Artículos para «Pelo, pico, pata»: Usando la nariz.
Publicado el 26 de septiembre de 2011
Aunque empecé a publicar aquí los textos que escribo para “Pelo, pico, pata” en seguida me di cuenta de que el perfil de seguidores de este blog era muy diferente al de los lectores de la revista y no tenía sentido seguir haciéndolo; odio esos blogs que meten entradas de cualquier tipo u origen para aumentar su contenido y simular una actividad como bloggers que en realidad no existe.
Sin embargo creo que el presente artículo es una excepción, el trabajo de olfato es poco conocido en sus aplicaciones lúdicas y terapéuticas incluso por muchos profesionales del adiestramiento ¡y los resultados que se pueden obtener son realmente sorprendentes! Hace poco el excelente adiestrador Sergio Sinobas (que trabaja en EDUCAN, en Madrid) iba a incorporar a su familia a un pastor alemán macho de trabajo de casi tres años con RCI II, tenía que conseguir que conviviera con su rottweiler macho de seis años y su yorkie, también macho y adulto, por si esto le parece poco a alguien además vive en un piso. Quien conozca algo sobre perros sabe que esta es una situación complicada. El inicio del contacto y el trabajo de presentación se realizó mediante protocolos de olfato y hoy, apenas un par de meses después, basta pasarse por su face para ver los videos de los perros interactuando como los mejores amigos del mundo (¡¡gran trabajo Sergio!!).
Por ello creo que divulgar las bondades de hacer que nuestros perros usen su nariz no está de más en esta Caja Verde.
Es fácil darse cuenta de que los perros son unos entusiastas de olfatear, sin embargo no suelen conocerse bien las múltiples aplicaciones prácticas que tiene esta afición de nuestros amigos caninos.
Cuando pensamos en aprovechar el olfato nos vienen a la cabeza los perros que detectan explosivos, los que localizan droga o los que encuentran a las personas sepultadas o perdidas. Son actividades admirables y que requieren implicación y entrenamiento consistente, no parece algo demasiado aprovechable para nuestros perros caseros.
Sin embargo el trabajar con la nariz puede cambiar la vida de un perro, ayudándole a corregir problemas de conducta o haciendo que se divierta como no creías que fuera posible, además es algo que podemos hacer con cualquier perro, independientemente de su raza o edad.
Esto sucede porque los perros están preparados de forma natural para que el sentido del olfato sea uno de sus principales herramientas para interpretar el mundo, pero habitualmente nosotros, que somos una especie principalmente visual, no dejamos que este potencial se desarrolle o incluso corregimos que intente olfatear determinadas cosas (por poco higiénicas o porque resulta socialmente comprometido), con lo que esa extraordinaria capacidad queda reducida y minimizada.
Como el uso del olfato está muy relacionado en el perro con el desarrollo de la capacidad de concentración, el autocontrol y la gestión de las emociones el resultado final de no usarlo es que limitamos la capacidad del perro para mejorar en estos aspectos, con lo que aumentan todos los problemas relacionados con ellos: lentitud en el aprendizaje, generación de estrés, mala gestión de la ansiedad…
Realizar ejercicios de olfato está sustituyendo ventajosamente al uso de ansiolíticos y otros fármacos en el tratamiento de múltiples problemas de conducta, permite regular la actividad en perros excesivamente dinámicos, ayuda a solucionar problemas de miedo y agresión… Un auténtico comodín para la “medicina natural” canina.
Particularmente el olfato me parece muy importante como elemento recuperador de la calidad de vida en perros geriátricos, pues activa y estimula mentalmente en un nivel óptimo: los abueletes que pensábamos que solo querían dormir se revitalizan y divierten como hacía años que sus dueños no les veían hacerlo, retrasando o incluso deteniendo los deterioros cognitivos asociados con la vejez. En este punto tengo que pedirle a los lectores un favor personal: Si tienen un perro mayor y le ven apático y desanimado denle estimulación olfativa a través de ejercicios sencillos de olfato, no se resignen. Lo agradecerá.
Pero es que, además de con aspectos que pueden resultar problemáticos, el trabajo de olfato puede ayudar a nuestro perro no sólo a evitar problemas sino también a ser más feliz. Y que nadie piense que un perro es feliz sólo por estar tumbado en el sofá, como a nosotros, eso les gusta un rato, pero también desean tener actividad y les satisface alcanzar objetivos y si lo hace con sus compañeros humanos ¡miel sobre hojuelas! En los días de lluvia en los que es inevitable acortar los paseos el complementarlos con trabajos sencillos de olfato aporta al perro el extra de esfuerzo mental necesario para que se lo pase tan bien como corriendo por el parque.
¿Y qué se puede hacer en casa para usar esta capacidad tan extraordinaria? No hace falta intentar complejos entrenamientos, puede limitarse a poner trocitos de comida por la casa y darle a su perro una señal para que los busque, puede ocultar su juguete o incluso esconder a algún miembro de la familia (que se esconda bien para que el perro deba usar su nariz), también puede enseñarle a seguir pequeños rastros de comida o a localizar un objeto que usted ha tocado de entre varios similares (no crea que es tan difícil, cuando usted le lanza un palo en el campo su perro siempre le trae el correcto ¡y en el campo hay muchos otros palos!). Verá como su perro está más calmado en casa, como se vuelve más tranquilo y relajado en el trato con perros o personas y que cosas que antes le ponían muy nervioso y alterado ahora no parecen afectarle en absoluto.
Aunque si empieza a trabajar con su perro es muy probable que se aficione y termine buscando cómo avanzar y entrenar acciones más complejas, el trabajo de olfato fácilmente se convierte en una afición compartida ¡Bienvenido al club! 🙂 🙂
Genial artículo sobre nose working!
Empezé a adiestrar a mis dos perros en Vallgorguina con Francesc Isern (Genial!). Ahora estoy viviendo temporalmente en Italia, cerca de Milan también con mis perros y estoy aprendiendo un montón sobre el mundo del perro, como por ejemplo el nose working, fantástico para trabajar la concentración y hacer disfrutar al perro… y al amo!
Tengo una galga española adoptada con un gran espíritu independiente y que ahora empieza a seguir rastros de maravilla y un Bullmastiff que debido a la diabetis está perdiendo la vista y al que trabajar el olfato le entretiene, haciéndole pasar un buen rato a la vez que le obliga a concentrarse y cansarse, además de ayudarle a potenciar un sentido ahora que hay otro que le falla.
Cuántas cosas nos quedan por aprender! Y que fascinante es el camino!
Muy bueno el post!
Qué lástima que no esté más extendido el uso de la nariz como juego para los perros, porque realmente es increíble lo que les gusta, les relaja y los entretiene. Debería ser una rutina en nuestra vida con ellos: ¡10 minutos diarios de búsqueda activa!
Igual me he perdido yo algún post anterior, pero estaría bien relacionarlo también con los juegos cognitivos tipo Nina Ottosson, ¿no?
Un saludo y enhorabuena por un blog tan útil
Carlos, como siempre, excelente artículo ¡cómo cambia la vida de un perro teniendo estimulación mental, es un perro más equilibrado, estable y sano. Nuestros alumnos son los agradecidos, no sólo los alumnos perros sino que también sus compañeros humanos! Los perros hiper activos los tranquiliza y hace pensar; a los perros inseguros se les trabaja la autoconfianza, a los con poco vínculo con el dueño les ayuda a concentrarse más en él para recibir las indicaciones de búsqueda; a los no tan cognitivos a resolver mejor los problemas. Luego el enseñarles acciones resulta mucho más fluído, la comunicación está en un buen pie para enseñarles! Gracias Carlos por tu conocimiento!
Excelente artículo, además incluso sabiendo lo importante que es el olfato muchos tendemos a olvidarlo. Así que no nos viene mal que nos lo recuerden de vez en cuando para no perder el hábito de trabajar el olfato.
A título personal, mi perra (cocker spaniel) cuando le tiraba un palo a veces pasaba al lado sin encontrarlo y traía otro disimuladamente. Se veía perfectamente que se había despistado, miraba alrededor, «se lo pensaba» un momento, y elegía otro. Incluso una piña o cualquier otro objeto. Y venía tan feliz como diciendo: ¡Mira, lo he encontrado!
Debí trabajar más el olfato, jejej.