Por qué dejo el Máster en Intervenciones Asistidas y Etología Aplicada de la UAM
Publicado el 5 de septiembre de 2016
He decidido abandonar el Máster en Intervenciones Asistidas y Etología Aplicada de la Universidad Autónoma de Madrid (en adelante UAM), en el que impartí clase durante sus dos primeras ediciones.
Esta no ha sido una decisión fácil por muchos motivos: desde la amistad que me une a varias de las personas que participan en él, hasta –absurdo sería negarlo- los beneficios promocionales, comerciales y de imagen que implicaba tanto para mí como para EDUCAN participar en él, pasando por los (mínimos) perjuicios que mi abandono público pudiera causar al mismo Máster en cualquier sentido.
Sin embargo, tengo la convicción de que debo dejarlo y exponer las causas que me llevan a hacerlo. Así se lo comuniqué a la dirección del Máster, con la que he hablado ampliamente sobre esto y que, como es razonable, ha sido informada con antelación, tanto de mi marcha, como de mis motivos y mi decisión de hacerlos públicos. De hecho, el texto que sigue es en buena medida una adaptación de varios de entre los que les envié, y creo que muestra con claridad mis razones.
Como sabéis, soy animalista, y algunas de las ideas que se exponen y de las prácticas que se están -siempre en mi opinión- potenciando desde el Máster entran en conflicto directo con mi ética personal y mi deontología profesional.
Creo que entrenar a los animales salvajes para lograr una docilidad extrema y conseguir interacciones directas con personas, así como para realizar conductas que no son propias de su etología genera un modelo de idealización, objetualización y uso de los animales que es el causante primero del deseo de poseerlos, de la idea de que “les gusta estar haciendo cosas para nosotros” y consecuentemente tanto de su explotación comercial, como del mascotismo, raíces principales del tráfico, tenencia y maltrato de muchos animales salvajes.
Desde su inicio conocía de la participación de empresas y personas cuya visión es contraria a la mía, dedicándose al entrenamiento de animales salvajes para su uso comercial en cine, publicidad y similares. Aunque no compartiese su enfoque, tras hablarlo con otros compañeros y con la dirección del Máster, entendía que se buscaba dar a los alumnos una visión amplia y que, además, las clases con este tipo de animales se referirían exclusivamente a su manejo y cuidado, algo que no implica ni su entrenamiento para la interacción directa con personas, ni la enseñanza de habilidades o trucos que sean de interés para su explotación publicitaria.
Sin embargo se han ido volviendo frecuentes las fotografías de alumnos en interacción directa con animales salvajes y la inclusión en las clases de pautas de entrenamiento para lograr dichas interacciones. Esto no solo se expone como algo aceptable, sino apetecible y valioso, teniendo un efecto de máxima relevancia en la captación de alumnos y determinando el enfoque del Máster, sea de manera buscada o no.
El contacto directo con animales salvajes dóciles siempre es muy atractivo, pero tengo la convicción de que resulta negativo para su conocimiento y respeto, y que aprovecharlo promocionalmente y divulgarlo desde una institución con el peso específico de la UAM es, más o menos indirectamente, justificarlo y perpetuarlo.
Entiendo que es beneficioso y necesario para los alumnos conocer diferentes acercamientos y opiniones sobre cómo se entiende el comportamiento de los animales, la intervención comportamental y las diferentes prácticas profesionales relacionadas. Toda formación debería trasmitir el hecho cierto de que en este área cohabitan diferentes ópticas e interpretaciones, así como potenciar el pensamiento crítico.
Pero también sucede que a veces el deseo de ofrecer una visión amplia puede caer en la falacia del punto medio, igualando todas las opciones pese a que alguna de ellas tenga mayor respaldo y aceptación científica. Lo cierto es que la interacción directa con animales salvajes, así como su entrenamiento y uso para espectáculos, publicidad u otras filmaciones, tiene muy poco respaldo y escasa aceptación como práctica eficaz y ética para la mejora de su bienestar y conocimiento, y opino que, en justicia, así se les debería exponer a los alumnos. Darle una posición de igualdad, sumado al inevitable atractivo que implica, creo que promociona estas prácticas, ensombreciendo otros acercamientos que tienen mayor respaldo y apoyo académico, aunque sean menos atrayentes.
Entiendo que este es un punto en el que existen otras maneras de ver las cosas, que quienes lo encuentran adecuado aluden a la necesidad de financiar de algún modo los lugares donde se aloja y cuida a los animales salvajes rescatados del tráfico ilegal o del maltrato, y que sostienen que la cercanía, la docilidad y el contacto directo son embajadores eficaces para suscitar simpatía hacia estos animales. No dudo en absoluto de la buena fe de quienes piensan que estas son soluciones adecuadas para el problema.
Sin embargo, yo tengo la convicción de que mostrar a los animales salvajes como amigables y “felices” de hacer aquello que les pidamos perpetua un modelo de entrenamiento centrado en la posibilidad de su uso y disfrute por nuestra parte.
Es por ello que debo abandonar un proyecto que no solo lo encuentra aceptable, sino que lo potencia al ofrecerlo como parte importante de la formación para los futuros profesionales del sector, que en mi opinión deberían aprender más bien de sus efectos nocivos y riesgos que de sus beneficios.
Creo necesario hacer públicos los motivos de mi marcha, puesto que no querría generar confusión o valoraciones equivocadas en las personas, por pocas que sean, que entiendan mi presencia como una garantía o indicación de que el Máster cumplirá con las premisas de ética animalista que públicamente he expuesto una y otra vez como bases de todo mi trabajo. Finalmente, si se apuntan alumnos con una sensibilidad igual a la mía sólo se generarán tensiones e incomodidad durante la realización de algunas clases, lo que sería contraproducente y desagradable para todas las partes. Mejor hacer todo lo posible por evitarlo y así facilitar su desarrollo óptimo.
Por supuesto, mi incompatibilidad ideológica no implica en modo alguno desvalorización del Máster. No deseo que nadie la interprete como ningún tipo de descalificación de la calidad formativa ofrecida, puesto que me consta que incluso los profesionales más alejados de mis criterios de entre los que componen su claustro tienen una trayectoria profesional reconocida y consistente, estando cualificados para enseñar a los alumnos eficazmente sobre sus respectivas propuestas de trabajo. Sencillamente algunas cosas que se enseñan son incompatibles con mi ética personal y mi deontología profesional.
Por los motivos expuestos, no continuaré impartiendo clases en el Máster ni figurando -ni EDUCAN ni yo- entre los profesores y entidades colaboradoras.
Espero que mi marcha sea entendida en su justa dimensión y lamento cualquier problema que pueda causar a terceros.
También recomiendo la visita a la página de ADanimalsfree, donde los lectores pueden ampliar el argumentario que he expuesto.
Una pena pero el respeto es tambien respetar decicoones personales y las razones por la cual se decide….!! Fuerte Abrazo….Carlos Alfonso Lopez Garcia….
Gracias Juan Carlos,
El apoyo de los compañeros y colegas se agradece especialmente 🙂
Mi mas sincera admiración. Además de estar profundamente de acuerdo contigo, valoro infinitamente tu honestidad y dignidad personal.
Muchas gracias Edurne, estas palabras son muy valiosas y emocionantes, puesto que esto también ha provocado que me digan algunas menos amables.
Coincido completamente con tu punto de vista y como posible futura alumna de un master en etología aplicada (por medio de otra universidad) me entran las dudas.
Estoy ilusionada de aprender pero no si implica ponerme en situación en contra de mi ética.
Sabiendo en lo que consiste el master, animarías a la gente a estudiarlo?
Hola María,
No puedo opinar sobre otras formaciones similares (además tampoco conozco cuáles son tus planteamientos éticos, pero daré por hecho que son similares a los míos), sí creo que no deberíamos sospechar que esto sea un constante en la formación avalada por universidades, sino, más bien, lo saludable es suponer que no es lo usual. Pregunta, expón claramente tus dudas y con las respuestas que te den sobre la mesa, decide.
Nuevamente, y como muchas veces, no puedo estar más de acuerdo con lo que expones. Y espero que tu salida ayude a otros tantos a reflexionar y comenzar a ver el fondo del asunto. Que los animales no humanos tienen el derecho a vivir una vida digna según su propia etología. Que no están en esta vida para el servicio nuestro. No están para ser explotados con el fin de entretenernos.
Uf!, qué decisión, me alegro mucho!
Un abrazo,
Alejandra.
A veces las cosas más sencillas resultan complicadas de explicar, porque los golpes, las jaulas, las cadenas… el abuso que se ve es fácil de reconocer, pero existe uno más amable a la vista, pero en el que subyace una objetualización notable del resto de los animales por nuestra parte. Es importante hacerlo explícito y explicarlo, porque la empatía desentrenada es insuficiente para reconocerlo. Y ahí radica su peligro, que envuelto de palabras fragantes puede engañar a los corazones: y el mejor truco del diablo siempre es hacernos creer que no existe 😉
Completamente de acuerdo y enhorabuena por anteponer la ética profesional a otros factores, hoy en día no es fácil.
Este texto y su contenido, se podrían extrapolar perfectamente a la situación actual del entrenamiento de los perros para las intervenciones asistidas por perros.
Muchas gracias Juan Luis, es cierto que deberíamos repensar muchas de las cosas que se hacen casi por inercia dentro de las intervenciones asistidas por perros. Quizá se ha instalado una óptica demasiado objetualizadora del perro, demasiado herramientalista, por así decirlo.
Inteligente y adecuada puntualización, muchas gracias 🙂 🙂
Como bien indicas, ha debido ser una decisión difícil pero creo que la satisfacción de mantenerte acorde a tus principios hace que ahora te sientas mucho mejor y te hayas quitado un peso de encima, estoy segura.
Me parece una decisión muy acertada y te felicito por ello.
Sí que ha resultado difícil Patricia, sobre todo por cómo pudiera afectar a terceros y cómo pudiera entenderse por parte de mucha gente que no comparte una visión igual sobre los animales. Gracias por tomarte el tiempo para escribir 🙂
Sí señor. Hacen falta más personas así, que a pesar de su posición sean capaces de poner el bienestar de los animales por encima de las posibles consecuencias de sus palabras.
No entiendo cómo una empresa que se lucra a costa de tener animales salvajes cautivos para espectáculos puede participar en docencia de una universidad pública.
Gracias MªCarmen, las palabras de apoyo están haciéndolo más fácil.
Decisión valiente y necesaria.
Muchas gracias Alba 🙂 🙂
Ética personal y deontología profesional definidas…es lo primero que explicas en los cursos y el sello que los distingue a ti y a Educan. Creo que esto es lo que los hace grandes y diferentes al resto. Muy digna tu decisión personal pero aún más digna la exposición pública de tus razones. Como siempre, impecable. Un gusto conocer gente así. Saludos desde Argentina.
Gracias señorita Zerbatto, es un gusto causar esa impresión en alumnos y colegas. 🙂 🙂
Loco le llaman al sabio aquellos que de su propia ignorancia no consiguen escapar… y por ello, Carlos, tú debes estar como una cabra 😉 Al margen de llegar a compartir plenamente tu postura y tu ética al respecto, y más allá de admirar tu demostrada valentía, lo que más valoro es tu inquietud por querer llamar las cosas por su nombre y de despejar cualquier duda en aquellos campos que una vez más demuestras conocer magistral vocación e inteligencia: la equivocación no se encuentra en hacer o no éste u otro Master o curso formativo… la equivocación se comete cuando se realiza esperando otro resultado que en realidad nunca llega ni llegará. Si, de lo contrario, dicho curso se realiza sabiendo y conociendo el resultado que de él se va a obtener, y aun encontrándose lejos de nuestra postura ética, puede llegar a sernos de mucha utilidad… aunque solo sea para conocer a fondo los motivos por los que uno no llega a compartir la ética de dicha formación… Grande, Carlos Alfonso.
Es muy exacta tu visión con respecto a lo que busca este post, que no es que la gente no se apunte al Máster, sino que conozca un punto concreto en el que quien pensara en apuntarse por mi participación pudiera estar movido a confusión. Una vez claro el enfoque y sabiendo lo que se encontrarán cada cual verá si, por unos u otros motivos, le interesa hacerlo. Lo que nunca se debe hurtar a quien pudiera apuntarse es la posibilidad de realizar una elección informada, y creo que mi presencia, con mis diversos artículos sobre lo que es y lo que no es correcto hacer al entrenar animales, podría ser un motivo de distorsión del enfoque en este aspecto concreto, lo que el post y mi abandono del Máster busca clarificar.
Pertinente, aguda y casi, casi necesaria intervención.
Felicidades por tu decisión. En la mayoría de ocasiones no se dispone del valor suficiente para superponer los valores y ética personal a las decisiones profesionales. Solo tenemos que encender la televisión para ver auténticas barbaridades excusadas con el típico «cumplía órdenes». Saludos y mucha suerte en los próximos proyectos!
Hola Carlos. Mientras buscaba información acerca del Master del que hablas he llegado a este blog. Comparto completamente tu visión respecto al estudio ecológico animal. En mi caso soy Bióloga y me gustaría ampliar mis conocimientos especializándome en comportamiento animal mediante algún Master, sin embargo, me temo que a simple vista todos los que he encontrado tienen un enfoque con el que no me siento identificada. Imagino que estarás muy ocupado pero te agradecería mucho si pudieras ponerte en contacto conmigo y, desde tu experiencia, aconsejarme si sabes de algún Master que se asemeje más a este enfoque del que hablas. Muchas Gracias, un saludo, Jennifer.
Hola Jennifer,
Lo primero disculpa por la tardanza en contestar, no me he pasado mucho por el blog. No puedo ayudarte, porque no conozco en profundidad el resto de opciones, y valorarlas desde mi nivel de conocimiento sería una ligereza. Sí creo que es buena medida descartar todos aquellos en los que se ofrezca interacción directa con animales salvajes más allá de la necesaria para proveerles de cuidados veterinarios, cuando parte del atractivo publicitario de un curso es poder «tocar» e interactuar de algún modo con especies salvajes… lagarto, lagarto. Porque promueve una visión nociva para ellos, y difícil será que algo lo compense.
Gracias a ti por la confianza.