El conocimiento estéril.
Publicado el 21 de febrero de 2012
Es bien sabida por quienes están cercanos a mí la alergia profunda que siento hacia las militancias sectarias en las diferentes maneras de adiestrar –incluyendo el adiestramiento cognitivo-emocional– así como mi antipatía por los debates que enfrentan dichas visiones “a cara de perro” (mira tú, qué bien traído :)). Esto en gran medida es porque conozco y admiro a excelentes adiestradores que obtienen grandes resultados queriendo y respetando a sus perros en casi todas las visiones en discusión: adiestradores en positivo, cognitivos, conductistas, tradicionales… Conozco adiestradores que son verdaderamente buenos nada más terminar su primer curso de formación y otros que llegan a serlo a través de la experiencia, sin recibir formación académica nunca.
Obviamente también he tenido que tratar con adiestradores de todas las tendencias antes mencionadas que, en mi opinión, son decepcionantes en sus resultados y/o en su trato hacia el perro. Adiestradores que después de veinte años de experiencia sólo han aprendido a ser unos incapaces arrogantes que arrojan esos años a la cara de quien les discute como único argumento de autoridad y alumnos de cursos, recién licenciados, que parecen haber aprendido únicamente a ser marisabidillas insufribles que llenan de citas y polisílabos su falta de capacidad real. Pero esa es la peor cara de la moneda y creo que las cosas deben juzgarse por la mejor, por ello no creo que estos elementos desafortunados justifiquen las críticas generales hacia el colectivo que los englobe.
Pero es que, además, hay en estas discusiones tan ácidas un factor que siempre me afecta: el uso que en ellas se hace del conocimiento, entendiendo aquí conocimiento como el conjunto de información relativa al campo concreto de la conducta, aprendizaje y entrenamiento de animales.
Me duele profundamente ver a la gente importar conocimientos sólo para defender/atacar técnicas y protocolos de adiestramiento en lugar de, como debiera ser, para modificarlos o sustituirlos por otros más avanzados y eficaces.
El objeto del conocimiento no es la autoafirmación ni la descalificación del enemigo sino el progreso y mejora, el conocimiento no debería ser un arma ni una excusa para hacer/seguir haciendo mal las cosas.
Me duele ver cómo trabajos honestos de investigación se sesgan para usarlos solo por su parte más afilada, sin atender a sus sentidos profundos y a las connotaciones globales que implican.
Esto es bastante culpa de este medio en el que estamos, la red, donde es fácil acceder a la información y aparentar una erudición que está carente de sabiduría, pues esta implica la comprensión de los datos y su relación provechosa con otros datos para llegar a nuevas conclusiones. El uso correcto del conocimiento es el de una herramienta que construye, no el de un arma que se esgrime, dejándola después a un lado, ignorada e inútil hasta la siguiente batalla dialéctica. Hay ahora muchas personas, que como los sabios de salón, pueden recitar con fluidez datos y trabajos, que en muchos casos no conocen o comprenden en profundidad, para defender su manera de adiestrar y atacar aquellas que discrepan en la filosofía, sin que esa información resulte fértil en ellos de ninguna otra manera, parece que se acude a la investigación como a una armería.
Debo confesar que siento una particular antipatía por el uso parcial, parásito e hipócrita que hacen del conocimiento los inmovilistas del adiestramiento, que adiestran con técnicas ancestrales que no requieren ni se apoyan en desarrollos avanzados y sólo importan aquel conocimiento que justifica y valida lo que hacen, únicamente con ese fin, sin interés ninguno por avanzar. Puede, esto es cierto, haber alguna técnica antigua concreta que se vea refrendada por los nuevos conocimientos, pero en su conjunto los nuevos conocimientos deberían dar lugar a nuevas maneras y protocolos, pues nadie estudiaría ingeniería naval para justificar que el bote de remos es el acabose del diseño náutico moderno, pero tampoco para decir que es lo peor del mundo y que no debería construirse ni uno más, sino para construir nuevos y mejores barcos. El que algo funcione no implica que no pueda haber algo que funcione mejor o de manera más especializada, lo que debe suceder es que determinadas técnicas, que son funcionales se irán destinando a un ámbito reducido de uso, siendo sustituidas en muchos otros casos por nuevas técnicas más eficaces, y entiendo la eficacia no sólo como la obtención de resultados sino como el hecho de que para obtenerlos se siga una vía que implique respeto y cariño hacia el perro.
Me gusta estudiar, que no acumular datos citables, sobre conducta y aprendizaje desde diferentes perspectivas, en buena parte porque al hacerlo puedo cambiar y mejorar la manera que tengo y propongo a nuestros alumnos de trabajar con los perros y otros animales.
Si el conocimiento no es útil para avanzar no tiene ningún sentido en nuestra profesión.
En fin, que me he levantado grave y seriote, porque me daba la impresión de que desde hace rato había un montón de babosos borrachos tocándole las tetas de mala manera a una amiga muy querida y delicada despues de arrinconarla en lo más oscuro del garito, pero seguro que en un ratito se me pasa.
Creo que el problema está en que somos humanos y ese es el rollo que nos gusta.. descalificar y creernos más y mejores que los demás y muchas veces sin tan siquiera argumentos «palpables».
En fin, espero que la cosa vaya cambiando y empiece a reinar el respeto y la colaboración.
Gracias Carlos
No podría haberlo expresado mejor, firmo de inicio a fin cada palabra. Los gurús tienen que seguir manteniendo su “status” mofándose de los que se inician, para ello la estrategia es variada: puede ir desde reírse de los conocimientos teóricos que acaban de aprender y que quizás ellos nunca aprendieron o han olvidado, hasta la más basta que sencillamente es decir el número de años de experiencia acumulados, ese frío contador, ¡que no me pone nada!
q gran verdad!pero esto pasa en todos los campos,soy veterinaria y los q llevan años se green lo más sin hacer nada x actuaizarse y los q no han estudiado veterinaria saben más q tú xq lo ha leído en internet.cuál es más peligroso?sólo quiero o mejor xa los bichitos y en cuanto a educación y adiestramiento lo remito a un educador xq sólo sé q no se nada,tengo nociones pero nada más.un beso y ánimos!
Qué gran verdad. Como alumna recién licenciada vuestra, muy entusiasmada con mis recién adquiridos conocimientos, contacté con una adiestradora «positiva» que jamás había oído hablar del cognitivo-emocional, y le ofrecí enriquecernos mutuamente ampliando miras, de forma que yo aprendía lo que estaba haciendo cualquier adiestrador «en la calle» y ganaba experiencia, para integrarlo con lo que ya había aprendido de vosotros, y la adiestradora recibía a cambio información y una herramienta nueva para mejorar/actualizar su forma de adiestrar…
Fui atacada e insultada por una persona que esgrimía su verdad absoluta y pensaba que me quería aprovechar de ella para que me enseñara sin pagarle un curso. Me dio mucha pena. La gente tendemos al sectarismo no sólo en política y en fútbol sino en las cosas más elementales en las que deberíamos colaborar… Un saludo y gracias por vuestro genial trabajo, la profesionalidad de algunos sí que es inspiradora.
¡Pues vaya Gema! Menudo positivismo el de la “profesional”
Excelente articulo con la clase,respeto y claridad de siempre. Gracias Carlos.
Y, aunque no la necesitas te dejo mi personal visión.
El conocimiento es algo que nunca terminamos de poseer ni tampoco de dominar, pero algo a lo que siempre tenemos que tener en cuenta.Poseerlo por completo es imposible, mismo que dominarlo. Pero sí que es importante estar en constante aproximación con respecto a él. La elección es personal se puede evolucionar o involucionar que a la larga es lo mismo que estancarse. Personalmente prefiero seguir evolucionando aunque sea desde el error,rectificando,corrigiendo y puliendo, tantas veces como sea necesario.
«Quien no añade nada a sus conocimientos, los disminuye».El Talmud.
«Aquellas personas que no están dispuestas a pequeñas reformas, no estarán nunca en las filas de los hombres que apuestan a cambios trascendentales».Mahatma Gandhi
Cómo se puede ser adiestradora en positivo y no haber oído hablar del cognitivo-emocional??
Gema, a esa «positivista» le falta mucha humildad. Yo aprendo de todo el mundo. Desde que comencé a formarme hasta ahora, han cambiado muchas cosas. Lo bueno es coger lo que creas que te pueda interesar de todas las formas de adiestrar o educar a los perros, porque no se le puede aplicar lo mismo a todos, cada uno necesitará de una manera de trabajar, y si te estancas en una forma, te estás cerrando soluciones frente a problemas «nuevos» o perros con otro carácter al acostumbrado hasta ahora.
Ya conozco varios casos de perros con problemas de agresividad, en los que un educador «en positivo», lo único que ha podido recomendar es el «no tiene remedio, o no se puede hacer nada», con tal de ser fiel a sus creencias sectarias, y no disponer de otras formas de trabajar de las que tirar en caso necesario.
Pero bueno, realmente, a parte de los conocimientos sobre el aprendizaje del perro, lo más importante es el sentido común y la humildad para poder tener la mente abierta a nuevos conceptos o formas de trabajar.
Espero que algún día llegue…
Me encantó, pero…
Que cosas, un artículo en tono de reproche que irónicamente parece que en sus comentarios se va a terminar pareciendo a aquello que criticas, que lástima de verdad…
Saludos
Entiendo que la mejor forma de adiestrar a un perro es: que comprenda lo que le pides y que ademas disfrute con ello, eso solamente se consigue con un adiestramiento cognitivo/emocional. Como a muchos de nosotros, me he encontrado con adiestradores de todo tipo, y en algunos casos que tienen nociones de adiestramiento en positivo.
Yo me dedico a esto en mis ratos libres, y solo se que en la mayoria de los casos que han tocado perros con problemas de comportamiento (que es precisamente cuando te llaman para que lo adiestres), porque tienen problemas de comportamiento?, en la mayoria de los casos por una escasa vinculacion afectiva con el dueño, ademas de una inexistente o pobre educacion sin rigor ni conocimeitos, (si no ha pasado algun «domador» y lo ha fastidiado mas).
Reconozco que las prisas del propietario son demasiadas en la mayoria de los casos, y hay es donde esta el caldo de cultivo de aquellos que se dedican a educar o adiestrar de una forma rapida y sin respeto hacia el animal, por poner un ejemplo: un «adiestrador» conocido, para hacer la llamada, 1º collar de impulsos (latigazo), 2º targetin para reforzarlo y conseguir el acercamiento, mi pregunta al sujeto: sabes porque el perro no se acerca o hace caso omiso a la llamada?, respuesta: eso no importa, has visto como viene? y la siguiente afirmacion ESTO ES LO QUE IMPRESIONA Y QUIERE EL CLIENTE, RESULTADOS RAPIDOS!!!
Pues…
…Tengo que estar completamente de acuerdo con Javier Payno. Escribí este artículo para hacer notar mi malestar con una determinada manera de presentar los conocimientos y usarlos que me parece inadecuada, pero, precisamente insistía al principio que esto era algo muy desagradable pero excepcional, en ningún momento quería abrir otra galería de tiro al positivo/tradicional/formado en la experiencia/formado en escuelas (táchese lo que proceda según el caso). Ya hay demasiados sitios para el pim-pam-pum porque como escribía el clásico “…La disputa es drama, y el drama es entretenimiento y el entretenimiento puede venderse. El consenso, el estar de acuerdo es soso. Nadie quiere ver una discusión civilizada con toda su ambigüedad y complejidad ¡Queremos fuegos artificiales!….Todos obtienen éxito reduciendo los debates al grito lleno de rabia, no resuelven nada pero nos entretienen.” (premio directo de cervecita y tapa ibérica a quien conozca al autor de la cita y la identifique en este post).
Debo reconocer que mi natural indisposición a la censura ha permitido hacer de este espacio lo que no debe ser nunca, por lo que le agradezco (y mucho) a Javier el tirón de orejas y la llamada a la cordura, cuando las cosas se van de las manos hay que reconocerlo.
Como digo en el post tengo la suerte de conocer y apreciar a muchos entrenadores de las diferentes tendencias, sólo en los últimos días he hablado o me he escrito directamente con Pere Saavedra, cuyo trabajo es de los más enriquecedores e inteligentes que conozco, con Ángel Mariscal, que no puede ser mejor gente de lo que es (y, por cierto, me debe un arroz con bogavante), con Santi Vidal, que me ha llamado esta mañana para darme estimulantes noticias que han hecho que se me ponga una sonrisa en la cara que aún me dura, con Amparo Fortea, a la que voy a ver este finde y con la que temo por mi diafragma de lo que nos reímos cuando estamos juntos, en poco veré a Enrique García, al que quiero y tengo mucho que agradecer, también he visto este finde a Eliseo Rodríguez al que considero una persona modélica en muchos aspectos, a Israel González, de Compass Dog. Unos son positivos, otros tradicionales, unos se han formado a través de la experiencia, otros cursando completos programas formativo (aunque la mayoría de los que yo conozco combinan estas dos opciones). No me gustaría que mi blog fuera un espacio donde ninguno de ellos se sintiera incómodo o agredido. Sobre todo porque creo que se puede estar en desacuerdo sin convertirlo en un asunto universal del Mal contra el Bien. Le decía a Santi esta mañana que a veces prefiero estar en desacuerdo con determinadas personas que de acuerdo con según cuáles otras, porque es mejor una disensión argumentada, aunque nos lleve a un punto muerto, que una adhesión fanática a cualquier postura o, lo que es peor, la descalificación de la persona que tiene ideas distintas a las nuestras.
Por ello paso a responderos brevemente:
Marina: Un diez como casi siempre, tú eres de las personas con las que merece la pena estar en desacuerdo en según qué cosas 😉
Javi: De acuerdo con lo que dices, en mi opinión en el mundo del entrenamiento de animales sobran GURÚS (así, en muy mayúsculas) y faltan profesores. La idea del gurú me hace un efecto similar al de una colonoscopia.
Lidia: Es que en todos sitios cuecen habas, pero en lo del entrenamiento de animales lo hacen a calderadas.
Gema: Este es un problema de la adiestradora en particular y no de la escuela o tipo de adiestramiento al que se adscribe, es más común de lo normal en nuestro sector el ser desconfiado hacia cualquiera que pueda ser competencia, y sucede en entrenadores de todos los pelajes. A mi me parece enriquecedora la buena competencia y más si se puede compartir el conocimiento e intercambiar información, al fin y al cabo nadie nos va a entender y se va a poner en nuestros zapatos mejor que otro adiestrador que se dedique a la misma especialidad que nosotros, sea de la escuela que sea, si vencemos las reticencias iniciales podremos disfrutar mucho del cross-over (sí, he leído muchos cómics).
Javi: Pues eso.
Rafa: Casi me gusta más tu texto que las citas, como siempre una muestra de inteligencia serena. Gracias.
Pere: Cuando has puesto el mensaje he estado a punto de responder “…Aunque sea mal”, porque también nos han dado un poquito bastante de caña algunos positivos 😉 La verdad es que creo que tanto tu labor de difusión como los aportes conceptuales y técnicos han sido muy relevantes para la evolución del trabajo cognitivo (por Dios, cómo me gusta el trabajo de click en la flexión, entrega del refuerzo en la extensión para entrenar patrones motores, sencillamente una técnica genial).
Mónica: No creo que a ningún profesional se le pueda pedir que utilice técnicas o protocolos que no conoce, todos tenemos limitaciones y utilizamos lo que conocemos, eso no es fanatismo, sino algo inevitable. Si con lo que sé algo no tiene solución tendré que reconocer que no puedo solucionarlo y mi única opción será remitirlo a otro colega que esté más especializado que yo en el tema, y si no conozco ninguno no podré hacer nada. No hay que pensar que los demás hacen las cosas por adscripción fanática, debemos tener el principio de creer en la buena fe de nuestros colegas.
José Manuel: Tío, te has pasado tres pueblos y me has puesto en una situación difícil. Es bastante obvio que yo considero que el mejor protocolo de trabajo es el cognitivo-emocional, pero de ahí a decir que es el único con el que se consiguen resultados media un mundo. Y desde luego es bien sabido que yo considero el collar de impulsos una herramienta útil para determinados trabajos, ciertamente no los que mencionas, pero nunca descalificaría a un entrenador por usar el collar de impulsos, máxime cuando yo lo utilizo. Todos los adiestradores que he mencionado trabajan de manera distinta y he visto resultados excelentes. Elegir una u otra manera de entrenar no implica negar la eficacia de las otras, sino sencillamente que nos sentimos más cómodos trabajando con una en concreto por dos ejes principales:
La dimensión técnica del trabajo: Las premisas y protocolos nos parecen los más adecuados y correctos.
La dimensión ética: El trabajo del día a día nos hace sentirnos cómodos y fieles a nuestros principios personales sobre cómo tratar con un animal para entrenarlo.
En todo caso me disculparéis si, a partir de ahora, no publico los comentarios que puedan resultar problemáticos, porque me tengo que centrar en la preparación de las dos ponencias que hago en el CEU de Valencia este finde y no podré contestar o matizar ninguna respuesta.
Un saludo y gracias a tod@s por vuestra participación y comprensión, pero un poco más de gracias a Javier Payno.
Efectivamente con mi comentario me refería a esa educadora en particular, fuera de la escuela que fuera, no se trataba del positivismo (lo puse entre comillas porque no me pareció muy positiva), sino de lo que comentaba Carlos, de echar unos conocimientos a las alforjas y luego ponernos la careta ésta de los burros y los mulos para no mirar alrededor y no ver lo que no queremos…
Y con esto, ya dejo de llenar este post de comentarios, es que era un tema muy interesante.
Escrito así Carlos parece algo muy complicado 🙂
(por Dios, cómo me gusta el trabajo de click en la flexión, entrega del refuerzo en la extensión para entrenar patrones motores, sencillamente una técnica genial).
Un abrazo
Carlos, la cita esa pertenece a Kavin, de Kalvin & Hobbes(Bill Waterson):
«Doesn’t it seem like everybody just shouts at each other nowadays? I think it’s because conflict is drama, drama is entertaining, and entertainment is marketable. Finding a consensus and common ground is dull! Nobody wants to watch a civilized discussion that acknowledges ambiguity and complexity. We want to see fireworks! We want the sense of solidarity that comes from having our interests narrowed and exploited by like-minded zealots! Talk show hosts, political candidates, news programs, special interest groups… They all become successful by reducing debates to the level of shouted rage. Nothing gets solved, but we’re all entertained».
😛
Muchísimas gracias por tu blog. Estoy enganchadísima. Me encanta y enhorabuena porque se nota que amas tu trabajo. Yo soy amante de los perros, ni siquiera soy profesional y muchas veces despotrico de algunos adiestradores y dueños de perros, me cabreo y hasta los insulto(por dentro, nunca he llegado a hacerlo en su cara, no llego a tanto), cuando creo que no están actuando bien con su perro. La próxima vez que me dé ganas de hacerlo me acordaré de este artículo. Muchas gracias, porque con muchos artículos de este blog, siempre me haces recapacitar y reflexionar, y eso siempre es bueno, porque no hay cosa que dé más asco que la obediencia ciega (cita de un bonito libro que me acabo de leer).
¡Premio para el caballero! Jorge ha encontrado el clásico del que se extrae mi cita, por lo que se le adeuda una cervecita o refresco, acompañado de tapa ibérica como mínimo. Cuando quieras quedamos para la solemne entrega del premio.
Watterson no sólo me parece un clásico sino un modelo de inteligencia e integridad artística.
Muy interesante…..