Publicado el 9 de octubre de 2015
Entrevista a Carlos Alfonso López en la revista Cäes&Cia (Brasil).
El antiguo alumno de EDUCAN, Pedro Mack Filgueiras está introduciendo el adiestramiento COGNITIVO-EMOCIONAL en Brasil desde su escuela MacK9, por los excelentes resultados que obtienen su trabajo está teniendo mucha fuerza y difusión, lo que ha derivado en el interés de la mayor revista de Brasil Cäes&Cia, por el trabajo Cognitivo-Emocional, realizando un amplio reportaje sobre la forma de trabajar que hemos desarrollado.
En este reportaje se incluía una entrevista de la periodista Samia Malas con el CEO de EDUCAN, Carlos Alfonso López, sobre los orígenes de nuestra propuesta, puesto que se publicó únicamente en portugués hemos creído interesante publicarla aquí traducida al castellano. Hemos intentado que los varios procesos de traducción no hayan alterado en exceso el sentido de lo escrito.
– ¿Cuándo y por qué empezaste a trabajar con el comportamiento del perro y el gato?
Empecé a adiestrar perros muy joven, a los doce años. Mi padre me regaló un American Stafordshire Bull Terrier que trajo desde EEUU (entonces la raza no era conocida en España) ¡No es el mejor perro para un niño! Tenía un carácter muy fuerte, pero no quería que mis padres tuvieran que sacarlo ellos ¡era mi perro! Así que les insistí en acudir a un entrenador que me enseñase a mí a manejarlo. Ahí empezó todo.
Al principio entrenaba a mis propios perros, era mi afición, una afición en la que me volqué por completo, ni me planteaba dedicarme a ello profesionalmente, eso llegó muchos años después.
Mi interés por los gatos llegó mucho más tarde, bien pasados los veinte, cuando ya era profesional del entrenamiento. Estudiando sobre comportamiento canino empecé a encontrarme artículos y libros sobre el comportamiento de los gatos, ya me gustaban antes, pero al estudiar su comportamiento me parecieron fascinantes y me lo siguen pareciendo.
– ¿Cuál fue su formación profesional? ¿Dónde empezaste tus estudios?
Cuando empecé a interesarme por el entrenamiento no había escuelas como ahora para formarse, uno acudía a trabajar con los entrenadores de éxito (si tenía la suerte de ser aceptado) y aprendía con ellos.
Yo para formarme trabaje con entrenadores en Reino Unido, en Alemania en Bélgica y, por supuesto, en varios lugares de España. Recuerdo que cuando estaba aprendiendo a preparar perros de pastor en Ansó, un pueblo pequeño del pirineo aragonés, dormía en una especie de pajar y pasaba un frío terrible. Era un modelo de formación muy exigente, porque tenías que viajar y vivir en condiciones difíciles muchas veces, y desesperantemente lento. Además muchos grandes profesionales sabían cómo adiestrar, pero no los motivos científicos, lo motivos reales, de que su trabajo funcionase.
Afortunadamente ahora existen escuelas de calidad en todo el mundo que permiten un aprendizaje más ordenado, es menos romántico, pero más eficaz, rápido y accesible.
– ¿Qué técnicas ya has probado antes de desarrollar su propia técnica?
Bueno, trabajé con entrenadores de diferentes países y en especialidades tan variadas como perros de asistencia a personas con discapacidad, perros de seguridad, perros de búsqueda de trufas, perros de IPO, perros de Ring, perros de rescate de personas…. Y muchas más.
Cuando tu formación es así de amplia aprendes prácticamente todas las formas de entrenamiento que existen, al menos las más usadas y eficaces en sus diversos campos.
– ¿Por qué decidiste crear una nueva teoría? Lo que no se trabaja en los otros que te caíste de la necesidad de mejorarlos?
Quiero aclarar que yo no he desarrollado ninguna teoría nueva, yo no hacía ciencia de base del comportamiento cuando desarrollamos el adiestramiento Cognitivo-Emocional (ahora sí tenemos programas de investigación de ciencia de base del comportamiento). Yo soy un tecnólogo del comportamiento, es decir, recojo los conocimientos científicos más actuales y desarrollo protocolos y técnicas de trabajo para aprovecharlos.
Como te decía, trabajé con bastantes técnicas durante mi formación y precisamente lo que saqué en claro es que desarrollar técnicas sin saber porque funcionan a nivel científico es desperdiciar mucha energía: lo que vale para una cosa no vale para otras.
El problema del mundo del entrenamiento es que gran parte de los entrenamientos se hacen de manera intuitiva, sin ciencia detrás, y eso limita su desarrollo y avance. Además incluso los modelos de entrenamiento que sí están basados en ciencia de calidad suelen tener como cimiento el conductismo (asociaciones entre “premios” y “castigos” y conductas del perro), que es una visión superada en las ciencias del comportamiento actuales.
Mi mérito, si tengo alguno, fue actualizar el entrenamiento canino para convertir en técnicas prácticas para el día a día los últimos desarrollos de la ciencia cognitiva, la neurociencia y otras disciplinas que forman parte de las ciencias del comportamiento más actuales.
– La teoría de la dominancia dice que el perro no puede ser tratado como el líder de la manada, compara los perros y lobos, y propone castigarlos cuando se considera que hacen algo malo. En adiestramiento positivo, el perro aprende porque es castigado con «ninguna atención» de los propietarios si hace algo malo y recibe el juego y la atención cuando haga algo bien. En su técnica, ¿cómo aprende el perro?
El adiestramiento Cognitivo-Emocional tiene tres diferencias muy evidentes con respecto a adiestramientos tradicionales:
En primer lugar el aprendizaje no se hace solo por asociación, sino que se plantea que el perro comprenda lo que está haciendo a través de que resuelva problemas complejos.
En segundo lugar la relación afectiva y las capacidades de comunicación social que hoy sabemos que tienen los perros respecto a las persona son las herramientas para avanzar. El entrenador no es un dispensador de estímulos, sino una parte activa de un aprendizaje colaborativo, con obligaciones durante el adiestramiento, de hecho en nuestro modelo de trabajo el perro puede “reclamarte” que cumplas tu parte del trabajo si quieres que haga la suya. En este aspecto es mucho más exigente para el entrenador.
Por último el primer evaluador de la calidad del trabajo es la emoción que evoca en el perro, si tenemos conductas deseadas con emociones inadecuadas no nos interesan.
– ¿Cómo es posible que un perro aprenda con un error?
Toda la ciencia del comportamiento nos ha mostrado que el error es un elemento necesario para el aprendizaje comprensivo, e implica una atención extra del aprendiz. Seguro que recuerdas mejor alguna de las preguntas que fallaste en un examen importante que las que acertaste.
El problema es que el error es un generador de estrés y debe dosificarse con cuidado para no ser nocivo, el balance óptimo sería de un 80% de éxitos y un 20% de errores. Esto permite que el perro se mantenga seguro de sí mismo y de sus capacidades, pero con una máxima activación de aprendizaje. De nuevo piensa en los exámenes: si siempre sacas un diez en una asignatura es probable que te relajes y te esfuerces menos, pero si suspendes siempre te desanimarás. Un ocho es una nota muy buena y te sentirás safisfecha y orgullosa de ti misma, pero no bajarás la guardia estudiando porque te queda margen de mejora. En el entrenamiento es igual.
– ¿Cuántos años tomó para desarrollar adiestramiento Cognitivo-Emocional? ¿Qué hiciste como experimentos prácticos? ¿Puede dar un ejemplo?
El desarrollo del adiestramiento C-E fue una labor de todo el equipo de EDUCAN, nuestra empresa es el auténtico Silicon Valley del entrenamiento de animales y tenemos mucho talento trabajando en equipo. Desde que empezamos hasta que presentamos los protocolos por primera vez durante nuestros cursos pasaron casi diez años y otros cinco hasta la publicación de mi primer libro, en 2004.
Los experimentos prácticos iniciales los hacíamos con nuestros perros, como ejemplo te comentaré que presente a uno de mis perros a una competición de adiestramiento, de IPO, uno de los ejercicios que se realiza es traerle al dueño una mancuerna de madera. Este ejercicio se hace tres veces sucesivas: lanzando la mancuerna en terreno llano, lanzándola sobre una valla de madera que el perro debe saltar a la ida y a la vuelta y lanzándola sobre un pequeño muro de madera que el perro debe trepar a la ida y a la vuelta. Yo arrojé la mancuerna de manera que cayó entre los dos obstáculos, cuando el perro lo recogió se encontraba entre ambos obstáculos. Un perro que hubiese trabajado de manera “tradicional” hubiera saltado rápidamente uno de los dos, el que más cerca tuviera. Una apuesta de todo o nada. En este caso el perro se paró de pie con la mancuerna en la boca y me miró, como le había colocado en una situación ambigua el perro tenía derecho a pedirme más información ¡y era mi obligación dársela! Apunté con la cabeza hacia el obstáculo correcto, algo que jamás había hecho antes y el perro, entrenado a interpretar a su guía, no solo a esperar estímulos por su parte, siguió esa indicación que nunca antes había entrenado. Esa es la diferencia del trabajo cognitivo: el trabajo realmente en equipo.
Es gracioso señalar que esto entusiasmó a todos los compañeros que me acompañaban a la competición, que rompieron a aplaudir cuando el perro actuó de esta manera. El resto del público no lo entendía: aplaudían cuando el perro no lo había hecho perfecto, pero es que aplaudían el ver cómo el perro era capaz de reclamar mi ayuda y responder a una indicación completamente nueva en base a su capacidad para comunicarse conmigo.
– Con su técnica el perro aprenda más rápido? ¿Cuáles son las cualidades del adiestramiento Cognitivo-Emocional?
Pues la verdad es que los perros no aprenden más rápido con el adiestramiento Cognitivo-Emocional, en ese aspecto no existe mejora alguna respecto a otros modelos de entrenamiento. A veces incluso es un poco más lento.
Pero es que es un error pensar que esto es lo importante, lo importante es la evolución y mantenimiento del perro después del entrenamiento. Un trabajo de adiestramiento para un cliente puede emplear veinte sesiones, el entrenamiento puede hacerse en uno o dos meses (los problemas de comportamiento son otra cosa) ¿Qué es eso en toda la vida del perro y en su convivencia con su familia? En el largo plazo es donde el adiestramiento Cognitivo-Emocional resulta insuperable, porque cuando el perro está entrenado prácticamente no necesitarás usar más premios para que el entrenamiento se mantenga eficaz que el afecto entre perro y propietario ¡Y eso siempre se lleva encima! También es más consistente y no se afectará por cada pequeño fallo del perro (o del propietario). Olvídate de ir con comida por todos los sitios y de estar preocupado porque si no sigues unos pasos estrictos al manejar a tu perro el adiestramiento se perderá. El adiestramiento Cognitivo-Emocional hace que al final, cuando el propietario convive en el día a día con su perro, todo funcione de una manera muy natural y fluida.
-¿Cuáles son la base de esta teoría? Los perros y los lobos tienen el mismo comportamiento?
Nadie que base su trabajo en ciencia te dirá que lobos y perros tienen el mismo comportamiento en conjunto, en algunos puntos actúan de manera muy similar y en otros lo hacen de manera radicalmente distinta. Esto lo he tratado con detalle en varios artículos y en mi último libro.
Las bases de nuestra forma de entrenar son:
1-Los perros tienen unas extraordinarias capacidades sociales a nivel emocional, cognitivo y comunicativo para relacionarse con las personas, muy superiores a sus capacidades para el aprendizaje asociativo. Estas capacidades deben ser la base de su entrenamiento y educación y no la asociación entre estímulos y conductas.
2-Como consecuencia de sus capacidades el aprendizaje es un proceso interactivo y colaborativo entre la persona y el perro.
3-Los perros tienen capacidad de aprendizaje comprensivo, la enseñanza no debe limitarse a que el perro mecanice conductas sino debe buscar que las comprenda, lo que se hace a través de procesos ordenados de solución de problemas.
– ¿Utiliza los conceptos básicos como «siéntate», «de pie», «estancia», etc., en el proceso? Si no, ¿por qué?
Claro que enseñamos las conductas básicas de manejo, pues facilitan a los propietarios el manejo seguro y la tenencia responsable de sus perros. La diferencia está en cómo y cuándo las enseñamos.
– ¿Puede dar un ejemplo de la técnica? Imaginemos que tengo un perro se que tira sobre la gente cada vez que viene una visita o un perro que ladra mucho ¿Cómo podemos aplicar el adiestramiento Cognitivo-Emocional en estos casos?
La diferencia está en que en adiestramiento C-E no pensaríamos en la conducta de subirse a las visitas, no daríamos una fórmula general para trabajarla igual para todos los perros. Nosotros analizaríamos los motivos de cada perro concreto ¿está causado por estrés acumulado? En este caso pautas anti-estrés y trabajo de olfato ayudarán, puedes esparcir varios trocitos de comida por el suelo cuando llega alguien y pedirle al perro que los busque en el momento de recibir la visita ¿Se sube porque es muy sociable? Entonces debes enseñarle a acercarse de otra manera, haciendo que para tener contacto social deba mantener las cuatro patas en el suelo ¿Es un caso de inestabilidad emocional lo que origina subirse? Pídele que realice alguna acción divertida que requiera autocontrol, buscar la pelota y ofrecérsela primero a la visita y después al dueño puede ser una buena solución. La conducta no es lo importante, son sus causas y los objetivos que persigue el perro con ella lo que debemos tomar en consideración.
– Tienes trabajo profesional con la teoría Cognitiva-Emocional en Chile y España. ¿Hay otros países que ya interesados en desarrollar la teoría? Brasil posiblemente?
El adiestramiento C-E está implantado en España, claro, en Chile, en Argentina, en Méjico, en Colombia y en Perú, aunque estos dos últimos países no los he visitado, pero lo haré este año, junto a los EE.UU. donde encabezo el panel de expertos de Dognition. También se impartió formación en Guatemala y Ecuador, pero allí no parece haberse implantado consistentemente.
En Brasil trabaja un entrenador que ha sido alumno nuestro y que tiene una formación muy sólida sobre adiestramiento C-E, Pedro Mack Filgueiras, en Rio de Janeiro. Casi no recibimos alumnos de Brasil, supongo que la barrera del idioma pesa mucho.
Muchas gracias a Cäes&Cia por el interés y por esta entrevista, ha sido un verdadero placer por mi parte.
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