Los perros pequeños y la educación: Pomeranias en Brobdingnag
Publicado el 16 de noviembre de 2017
Mi amiga Elisa Vigal, criadora de pomeranias con el afijo Ruta de la Plata (como su residencia y centro canino, donde hacemos los cursos de EDUCAN en Sevilla, conócelo pinchando aquí), me comentaba que muchas personas que incorporan un pomerania a sus vidas no les ofrecen ninguna educación, algo relativamente común entre quienes conviven con perros pequeños.
Esto es algo que le preocupa, y me ha pedido que escriba un pequeño artículo -no más de quinientas palabras- para su próxima web dedicada a los pomeranias, que exponga porqué es tan importante educar a un perro, aunque sea pequeño. Aunque es un límite difícil para mí, he escrito lo siguiente y me han sobrado treinta palabras 🙂 :
Muchos perros pequeños, como los pomeranias, no reciben la educación adecuada para integrarse en su entorno. Esto se debe en buena medida a la facilidad para manejarles físicamente, que permite que algunos problemas no sean tales para las personas con quienes conviven, como tirar de la correa durante los paseos ¡ni se nota!, otros, como la mala relación con perros o personas o el miedo, pueden solventarse simplemente tomando al perro en brazos.
Pero esto es un error, al manejar al perro como a un muñeco quizá evitemos nuestros problemas, pero ni mucho menos los suyos: más bien estaremos aumentándolos al no darles opción a un afrontamiento voluntario y a la toma de decisiones al respecto: el perro que tira de la correa no nos molestará, pero va generando excitación y acumulando estrés, le es imposible disfrutar de la parte de su paseo que trascurre atado, sino que más bien la sufre. El perro pequeño que ladra a otros o se asusta y es cogido en brazos empeorará sus capacidades de gestión relacional y/o emocional, volviendo cada día un poco más difícil tener amigos caninos o haciéndole sentir que el mundo es un lugar menos seguro tras cada paseo.
En realidad, los perros pequeños, máxime los muy activos como los pomeranias, están entre los que más necesitan de educación, pues tienen que moverse en un mundo de gigantes (tanto las personas como la mayoría de los otros perros lo son para ellos) y es precisamente la competencia relacional que logra la educación lo que les llevará a afrontar estas relaciones desiguales sin dejarse llevar por los nervios, lo que les permitirá entender y hacerse entender por los otros. Imaginémonos tratando con King-Kong sin saber cómo: la inseguridad física y emocional nos invadirían, preferiríamos salir pitando. Piensa en salir todos los días al país de los gigantes de Gulliver, Brodingnag, vivir entre cientos de ellos, y no tener recursos para hacerte entender. Y luego quéjate de que son nerviosos o ladradores o remisos, si te atreves.
Además el entorno objetual que habitan está diseñado para nosotros, algo difícil para todos los perros, pero en particular para los de menor tamaño. Enseñarles cómo transitar, actuar y gestionar los lugares donde se desarrollará su vida es un seguro para una emocionalidad positiva y saludable, para que sientan que comprenden el mundo –el que hemos decidido que será su mundo- y conocen las normas para afrontarlo con seguridad.
Los perros pequeños, quizá más que ningún otro, necesitan ser provistos de educación para ser felices, para estar tranquilos y cómodos, privarles de ella porque son “manejables” es una triste objetualización, una forma de igualarles a muñecos movidos por resortes, en lugar de tratarles como a compañeros respetables que piensan y nos quieren.
Los pomeranias son alegres, extrovertidos y sociables, que sigan siéndolo toda su vida puede depender de ofrecerles la educación que se lo permita.
Artículo corto pero con reflexiones interesantes 🙂
Aunque no educar a la razas de gran tamaño tiene mayores consecuencias a nivel social que las pequeñas, todos los perros que conviven en sociedad deberían recibir una educación mínima. A parte de evitar los problemas de comportamiento más comunes, sería viable llevarlos a tiendas y medios de transporte público que permitan su entrada.
A parte del tema de la educación está el de la socialización, o mejor dicho de la escasa o nula socialización que se suele hacer con los perros pequeños. Y así nos va.
Definitivamente hay que cambiar el chip que se tiene con ciertas razas. Hay que educarlos y socializarlos correctamente como al resto de perros, independientemente de su tamaño.
Tal cual, además que la comodidad de manejo sea tan determinante para hacer o no cosas así de importantes dice bastante de nosotros. Porque muestra que, en realidad, buena parte de lo que hacemos bien con los perros lo hacemos porque lo necesitamos para nuestro propio beneficio, y cuando no es así tendemos a descuidarlo. Gracias por escribir 🙂