenamiento más operantes, en otros casos en los que entrenadores empáticos se han preocupado por vincularse emocionalmente con aquellos animales que entrenaban, se han dado situaciones de hiper-apego y dependencia que aún causaban un mayor malestar al animal, pues se encontraba infeliz excepto cuando podía interactuar con su entrenador, llegando a rechazar el contacto con los otros animales alojados con él. Un protocolo que entrena y equilibra de manera adecuada el uso del afecto es prioritario para mejorar la competencia social de los animales sociales alojados y su calidad de vida.

Otra carencia de los modelos imperantes de entrenamiento es que no trabajan sobre la capacidad del animal de gestionar correctamente el estrés, incluso intentado evitar su aparición a toda costa, algo que empeorará en el medio plazo dicha capacidad. De ello resulta una gran cantidad de animales que se afectan fuertemente por situaciones que realmente no son importantes. Esto también disminuye la calidad de vida de los animales, siendo muy fácil mejorar la capacidad de los animales de gestionar el estrés a través de protocolos relativamente sencillos, como los que hemos propuesto en el Zoo de Madrid.

Estos son sólo algunos de los planteamientos más sencillos y evidentes que surgen a consecuencia de los nuevos conocimientos que comentaba al principio, la realidad es que existen otros muchos parámetros de los procesos de entrenamiento que pueden y deben ser reajustados.

Nuestro objetivo es hacer del entrenamiento una herramienta holística de mejora de la calidad de vida de los animales, considerando los resultados en exhibiciones como una parte importante de los objetivos, pero siempre supeditada a la influencia global del entrenamiento en la vida del animal.
…Y si queréis ver todo esto en vivo, os invito a nuestro concurso de Facebook para acompañarme en una sesión de entrenamiento con leones marinos bebés :).

My sea lion is rich and the dolphin is in the kitchen.

Finalmente el lunes día doce me tocó hacer la presentación oral en la EAAM (European Association for Aquatic Mammals) en la que hablaba de algunas de las conclusiones e ideas que hemos extraído conjuntamente el equipo de entrenadores del Zoo de Madrid y el equipo de EDUCAN sobre el trabajo desarrollado desde hace más de un año para incorporar un modelo de entrenamiento cognitivo-emocional para mamíferos marinos. El título de la presentación era “Más allá del condicionamiento operante: resultados de aplicar un modelo de entrenamiento cognitivo-emocional en leones marinos”, pero en inglés que suena como más y parece que cuentas algo un taco de serio.

Tenía que hacer la presentación en inglés, lo que me causó bastante estrés (del chungo, del más chungo que haya). Me gustaría deciros que la cosa salió mucho mejor de lo que esperaba y que al final todo el mundo me palmeó los hombros diciéndome que en realidad mi inglés no era tan malo y que era más la preocupación que el problema. En absoluto fue así, mi inglés es exactamente tan malo como sabía que era, por lo que resulté todo lo parecido que se pueda a Paco Martínez Soria declamando un texto original de Chaucer. Afortunadamente, en previsión de esto, nos encargamos de repartir copias escritas de la ponencia y además proyectamos su texto íntegro, aunque eso nos hizo renunciar al uso de videos (no viviré bastante para pedirle suficientemente perdón por esto a nuestra compañera Conchippola, que ha grabado, editado y preparado toda la progresión. Tienes mi promesa de que en la próxima el video será el protagonista).

Bien, muy resumido, lo que explicamos en la presentación fue lo siguiente (el texto se ha extraído y simplificado de nuestra ponencia Beyond Operant Conditioning: Results of applying a cognitive emotional training model to sea lions )

INTRODUCCIÓN Y ANTECEDENTES

El entrenamiento actual de animales usa principalmente técnicas derivadas del condicionamiento operante, la incorporación de técnicas y protocolos derivadas del condicionamiento operante fue un hito en el entrenamiento de animales, pasamos de modelos artesanales de entrenamiento, dependientes de las capacidades personales de los entrenadores a un modelo técnico que nos permitía prever y planificar nuestro trabajo. El entrenamiento derivado del condicionamiento operante se caracteriza por:

  • Refuerzos individuales, sin valor social
  • Refuerzos extrínsecos
  • Papel secundario de los procesos emocionales, salvo que surjan problemas, como el miedo o la agresión, no se da un valor alto a las emociones que presenta el animal.
  • Papel secundario de la etología del animal, nos centramos en lo común, en las reglas de aprendizaje que son compartidas por muchas especies, entre ellas la nuestra.
  • El entrenamiento es valioso por sus aplicaciones en el manejo de los animales y su exhibición, la misma palabra “operante” hace referencia a la funcionalidad operativa.

Los protocolos de entrenamiento derivados de este modelo son generalistas, casi iguales para especies diferentes. Esto ha sido una importante ventaja, pues nos ha dado herramientas aprovechables en casi cualquier especie, el condicionamiento operante es el “esperanto”, el idioma universal del aprendizaje, conociendo sus reglas podemos llegar a un entrenamiento muy eficaz.

Este modelo de entrenamiento es funcional pero obsoleto respecto a lo que hoy sabemos sobre aprendizaje y conducta
. Es el momento no de desechar lo conocido, que sabemos eficaz, sino de ampliarlo, complementarlo, ampliarlo…

Los conocimientos actuales permiten y hacen recomendable:

  • Diseño de protocolos de entrenamiento especie-específicos. Existen características conductuales y de aprendizaje propias en cada especie, que nos permiten enseñar a cada una de diferente manera, como puedan ser por ejemplo la facilidad imitativa de los póngidos o el gusto por solucionar problemas de muchos cetáceos y otáridos.
  • Aprendizaje comprensivo.
  • Uso de refuerzos sociales. Las especies sociales tienen una especial facilidad para establecer vínculos afectivos y ofrecer conductas como forma de comunicarse y alcanzar objetivos grupales, esto puede y debe aprovecharse en el entrenamiento. El afecto entre animal y entrenador durante el entrenamiento suele evitarse o ser aprovechado de manera intuitiva lo que genera que no exista vinculación afectiva en el primer caso, impidiendo que el entrenamiento sea socialmente enriquecedor, o que puedan surgir, en el segundo caso, problemas de dependencia o hiperapego del animal respecto a su entrenador por potenciar la relación entre ellos de manera desordenada.
  • Construcción y aprovechamiento de refuerzos intrínsecos.
  • Mejora de la gestión emocional de los animales. La calidad de los estados emocionales que evoque el animal durante su entrenamiento debe ser el primer evaluador de la calidad de este.
  • El entrenamiento es también, y sobre todo, valioso como enriquecimiento de la vida del animal

El entrenamiento de animales tiene que convertir los avances del conocimiento en protocolos de trabajo eficaces.

Nuestro proyecto propone un modelo de entrenamiento que incorpora y aprovecha estos parámetros de manera sistemática y ordenada esto permite aprovechar unos procesos que, en realidad, todos los entrenadores con experiencia usan de una u otra manera, pero de una manera organizada y evaluable.

OBJETIVOS

Sistematización de un protocolo de entrenamiento especie-específico reproducible y con evaluadores fiables de éxito/avance, frente al aprovechamiento intuitivo que se hace de la mayoría de los procesos implicados en el aprendizaje y generación de conducta de los animales que no son condicionamiento operante.

Aprovechamiento del afecto entre el animal y su entrenador como motor de conducta, frente al uso único de recompensas
para conseguir la ejecución de destrezas. Los entrenadores son amigos de los animales, no dispensadores de comida.

Evaluación y búsqueda de la diversión del animal para motivarle a entrenar
, frente a estimularle únicamente con recompensas de comida.

Entrenamiento como contexto donde realizar actividades divertidas y que suponen estimulación mental y física para el animal, frente a la visión de enseñar y exhibir habilidades vistosas pero que no implican necesariamente una mejora de la calidad de vida del animal.

Tras esto explicábamos como se divide el modelo en entrenamiento c-e de tres etapas, así como los objetivos y protocolos de trabajo de cada una de ellas, la forma de tomar los datos y otras explicaciones sobre cómo se ha llevado a cabo todo el trabajo, después expusimos los resultados:

RESULTADOS Y CONCLUSIONES

Beneficios generales

Aunque el número de animales es muy escaso como para llegar a conclusiones definitivas, el conjunto de los datos recogidos y las opiniones de los entrenadores coinciden en señalar los siguientes beneficios:

  • Disminución de la cantidad de refuerzos primarios extrínsecos (pescado) para mantener o mejorar la calidad del entrenamiento.
  • Mayor consistencia de las conductas entrenadas.
  • Mejora de la relación de los animales con los entrenadores, en algunos casos prefiriendo el contacto afectivo y/o lúdico a la obtención de recompensas con comida.
  • Disminución del estrés en los animales, mejora de su gestión y disminución de los altibajos emocionales durante el entrenamiento.
  • Mejora general de la conducta de los animales en la instalación e interacción con otros individuos, si bien se simultanearon procesos de castración química que no nos permiten concluir qué parte de esta mejora es atribuible al cambio de protocolo de entrenamiento.

Problemas y limitaciones

  • Generales: Por las características del modelo de entrenamiento se hace necesario que nuevos entrenadores que se incorporen al equipo deban realizar la etapa de vinculación y comunicación para mantener los resultados obtenidos por los entrenadores ya vinculados al animal.
  • Leones marinos de California: Eddie y Elvis mostraron un aumento puntual de sus niveles de estrés durante el planteamiento de problemas (aprendizaje comprensivo), que se gestionó exitosamente a través del uso del espacio de calma entrenado al efecto.
  • León marino de la Patagonia: Simón tuvo una dificultad importante para conseguir secuencias largas de conductas que se reforzaran de manera intrínseca, lo que sólo se ha conseguido de manera ocasional. Esto es atribuido por los entrenadores al carácter tranquilo del ejemplar.

El conjunto de participantes en este trabajo compartimos que el modelo propuesto aporta:

  • Respecto al entrenamiento de los animales:
    • Trabajo más ordenado y sistemático
    • Toma de datos fiable
    • Facilidad de elección de criterios y momentos de avance
    • Facilidad de planificación de sesiones y exhibiciones
  • Respecto a los animales:
    • Un modelo especie-específico de entrenamiento mejora los resultados y aumenta los beneficios que los animales reciben al ser entrenados.
    • Potenciando procesos de refuerzo intrínseco los animales disfrutan más de su entrenamiento y se reduce la necesidad de reforzadores extrínsecos.
    • La relación afectiva de los animales con sus entrenadores puede ser un elemento de enriquecimiento social para los animales sociales.
    • La activación de procesos cognitivos implica una mayor consistencia del entrenamiento y una mayor implicación del animal en el proceso.
    • La incorporación de espacios de calma y juego permiten gestionar de manera óptima las alteraciones emocionales que surgen durante el entrenamiento.

Recomendaciones

  • En nuestra opinión los beneficios y resultados antes descritos hacen recomendable incorporar los procesos de aprendizaje comprensivo, refuerzo intrínseco y gestión emocional no solo en los leones marinos, sino en cualquier especie sometida a entrenamiento.
  • La vinculación afectiva entre animal y entrenador no debe ser evitada o dejada a la intuición del entrenador, sino tutelada y optimizada para que sea útil como refuerzo y enriquecimiento social para el animal.
  • Tener protocolos sistematizados de trabajo con evaluadores objetivos de éxito/avance permite una toma de datos sencilla, mayor rapidez en la adquisición de destrezas del entrenador y un entrenamiento más consistente, también disminuye los sesgos, permitiendo unificar resultados y replicar las condiciones experimentales cuando se llevan a cabo investigaciones usando animales entrenados.

Lo cierto es que después de la ponencia se nos acercaron bastantes personas para consultarnos acerca del entrenamiento c-e, supongo que porque no entendieron cuando lo expliqué en inglés 🙂 , esto nos ha permitido contactar con colegas de varias partes del mundo y compartir experiencias muy enriquecedoras.

Por nuestra parte, y en conjunto con el equipo de entrenadores del Zoo de Madrid, hemos preparado dos nuevos proyectos para presentarle a la directiva de dicha institución: iniciar el entrenamiento de las crías de león marino que han nacido en el Zoo con el protocolo que hemos desarrollado durante este año (por cierto que no olvido mi promesa y ya mismo se pone en marcha un concurso en nuestro Facebook para que varios de vosotros me podáis acompañar a conocer a los bebés de león marino) y entrenar completamente a algunos delfines con un modelo c-e, evaluando la incidencia que tiene el modelo de entrenamiento en la realización espontánea de conductas intrínsecamente satisfactorias por parte del animal durante el tiempo que no está siendo entrenado ni en exhibiciones, pero esta es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.

40th Annual Symposium of the European Association for Aquatic Mammals: “Más alla del condicionamiento operante…”.

Como bien sabéis quienes seguís este blog, en EDUCAN hemos dedicado más de un año de trabajo con el equipo de entrenadores de mamíferos marinos del zoo de Madrid para que estos incorporasen un modelo de entrenamiento cognitivo-emocional. También sabréis que la cosa ha ido bien.

Por esto la dirección técnica del Zoo de Madrid nos propuso plasmar los resultados en una presentación oral que se hiciera en el cuadragésimo simposio anual de la “European Associatión for Aquatic Mammals”, que traducido es “Asociación Europea de Mamíferos Marinos”, ya que este año se celebraba en sus instalaciones. Esto me hizo mucha ilusión, pues es un foro científico muy reputado. Para poder presentar allí un trabajo es necesario enviar un abstract (en inglés, y ahora volveré sobre esto) y que su comité científico lo apruebe.

Así que me puse a preparar la presentación y el abstract, que podía tener un máximo de doscientas palabras, lo que me hizo sudar tinta porque lo de escribir corto me cuesta más que un informe de la Fundación Noos.

Con la imprescindible colaboración de mi compañera Noemí Baniandrés lo tradujimos al inglés y lo presentamos, conmigo como primer autor y Carlos de las Parras, jefe del equipo de entrenadores de mamíferos marinos del Zoo de Madrid, y el resto del equipo de entrenadores del Zoo de Madrid como coautores.

Pues van los del comité científico y lo aceptan.

Ya la hemos liado.

Porque hasta que me enviaron el mail (en la lengua de Shakespeare) de aceptación con muchas congratuleisions de esas por el interés del trabajo y esas cosas no quise ser consciente de un hecho evidente: que ahora tengo que hacer una presentación ORAL de quince minutos en inglés, y si bien me apaño bastante bien leyéndolo, sobre todo en textos técnicos y científicos de las áreas que más me interesan, hablarlo es otra cosa. No soy estrictamente igual a Sir Laurence Olivier interpretando a Hamlet (ni siquiera las mallas negras me quedan igual de bien).

Podríamos decir que ponerme a mí a leer un texto en inglés en una convención científica internacional es algo muy similar a enviar a Chiquilicuatre a Eurovisión. Así que vamos a tener una especie de mix entre sesuda presentación y el club de la comedia.

Ahora me quedan dos cosas por hacer: aprender cómo se pronuncia correctamente todo lo que tengo que decir y esperar que la comunidad científica europea tenga grandes cantidades de buena disposición y sentido del humor.

En todo caso os copio el abstract en inglés y en castellano, porque creo que es de interés para los que habéis seguido este tema. Cuando haya realizado la presentación oral también pondré aquí el texto por idéntico motivo.

“Beyond operant conditioning: Results of applying a cognitive-emotional training model to sea lions.”

“Learning and animal behavior are more complex process than previously thought. The potential affective relations, their emotions, cognitive abilities and the possibility that a learned behavior can be self-rewarding are elements not used in their training except occasionally and intuitively. In order to incorporate them systematically we propose a training model divided in stages and phases, with standardized protocols that can be reproduced and evaluated objectively. This model builds and evaluates the quality of the relationship and communication between animal and trainer, the teaching of behaviors, their understanding through the cognitive process of problem resolution, and, finally, that its execution activates internal reinforcement processes in the animal. The model has been applied to two California sea lions and three South American sea lions of Madrid zoo, showing a decrease in the stress inherent to training, the use of primary reinforcements and in training time. Moreover, it has been achieved that training sessions and exhibitions turn out more rewarding for the animals, therefore we recommend incorporating cognitive-emotional processes to the training of these and other species.”

Que en castellano viene a ser:

“Más allá del condicionamiento operante: Resultados de aplicar un modelo cognitivo-emocional de entrenamiento en leones marinos”.

“El aprendizaje y la conducta de los animales son procesos más complejos de lo que se pensaba. Las relaciones afectivas que pueden establecer, sus emociones, sus capacidades cognitivas y la posibilidad de que una conducta aprendida pueda resultar auto-satisfactoria son elementos que no se aprovechan en su entrenamiento excepto de manera ocasional e intuitiva. Para incorporarlos de manera sistemática proponemos un modelo de entrenamiento dividido en etapas y fases, con protocolos de trabajo que pueden ser reproducidos y evaluados de manera objetiva. Este modelo construye y evalúa la calidad de la relación y comunicación entre animal y entrenador, la enseñanza de conductas, la comprensión de estas a través del proceso cognitivo de solución de problemas y, por último, que su ejecución active procesos de refuerzo interno en el animal. El modelo ha sido aplicado en ejemplares de león marino de California y león marino de la Patagonia del Zoo de Madrid, obteniendo una disminución del estrés inherente al entrenamiento, del uso de refuerzos primarios y del tiempo de trabajo, también se ha conseguido que sesiones de entrenamiento y exhibiciones resulten más enriquecedoras para los animales por lo que consideramos recomendable incorporar los antedichos procesos al entrenamiento de esta y otras especies.”

Deseadme suerte a mí y paciencia y buen oído a los demás asistentes.

Corazón de león (marino, of course)

No puedo evitar escribir este post comentando la emocionante experiencia que ayer nos brindaron los leones marinos, particularmente uno, del Zoo de Madrid.

Como sabéis llevo más de un año formando a los entrenadores del Zoo para cambiar su protocolo de entrenamiento conductista por uno cognitivo-emocional, esto es difícil con un equipo y unos animales que tienen que hacer varias exhibiciones cada día porque la introducción del nuevo modelo debe hacerse sin que se afecte la calidad de las conductas entrenadas de la anterior manera, algo que suponía un reto, pues hasta ahora siempre que había trabajado con entrenadores y animales experimentados no tenían problema en que se perdiera temporalmente la eficacia del entrenamiento.

La pieza clave para el éxito ha sido el equipo de entrenadores de mamíferos marinos, desde una cierta y muy razonable suspicacia inicial (¿quién es este tío de los perros que dice que los bichos pueden trabajar sólo para divertirse y para hacer algo junto a sus amigos humanos? Y sobre todo ¿qué ha fumado y quién es su camello?) hemos avanzado a tener una total confianza, además Carlos de las Parras, el jefe del equipo, y yo hemos conectado perfectamente, con un sentido del humor salvaje muy similar (creo que hemos horrorizado a buena parte de la gente que nos escuchaba) y una visión común del entrenamiento de animales que se aleja de la mística del “don inexpresable” y se centra en el trabajo continuado y consistente sobre conocimientos de calidad, ha sido el responsable de un equipo de entrenadores con el que más fácil me ha sido trabajar en toda mi trayectoria. Con mucha diferencia. Gracias Roy, Miguel, Carlos, Cacha, Pablo, Arancha, Craig, Roy, Berta e Irene (también tú Antonio, pero coño ven más).

Pero vamos al turrón, que empiezo con agradecimientos y ñoñerías varias y se me va la pinza, ya me extenderé en ese tema cuando toque. El caso es que ayer teníamos sesión de trabajo. Era una sesión relevante porque sería la primera en la que retiraríamos en varios leones marinos completamente el refuerzo primario (la comida) para dejar solamente procesos de refuerzo social (uso del afecto) y de auto-refuerzo de las conductas previamente entrenadas. El final del camino, vaya.

Lo cierto es que por diferentes motivos llevábamos tres semanas sin que yo fuera al Zoo y además dejaba en casa a uno de mis perros que está recién operado, mi cabeza no estaba al cien por cien en el trabajo y mi idea era repetir el último entreno que hicimos y dejar este avance, el más importante, para la semana siguiente. Pero en el Zoo el equipo de entrenadores había hecho los deberes y los animales tenían volumen de entreno de la fase anterior como para poder avanzar y, como es lógico, todos querían ver (¡por fin!) cómo se portarían los animales cuando supieran que, después de años de trabajo con refuerzos primarios, ya no aparecería comida durante la sesión de trabajo. Así que de repetir la sesión anterior nasti, era día de todo o nada.

Empezamos con Simón, un Patagonia que está muy vinculado a Pablo el entrenador que haría la sesión con él. Hicimos un breve recordatorio sobre cómo debíamos trabajar en esta etapa y los evaluadores que había que tener en cuenta para saber si el trabajo iba bien o era excesivo o inadecuado. Simón no es demasiado activo y era importante no alargarnos demasiado. Todo empezó bien, pero al rato uno de los evaluadores -que el animal al indicársele que podía actuar libremente no buscara el contacto afectivo con el guía- nos advertía de que la sesión se le hacía larga. Queríamos meter unos ejercicios más (el fallo más común de los entrenadores de cualquier especie), así que Pablo indicó a Simón que fuera a su espacio de calma para poder relajarse y continuar. Cuando volvió al trabajo se nos reactivaban los evaluadores de que la sesión era larga, así que lo dejamos. Un sabor agridulce: los evaluadores actuaron adecuadamente por lo que supimos cuándo tocaba parar y Simón había trabajado sólo con refuerzo social y auto-refuerzo, pero muy poco tiempo, era lo que habíamos comentado que podía sucedernos en las primeras sesiones de esta última etapa, todo se atenía a lo previsto pero desde luego no era un estallido de vistosidad.

Ahora le tocaba a Elvis y este nos preocupaba un poco más, Elvis es un California y, si los leones marinos de la Patagonia como Simón son los labradores, los de California son los malinois. Muy activos y con un carácter fuerte e impulsivo tienen una mayor tendencia a frustrarse y también es más fácil que muestren agresión. Irene, su entrenadora (y yo, y tod@s) temíamos que cuando Elvis descubriera que no iba a aparecer comida pudiera excitarse y frustrarse, volviéndose difícil de manejar hasta que se le llevara al espacio de calma (recordemos que no es un espacio físico, sino la inducción de relajación a través de una conducta-marco específica). Elvis salió con todo su nervio y empezamos a solicitarle las secuencias de conductas que se habían entrenado para ser auto-reforzantes. Las hacía con velocidad e implicación, parecía divertirse, pero aún no podíamos saberlo con seguridad. Cuando se le dejaba actuar libremente buscaba a Irene como a una buena amiga con la que compartir la diversión, la cosa iba bien.

Empezamos a ver con claridad cómo Elvis se lo pasaba mejor realizando las conductas en compañía de Irene y dirigido por ella que esperando comida, hasta que en un momento dado todos los entrenadores que estábamos en la grada rompimos espontáneamente a aplaudir: Irene y Elvis nos estaban enseñando en vivo lo que había sido nuestro objetivo durante un año. Todo había salido perfecto (recordad la máxima: detrás de un trabajo perfecto siempre hay un adiestrador sorprendido fingiendo naturalidad, en este caso la naturalidad no nos salió 🙂 ).

Pero Elvis aún nos tenía guardadas un par de sorpresas, cuando Irene jugó con él -espacio de juego- la buscaba activamente para que el juego fuera compartido, no tenía interés (como siempre sucedía antes) en tener el juguete si no era para interactuar con Irene. Dimos por terminada la sesión entre sonrisas y parabienes, habíamos decidido que para dejarles en sus instalaciones individuales mantendríamos el refuerzo de comida, porque esa conducta no podía ser autosatisfactoria y usar el afecto como refuerzo en este caso nos parecía injusto. Además no podíamos arriesgarnos a que, si no salía el trabajo, los animales deteriorasen una conducta tan importante para su manejo cotidiano.

Todos suponíamos que el gran hambrón que era Elvis iría rápido y feliz a guardarse para recibir su pescado cuando Irene se lo indicó, pero Elvis ignoró la oferta de comida: quería seguir haciendo cosas con su amiga. Aquí todos flipamos in colors y no pudimos evitar emocionarnos, después de años de trabajo en los que lo único importante era obtener un premio de comida habíamos conseguido que Elvis prefiriese estar con su entrenadora y realizar las conductas “de gratis” que un seguro y suculento refuerzo de comida a cambio de una conducta.

Fue un momento tan emocionante y bonito que creo que es justo compartirlo más allá de las palabras con algun@ de los lector@s de esta página y de l@s seguidor@s de EDUCAN, así que, si mi Wemamámaster da su permiso, que no veáis lo que manda, el próximo concurso en el Facebook de EDUCAN será para que uno de vosotr@s me acompañe en un entrenamiento en el Zoo en el que los animales trabajen por el gusto de hacerlo y de disfrutar de la compañía y afecto de su entrenador@. Palabrita del niño Jesús.

«The Power of Love»

Este jueves trasladan a las dos crías de delfín del Zoo de Madrid, Romeo y Rumbo, como no me toca ir a trabajar con el equipo de entrenadores hasta el martes de la semana que viene ya me he despedido de ellos.

Para mí ha sido muy emocionante, porque los dos pequeñines han sido claves en el proyecto de desarrollo del entrenamiento cognitivo-emocional aplicado a mamíferos marinos y lo han sido de una manera que nunca hubiera sospechado. Os lo cuento porque es una bonita historia en mi opinión.

Como sabéis una de las premisas actuales de entrenamiento cognitivo-emocional es aprovechar el afecto como motor de conducta, este siempre es un tema polémico con la mayoría de entrenadores, que suelen conocer únicamente el condicionamiento operante y tienden a pensar que los animales son muy egoístas y necesitan obtener un beneficio individual para generar conducta. Todos sabéis a lo que me refiero. Hoy sabemos que el supuesto “egoísmo” viene precisamente de nuestra manera de entrenar: cuando única y sistemáticamente uso refuerzos individuales conseguiré que el perro (o delfín) sólo espere este tipo de refuerzos en el entrenamiento.

Cuando esto me sucede con entrenadores de perros no suele ser mucho problema mostrar cómo activar los motores sociales -el afecto- como motor de conducta, pues la gran mayoría de perros tienen un vínculo afectivo con las personas con las que conviven que se construye durante todas las interacciones que tenemos con ellos y no únicamente durante el entrenamiento (sí, achucharles en el sofá se considera interacción).

Sin embargo con los delfines sometidos a entrenamiento había un par de problemas: las interacciones se sistematizan en base a criterios de entrenamiento operante, además los delfines del zoo llevan, perdón llevaban 🙂 , muchos años de este tipo de entrenamiento, por lo que no podía encontrar interacciones afectivas espontáneas para explicar a los entrenadores la importancia de los motores sociales y el cómo se podían atrofiar con programas de trabajo de condicionamiento operante (que era lo que ya había pasado). Tumbarse en el sofá abrazando un delfín no es algo demasiado habitual.

Esto me quitaba la opción de poder mostrar, además de argumentar, la relevancia de los motores sociales, así que cuando lo expliqué usé principalmente ejemplos con perros (afortunadamente muchos de los entrenadores tienen perro). Me fastidiaba porque cuando los entrenadores pueden reconocer las conductas afectivas en los animales sometidos a entrenamiento es cuando les cambia la visión del entrenamiento de manera inmediata.

Pero había algo con lo que no contaba: Romeo y Rumbo.

Unos días después de explicar la importancia del afecto y los riesgos de no incorporarlo al entrenamiento teníamos una clase teórica. Antes de empezar vi que los entrenadores estaban especialmente sonrientes ¿qué pasaba?

Se habían dado cuenta de que los bebés delfín les invitaban a jugar, buscaban las caricias, querían que les rascasen la lengua (es algo que les encanta)… Esto era algo que siempre habían visto y pensaban que esta conducta tan social iba disminuyendo según se hacían adultos de manera natural, pero después de nuestra clase se habían puesto a observar con una visión crítica: los pequeños delfines dejaban de intentar estas interacciones en cuanto se usaba el silbato (un reforzador condicionado como el clicker) y sólo estaban pendientes de la comida, incluso rechazando estos juegos. Sin embargo cuando no había sesión de entrenamiento volvían a provocar a los entrenadores para jugar y ser mimados.

Los entrenadores se dieron cuenta de inmediato de que tenían que cambiar su protocolo si no querían seguir potenciando las conductas egoístas. Nunca me ha sido tan fácil introducir las pautas de interacción afectiva, de hecho con la ayuda de los entrenadores del Zoo hemos diseñado unos protocolos para recuperar las capacidades afectivas de animales sometidos únicamente a entrenos operantes durante largo tiempo.

Así que tengo dar las gracias a Romeo y Rumbo por ayudarme a mostrar lo importante y natural que es usar el afecto como motor de conducta. Aunque a ellos no les costó demasiado esfuerzo: sólo querían ser amigos de esos bichos tan raros que viven fuera del agua, algo natural en todos los mamíferos sociales.

Porque lo difícil no es que nos muestren afecto, lo difícil es que nosotros sepamos reconocerlo y corresponderlo.

Un día en el Zoo…

Tras unos cuantos meses de estudiar los protocolos de entrenamiento de delfines, leones marinos, psitácidas y rapaces en el zoo de Madrid, ayer empezamos la segunda parte del proyecto conjunto de Zoos Ibéricos y EDUCAN, la formación de sus entrenadores en el modelo cognitivo-emocional.

Yo tenía algo de prevención ante esta segunda etapa, en la primera nuestro único riesgo era resultar pesados, con tanta toma de datos y cuestionarios como le pasamos a los entrenadores (casi doscientos cuestionarios con cuarenta preguntas cada uno), pero el impartir formación para expertos que, en algunos casos, tienen más de veinte años de experiencia en el entrenamiento de animales era peliagudo.

Todos sabemos lo susceptibles y «especialitos» que somos los adiestradores 😉, lo defensivos que podemos resultar ante ideas nuevas o que no encajen con nuestra visión del entrenamiento, en este caso, además, esas ideas las aporta una empresa cuya experiencia está referida a otros animales diferentes.

En muchas ocasiones en las que he impartido formación para otros profesionales me he encontrado preguntas capciosas, buscando desmontar los argumentos de la exposición, reticencias a los argumentos científicos que no cuadrasen con los conocimientos previos o con la filosofía de entrenamiento o un mutismo altivo de “estoy juzgándote desde la altísima posición que me concedo a mí mismo” (en esto de auto-valorarnos los adiestradores no solemos pecar de modestia). Con el equipo de entrenadores del Zoo habíamos tenido muy buen rollo hasta ahora, pero darles clase era otra cosa.

Ahora procede que os cuente cómo fue: Salió perfecto :), en primer lugar el biólogo responsable de todas las especies que son entrenadas para exhibición (el jefe, vaya) era el primero en estar allí tomando apuntes, preguntando, ahondando en cada tema (lo que pasa es que nos liamos a hablar de neurología de la conducta y si nos dejan aún seguimos). Todos los entrenadores presentes preguntaban con intención de aclarar los conceptos nuevos y no buscando desmontarlos, de hecho enseguida empezaron las preguntas sobre cómo aplicarlos en casos concretos (¡tranquilos, sólo es el primer día!), lo que siempre es un indicador de que se le da credibilidad a la información presentada.

Al final tuve que interrumpir la clase para no excedernos demasiado del tiempo previsto, lo que tiene mucho valor si tomamos en cuenta que este curso se imparte fuera de la jornada laboral de los entrenadores y tienen que quedarse dos horas de su tiempo libre en el trabajo después de su horario habitual.

Particularmente me alegró que uno de los entrenadores, Pablo Roy, que fue de los que iniciaron este proyecto, se hubiera recuperado después de unos meses de severos problemas con su espalda. Hubiera sido muy injusto que él precisamente no pudiera acudir a las clases.

Estaremos impartiéndoles formación tres días en semana desde ahora hasta finales de Febrero, aunque la última fase del proyecto -utilizar protocolos de entrenamiento cognitivo-emocional con las especies indicadas- empezará algo antes, solapándose con el final del curso ¡Deseadme suerte!

Perros y ahora también leones marinos, loros y delfines

Hola a tod@s,

En otro post comentaba que estábamos pendientes de un proyecto muy importante para EDUCAN, pues bien ¡ya está en marcha!

Hemos firmado un convenio con ZOOS IBÉRICOS, entidad perteneciente a Parques Reunidos la empresa que posee más instalaciones de Zoos y Aquariums en todo el mundo, para aplicar trabajo cognitivo-emocional al adiestramiento multiespecies, empezaremos por leones marinos, loros y delfines en el Zoo de Madrid.

Como estoy muy ilusionado por la puesta en marcha de este proyecto y me puedo dejar llevar por el entusiasmo al escribir sobre ello, me voy a limitar a “copiar y pegar” del documento firmado con ZOOS IBÉRICOS la parte referida al objetivo de esta colaboración. Únicamente añado las negritas para resaltar las partes que me parecen más interesantes (y porque mi webmaster del universo me ha dicho que en los blogs hay que poner negritas).

OBJETO DEL CONVENIO

El objeto principal de la colaboración para ambas partes es diseñar, aplicar y evaluar los resultados de nuevos protocolos de adiestramiento para diversos animales tomando como parámetros principales el aprovechamiento de las capacidades cognitivas de cada especie, su estado emocional y sus pautas sociales específicas, pilares del adiestramiento cognitivo-emocional.

Este objetivo principal tiene dos sub-objetivos:

1. Bienestar animal:

Los nuevos protocolos buscarán dar mayor calidad de vida y trabajo a los animales a los que se apliquen, coincidiendo ambas partes en primar el bienestar animal sobre la vistosidad de las conductas entrenadas.

Se ha planteado desde la etología más actual que los animales generan conducta de forma diferente según estén en un entorno de lucha por la supervivencia (riesgo de predación, dificultad para obtener los recursos, necesidad de una defensa activa del territorio…) o en un entorno de bienestar (entorno seguro donde no son previsibles riesgos para el animal y abundan los recursos). Una gran mayoría de las técnicas actuales de adiestramiento (aún usando estímulos positivos) se basan en cómo generan conducta los animales en entornos de supervivencia, empeorando los resultados cuando la calidad de vida del animal es óptima.

Uno de los principales objetivos, técnico y ético, de esta colaboración es desarrollar protocolos de trabajo que tomen como referencia la forma en que los animales generan conducta en entornos de bienestar, siendo el motivo de los animales para trabajar no asegurarse la supervivencia sino mejorar su bienestar físico, emocional y social.

2. Investigación:

Incorporar los conocimientos más actuales de etología al entrenamiento de animales, evaluando los resultados.

Este proyecto es pionero en:

a. Aprovechar los procesos cognitivos conocidos en cada especie para su adiestramiento. Hasta ahora el condicionamiento operante ha sido el principal mecanismo de trabajo para el adiestramiento de animales, esto es ventajoso porque es un proceso que funciona en la práctica totalidad de los animales que son adiestrados. Sin embargo la etología cognitiva nos ha demostrado que las diferentes especies pueden tener procesos mentales como la capacidad de solución de problemas, el aprendizaje por imitación (como sucede en el caso de aprendizaje por modelo-rival estudiado por Pepperberg en psitácidas)… aprovechar estas capacidades específicas permite mejorar el trabajo pues muchos de estos procesos cognitivos son auto-satisfactorios, por lo que utilizándolos se reduce drásticamente la necesidad de refuerzo externo, consiguiendo una conducta más consistente, un mejor estado emocional del animal, que se divierte consiguiendo realizar la conducta, viendo el animal la conducta entrenada como una meta en sí misma y no sólo como una puerta que abre la despensa (reforzador primario externo).

Estos procesos cognitivos también permiten que el animal se autoevalúe y se potencia la capacidad de refuerzo interno.

Si utilizamos estos procesos el animal disfrutará del hecho de estar trabajando y sus sesiones de adiestramiento tendrán un efecto de enriquecimiento ambiental que redunde en una mejora del bienestar del animal. Además serán necesarias menos sesiones de mantenimiento, las mejoras serán más rápidas y la calidad del trabajo más estable.

b. Evaluar y optimizar el estado emocional de los animales durante su adiestramiento y durante las exhibiciones, disminuir el distrés y mejorar la gestión del estrés en los animales entrenados, evaluar y promover la aparición de estados emocionales positivos y tener un seguimiento fiable del bienestar emocional de los animales adiestrados.

c. Aprovechar de forma estructurada y protocolizada procesos sociales de las especies trabajadas, como la vinculación afectiva, buscando que la interacción con el entrenador durante las sesiones de adiestramiento y exhibiciones sea un objetivo deseable y satisfactorio en sí mismo para el animal. Hoy sabemos que el afecto es un potente motor de conducta en muchos mamíferos sociales, aunque esto se ha aprovechado de manera intuitiva por parte de los adiestradores desde hace mucho tiempo no se ha hecho de forma ordenada, estudiada y reproducible como sistema de trabajo. Uno de los objetivos de la colaboración es sistematizarlo para las especies que se trabajen.

…y, también extraído del convenio, una de las competencias de EDUCAN será:

– Diseñar protocolos, esquemas y técnicas de trabajo para las diferentes especies.

En fin un proyecto MUY ilusionante, que nos va a tomar mucho trabajo (creo que tendremos que restringir algunas actividades comerciales para poder dormir de vez en cuando) pero que es un paso de gigante para la necesaria actualización de paradigma en el adiestramiento de animales.

Tengo que agradecer a Miguel Bueno Brinkmann, biólogo conservador de aves y mamíferos marinos del Zoo de Madrid, y a Pablo Roy, responsable de adiestramiento de leones marinos del Zoo de Madrid por su interés y ayuda para el arranque de este proyecto.

En fin… ¡QUE ESTOY MÁS CONTENTOOO! 🙂 🙂