El filo de la navaja: razas y tendencias comportamentales.

Publicado el 17 de octubre de 2017

Orión, destinado a peleas y recuperado completamente en EDUCAN, pidiendo un beso al conductor y gran amor de su vida Manuel Moriche (con premiso de Adriana, su primer amor).

Siempre que uso el blog para promocionar de algún modo a EDUCAN, como hice ayer al informar de nuestras dos nuevas delegaciones en Buenos Aires, me siento algo culpable y en deuda con los lectores a los que desatiendo dejando de escribir durante meses, y a los que someto a un «qué guais somos» en mi vuelta a la escritura. Así que para compensar he cortado un trocito del libro en el que estoy trabajando para posicionarme en un tema peliagudo: la tendencia (o no) de algunas razas hacia algunos comportamientos.

¿Qué hacer cuando el peligro te rodea?

En primer lugar es necesario ser conscientes de que es peligroso –en muchos sentidos- hacer afirmaciones generalizadas que relacionen algún tipo de comportamiento con algunas razas de perros.

Es peligroso porque es fácil igualar a la raza con algunas tendencias comportamentales y etiquetarla de manera negativa, esto ha sucedido incluso a nivel legislativo con leyes infames que condenan a sujetos que no han hecho nada, de hecho juzgan y encuentran culpables incluso a sujetos que aún no han nacido. Algo que deja el de Minority Report como un modelo de justicia excesivamente perezoso y garantista. Y está sucediendo ya, la distopía ha llegado a nuestras vidas sin que la acompañen los coches voladores o las tres conchas para el cuarto de baño.

Es peligroso porque desatiende que algo más frecuente en una raza que en otra no implica que todos, ni siquiera la mayoría, de los individuos que la integran muestren tal comportamiento. Simplemente quiere decir que es un comportamiento que aparece con más frecuencia de la media en perros de dicha raza. Es decir, que si en el conjunto de los perros hubiera un cinco por ciento de sujetos sensibles y entre los border collies un diez por ciento la raza mostraría ¡el doble de sensibilidad que la media! Pero lo cierto es que nueve de cada diez borders no serían sensibles, aunque quedaran etiquetados como raza sensible.

Es peligroso porque mucha gente iguala una tendencia comportamental con un comportamiento, como si ya no pudiera hacerse nada para evitar que aparezca. Como si fuera una profecía inexorable. Y esto es completamente falso, porque es posible trabajar para que no lo haga, además sabemos bastante bien cómo en un gran número de tendencias comportamentales.

Es muy sencillo: haz lo correcto

Pero creo que es más peligroso, lo es a un nivel más profundo, ignorar o negar que existen tendencias comportamentales que son más frecuentes en algunas razas.

Es más peligroso porque negar lo que sabemos que es cierto, ir contra lo que está probado, negar la evidencia científica, es siempre salirse del juego limpio y del trabajo técnico consistente.

La idea de que los perros, de forma innata, son todos iguales comportamentalmente, y que será la educación la que determine por completo cómo actuarán es una idea probadamente falsa, los perros no son tabulas rasas.

La afirmación de que no existen perros peores que otros es cierta a nivel de derechos y de valor intrínseco, pero no respecto a tendencias concretas de comportamiento, que –por supuesto- no implican una mayor o menor valía como sujetos. Y además todos los entrenadores, incluso los que lo niegan en su discurso, lo sabemos.

¿Nos asomamos a la ventana que abre la ciencia o preferimos darle la espalda? Cata y Gastón Yinyangeando en el sofá.

Recuerdo a un entrenador que solía escribir o hablar (en público) como un verdadero telepredicador al respecto de este tema, usando un discurso que negaba casi con furia la influencia de la raza en ningún problema de comportamiento. Debo reconocer que me desagrada quien actúa desde una profesión técnica como desde un púlpito, y un día, en una conversación informal me permití ser un poco incisivo con él.

Estaba afirmando, después de unos seminarios de pastoreo, que los border collies eran los mejores para ese trabajo, así que le comenté, como quien no se da cuenta de lo que está diciendo, que con esas prestaciones quizá fuera buena cosa emplearlos como perros de asistencia en mucha mayor medida de lo que se hacía. Entonces, porque era un tema que él creía controlar (como todos, por otra parte), me explicó con benevolencia que los labradores eran una mejor opción porque importaba más el hecho de que pudieran desenvolverse en ambientes estresantes de manera consistente que el hecho de ser capaces de atender y responder a un montón de acciones complejas.

Había caído en la trampa y no pude evitar hacérselo notar: “O sea que afirmas que, como raza, los border collies son PEORES para el trabajo de asistencia, mientras que los labradores, como raza, son PEORES para el de pastoreo.” Se quedó blanco. Creo que no había pensado hasta ese momento que el concepto MEJOR es comparativo, y que si alguien es mejor en algo es que otros son peores en eso mismo. Y eso no cambia el valor de cada uno de ellos como sujeto único y merecedor de derechos. Si crees que hay razas que son mejores de manera innata para determinadas cosas también crees que hay otras que son peores, como efectivamente así es. Aunque, por supuesto, esto no quiere decir que no existan muchísimos individuos en todas las razas que sean excelentes haciéndolo y que sea estupendo entrenarles para ello, porque se lo pasarán muy bien y lograrán grandes resultados. No son dos conceptos opuestos, son dos verdades que conviven.

Esto nos lleva al último punto – el más importante- de los que hacen más peligroso negar que existen predisposiciones comportamentales relacionadas con la raza que aceptarlo. Y es que al negarlo les negamos a los perros que más lo necesitan la posibilidad de una educación preventiva, que tome en consideración que en determinada raza sería más probable que apareciera un problema concreto y dedicarle más tiempo a evitarlo.

Si negamos las tendencias comportamentales cerramos la posibilidad de la mejor educación posible, negamos la política preventiva. Educar a todos los perros del mismo modo es una idea incorrecta: algunos requerirán más atención aprendiendo a gestionar entornos estresantes, mientras que en otros el tiempo estará mejor invertido en jornadas de socialización y trabajo de mejora de sus competencias relacionales. Y para eso es para lo que nos debe servir conocer las tendencias comportamentales que la ciencia ha demostrado reiterada y consistentemente en determinadas razas o grupos de razas caninas.

… Una última vuelta de tuerca

Hace años escribí uno de los artículos que más comentarios favorables han recibido de todos los publicados aquí: La socialización de las razas sensibles, que justamente exponía cómo ayudar con trabajos precoces a evitar que estos perros desarrollasen miedos u otros problemas emocionales ¿creéis que hubiera recibido la misma acogida cualquier propuesta de política preventiva que partiera de la tendencia de algunas razas a mostrar «otros» comportamientos problemáticos? Pues a nivel conceptual y estructural sería exactamente lo mismo, mismito, mismo. Revisemos nuestros prejuicios, pongámoslos frente a nosotros y abandonémoslos. Ya.

 

Dilbert siempre tiene razón en cosas de trabajo técnico

Comentarios:


  1. Negar la tendencia hacia ciertos comportamientos por parte de algunas razas, es querer negar mucho. El ser humano siempre ha utilizado a los perros para realizar ciertas tareas y la predilección de ciertas razas para realizarlas de forma más eficiente no es casualidad.

    Pero hay una tendencia a querer ver a todos los perros como iguales para no discriminar a ninguna raza, pero no es cierto. Otra cosa es afirmar que un perro por ser de presa ya es peligro como si de algo innato se tratase, lo cual es falso. Pero ambos puntos de enfocar este tema son completamente diferentes.

    Ser conscientes de que una raza es más apta para realizar un trabajo no es algo peyorativo. Es simplemente ver las aptitudes que tienen de forma innata y aprovecharlas a favor del perro y del guía.

    Para finalizar remarco una frase que me ha encantado, porque es algo que todos los adiestradores y educadores deberíamos tener en cuenta en los cursos de cachorros:

    «educación preventiva que tome en consideración que en determinada raza sería más probable que apareciera un problema concreto y dedicarle más tiempo a evitarlo.»

    • Carlos Alfonso López García - octubre 27, 2017

      Gracias por el feedback, esto es algo que a veces aprovechan los extremistas de una u otra tendencia para justificar determinadas propuestas radicales en uno u otro sentido que no solo no son eficaces, excepto para hacer proselitismo, sino que minan el acervo de conocimiento y buena praxis que sustenta nuestro trabajo.

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