Entrevista COMPLETA con Kurt Kotrschal, del Wolf Science Center

Kurt Kotrschal con un amigo canino. Fotografía de Peter Rigaud, obtenida de www.krone.at

Kurt Kotrschal con un amigo canino.
Fotografía de Peter Rigaud, obtenida de www.krone.at

«…Si tratas a tu perro solo como una máquina de estímulo-respuesta, no es justo para el perro, y no obtendrás resultados óptimos…» K.K.

Kurt Kotrschal, director del Wolf Science Center en Austria, estuvo en España, invitado por Aarón Sánchez y Luis Souto, e impartió en las instalaciones del Instituto Tecnológico EDUCAN uno de los seminarios mas “explosivos” y revolucionarios que un científico del comportamiento haya realizado jamás en España.

Sus ideas eran tan poderosas, tan independientes de los lugares comunes habituales en el mundo del perro, que tuvimos que hacerle una entrevista 😉 😉 . Es raro que un científico esté tan dispuesto a posicionarse con claridad y firmeza en prácticamente todos los temas candentes para los adiestradores, Kurt no solo está dispuesto, sino que considera que debe hacerlo.

Kurt dijo en el seminario, y luego nos amplió al entrevistarle, cosas tan sustanciosas como que la dominancia existe en las relaciones sociales de los perros, incluyendo las que tienen con nosotros (pero nada tiene que ver con el maltrato), que la castración sistemática no es ética, que los perros y los lobos tienen diferencias sustanciales a nivel de aprendizaje, pero también similitudes..

Colgamos varios artículos y cortes de la entrevista con algunas de estas bombas conceptuales, que fueron muy visitados y comentados. Generando debates acalorados, revisiones críticas de lo que creíamos saber, puestas en común de diferentes puntos de vista al respecto…

En el mundo del adiestramiento, donde nos movemos demasiado entre el seguidismo acrítico y el linchamiento feroz, pocas veces se ha visto un intercambio entre posturas tan amplio y constructivo como el consecuente con la publicación de las ideas de Kurt. También fue un debate muy internacional, llegaban opiniones y análisis desde todos los países castellanoparlantes.

Hoy colgamos, por fin, la entrevista completa. Y quienes la veáis comprobaréis que los cortes que anticipamos eran solo la punta del iceberg de las ideas y reflexiones de uno de los científicos que mejor saben en qué se parecen y en qué se diferencian los perros y los lobos.

Kurt es uno de los científicos más valientes a la hora de opinar y adoptar una postura pública sobre temas que otros pasan de puntillas para no molestar a nadie. Pero sabe que solo molestando a los que quieren silenciar los debates, a los que quieren dividirnos en buenos y malos, es como se promueve el pensamiento crítico, el pensamiento científico. Gracias por eso.

#descubrealosperros #entrenarperrosesotracosa #súmatealCOGNITIVOEMOCIONAL

Por qué dejo el Máster en Intervenciones Asistidas y Etología Aplicada de la UAM

A veces hay que mirar las cosas con detalle, pero sin tocarlas.

A veces hay que mirar con detalle, pero sin tocar.

He decidido abandonar el Máster en Intervenciones Asistidas y Etología Aplicada de la Universidad Autónoma de Madrid (en adelante UAM), en el que impartí clase durante sus dos primeras ediciones.

Esta no ha sido una decisión fácil por muchos motivos: desde la amistad que me une a varias de las personas que participan en él, hasta –absurdo sería negarlo- los beneficios promocionales, comerciales y de imagen que implicaba tanto para mí como para EDUCAN participar en él, pasando por los (mínimos) perjuicios que mi abandono público pudiera causar al mismo Máster en cualquier sentido.

Sin embargo, tengo la convicción de que debo dejarlo y exponer las causas que me llevan a hacerlo. Así se lo comuniqué a la dirección del Máster, con la que he hablado ampliamente sobre esto y que, como es razonable, ha sido informada con antelación, tanto de mi marcha, como de mis motivos y mi decisión de hacerlos públicos. De hecho, el texto que sigue es en buena medida una adaptación de varios de entre los que les envié, y creo que muestra con claridad mis razones.

Como sabéis, soy animalista, y algunas de las ideas que se exponen y de las prácticas que se están -siempre en mi opinión- potenciando desde el Máster entran en conflicto directo con mi ética personal y mi deontología profesional.

Creo que entrenar a los animales salvajes para lograr una docilidad extrema y conseguir interacciones directas con personas, así como para realizar conductas que no son propias de su etología genera un modelo de idealización, objetualización y uso de los animales que es el causante primero del deseo de poseerlos, de la idea de que “les gusta estar haciendo cosas para nosotros” y consecuentemente tanto de su explotación comercial, como del mascotismo, raíces principales del tráfico, tenencia y maltrato de muchos animales salvajes.

Desde su inicio conocía de la participación de empresas y personas cuya visión es contraria a la mía, dedicándose al entrenamiento de animales salvajes para su uso comercial en cine, publicidad y similares. Aunque no compartiese su enfoque, tras hablarlo con otros compañeros y con la dirección del Máster, entendía que se buscaba dar a los alumnos una visión amplia y que, además, las clases con este tipo de animales se referirían exclusivamente a su manejo y cuidado, algo que no implica ni su entrenamiento para la interacción directa con personas, ni la enseñanza de habilidades o trucos que sean de interés para su explotación publicitaria.

Sin embargo se han ido volviendo frecuentes las fotografías de alumnos en interacción directa con animales salvajes y la inclusión en las clases de pautas de entrenamiento para lograr dichas interacciones. Esto no solo se expone como algo aceptable, sino apetecible y valioso, teniendo un efecto de máxima relevancia en la captación de alumnos y determinando el enfoque del Máster, sea de manera buscada o no.

El contacto directo con animales salvajes dóciles siempre es muy atractivo, pero tengo la convicción de que resulta negativo para su conocimiento y respeto, y que aprovecharlo promocionalmente y divulgarlo desde una institución con el peso específico de la UAM es, más o menos indirectamente, justificarlo y perpetuarlo.

Entiendo que es beneficioso y necesario para los alumnos conocer diferentes acercamientos y opiniones sobre cómo se entiende el comportamiento de los animales, la intervención comportamental y las diferentes prácticas profesionales relacionadas. Toda formación debería trasmitir el hecho cierto de que en este área cohabitan diferentes ópticas e interpretaciones, así como potenciar el pensamiento crítico.

Pero también sucede que a veces el deseo de ofrecer una visión amplia puede caer en la falacia del punto medio, igualando todas las opciones pese a que alguna de ellas tenga mayor respaldo y aceptación científica. Lo cierto es que la interacción directa con animales salvajes, así como su entrenamiento y uso para espectáculos, publicidad u otras filmaciones, tiene muy poco respaldo y escasa aceptación como práctica eficaz y ética para la mejora de su bienestar y conocimiento, y opino que, en justicia, así se les debería exponer a los alumnos. Darle una posición de igualdad, sumado al inevitable atractivo que implica, creo que promociona estas prácticas, ensombreciendo otros acercamientos que tienen mayor respaldo y apoyo académico, aunque sean menos atrayentes.

Entiendo que este es un punto en el que existen otras  maneras de ver las cosas, que quienes lo encuentran adecuado aluden a la necesidad de financiar de algún modo los lugares donde se aloja y cuida a los animales salvajes rescatados del tráfico ilegal o del maltrato, y que sostienen que la cercanía, la docilidad y el contacto directo son embajadores eficaces para suscitar simpatía hacia estos animales. No dudo en absoluto de la buena fe de quienes piensan que estas son soluciones adecuadas para el problema.

Sin embargo, yo tengo la convicción de que mostrar a los animales salvajes como amigables y “felices” de hacer aquello que les pidamos perpetua un modelo de entrenamiento centrado en la posibilidad de su uso y disfrute por nuestra parte.

Es por ello que debo abandonar un proyecto que no solo lo encuentra aceptable, sino que lo potencia al ofrecerlo como parte importante de la formación para los futuros profesionales del sector, que en mi opinión deberían aprender más bien de sus efectos nocivos y riesgos que de sus beneficios.

Creo necesario hacer públicos los motivos de mi marcha, puesto que no querría generar confusión o valoraciones equivocadas en las personas, por pocas que sean, que entiendan mi presencia como una garantía o indicación de que el Máster cumplirá con las premisas de ética animalista que públicamente he expuesto una y otra vez como bases de todo mi trabajo. Finalmente, si se apuntan alumnos con una sensibilidad igual a la mía sólo se generarán tensiones e incomodidad durante la realización de algunas clases, lo que sería contraproducente y desagradable para todas las partes. Mejor hacer todo lo posible por evitarlo y así facilitar su desarrollo óptimo.

Por supuesto, mi incompatibilidad ideológica no implica en modo alguno desvalorización del Máster. No deseo que nadie la interprete como ningún tipo de descalificación de la calidad formativa ofrecida, puesto que me consta que incluso los profesionales más alejados de mis criterios de entre los que componen su claustro tienen una trayectoria profesional reconocida y consistente, estando cualificados para enseñar a los alumnos eficazmente sobre sus respectivas propuestas de trabajo. Sencillamente algunas cosas que se enseñan son incompatibles con mi ética personal y mi deontología profesional.

Por los motivos expuestos, no continuaré impartiendo clases en el Máster ni figurando -ni EDUCAN ni yo- entre los profesores y entidades colaboradoras.

Espero que mi marcha sea entendida en su justa dimensión y lamento cualquier problema que pueda causar a terceros.

También recomiendo la visita a la página de ADanimalsfree, donde los lectores pueden ampliar el argumentario que he expuesto.

 

Primer trimestre de 2014 en el Instituto EDUCAN: Altos vuelos.

Acabamos de terminar el seminario de ABA actual con Jesús Rosales-Ruiz, con el que he disfrutado enormemente (¡¡espero que los alumnos también!!) porque, aunque es una visión muy diferente a la del C-E, siempre es un placer ver un trabajo conceptual, estructurado, inteligente y con una base consistente.

Este trimestre sólo nos queda mi seminario, “Cómo hacer viable una empresa de educación y gestión de la conducta canina en tiempos de crisis”, los días 14 y 15 de Diciembre. Siempre me parece difícil publicitar un seminario que imparto yo, porque hablar bien de uno mismo como que no. Así que intentaré explicar por qué he planteado este seminario, dejando que los motivos hablen por sí mismos: Obviamente un motivo era aumentar la rentabilidad del trimestre con un ponente que nos sale baratito después de haber traído a Jesús Rosales-Ruíz allende los mares, pero existen otros de mayor interés para los potenciales alumnos ;).

Como expliqué al presentar la nueva línea de formación que estamos llevando a través del Instituto EDUCAN de Formación Continua, creo que es necesaria la preparación empresarial para quienes nos dedicamos al adiestramiento, porque sin una mínima rentabilidad no es posible ninguna profesión. Tengo la suerte de trabajar en lo que más me gusta, sé lo bueno que es poder dedicarse a un trabajo vocacional y me gustaría que todos quienes lo deseen pudieran hacerlo.

Saber enfocar nuestra empresa es una prioridad: nos permitirá disfrutar de lo que hacemos, ofreciendo servicios que nos lleven a desarrollarnos como profesionales y realizarnos como personas. En nuestra profesión mucha gente queda “atrapada” por su falta de planificación, y aunque factura lo suficiente para vivir, deja de disfrutar de su trabajo por cómo tiene que realizarlo, esto es particularmente penoso en una profesión elegida desde la ilusión. Tengo la convicción de que mi seminario es de gran ayuda para que vivir del entrenamiento de perros sea más sencillo, más fácil y más agradable.

Como decía, lo he pasado muy bien con los dos seminarios que hemos dedicado al ABA, pero reconozco que ahora necesito un poco de desintoxicación de tanto conductismo, porque me termina dificultando un poco respirar con naturalidad, por eso este trimestre en el Instituto EDUCAN vamos a centrarnos en la cognición ¡Y cómo!

Los días 18 y 19 de Enero nos visita Juan Carlos Moreda, que impartirá un seminario de obediencia deportiva utilizando su sistema CoachinDog, este sistema, que parte de las premisas y conceptos del adiestramiento C-E, permite alcanzar resultados de máxima calidad a través de la relación de equipo entre el perro y su guía, potenciando el vínculo afectivo saludable entre ellos y mejorando las capacidades de gestión emocional en el perro, algo difícil de ver en trabajos de obediencia competitiva donde lo más usual es ofrecer motivaciones puramente individuales al perro, así como usar de continuo sobreactivaciones emocionales.

También me cuesta hablar del trabajo de Juan Carlos, porque es alguien por quien siento mucho cariño, es de casa, pero tengo la convicción de que si un anglosajón mostrase un trabajo la mitad de conceptual y solo una décima parte de bueno que el suyo estaríamos haciendo cola para ir a verle, pero a un español… parece que nos cuesta más.

Juan Carlos ha sido el sexto clasificado en el año 2012 del Campeonato Mundial de los Pastores Alemanes, WUSV, una de las competiciones de adiestramiento más elitistas del mundo, obteniendo la tercera mejor obediencia mundial tanto ese año como en este 2013.

Si practicas OCI o IPO este seminario puede hacerte cambiar lo que creías saber sobre la preparación de un perro para el deporte de alto nivel, si haces obediencias de manejo con adiestramiento C-E verás llevar los mismos conceptos que utilizas a su máximo exponente.

Juan Carlos no sólo sabe de competición, ha sido uno de los mejores adiestradores comerciales que han pasado por EDUCAN y sigue dedicándose profesionalmente a ello con su empresa Krusaiker, no es de esos ponentes que sólo saben trabajar su reglamento y con la raza óptima. Por eso, aunque traerá a Teo Togaricha, su compañero en la competición, los asistentes pueden venir con sus perros (con previo aviso) para que les ayude en aquellos puntos de la obediencia que deseen mejorar.

Febrero nos lo guardamos para hacer un evento que será gratuito, tanto presencial como on-line, y muy especial, pero aún no es el momento de anunciarlo, así que pasaré a Marzo.

El 22 y 23 de Marzo tenemos una ponente muy especial, para mí la más especial: Irene Pepperberg, una de las científicas más importantes, probablemente la más importante, de la historia de la cognición animal.

De Irene Pepperberg no me cuesta nada hablar, Fernando Trueba tiene a Billy Wilder y yo tengo a Irene Pepperberg.

Irene nos hablará sobre el estudio de la cognición de los animales a través de su entrenamiento, junto a su loro gris Alex (Avian Learning EXperiment, Experimento de Aprendizaje Aviar), la doctora Pepperberg cambió la manera de entender cómo aprendían los animales y cómo podían relacionarse con las personas.

Irene Pepperberg desarrolló un modelo de entrenamiento modelo-rival (que nos explicará) que permitió a Alex pasar del simple aprendizaje asociativo al aprendizaje de conceptos abstractos como forma, color, número, material… pudiendo etiquetar un objeto que se le presentaba según estas características, también comprendía conceptos relativos como “más grande”, “más pequeño” o «mejor», podía enumerar la diferencia entre dos objetos que se le presentaban, pero también comprendía el concepto “cero” y cuando se le presentaban dos objetos idénticos y se le preguntaba por la diferencia respondía “ninguna”. Era capaz de intentar usar las más de ciento cincuenta palabras que conocía para desarrollar nuevos conceptos y trasmitírselos a las personas, así cuando por primera se le presentó una manzana la nombró como “banerry”, combinando “banana” y “cherry” (cereza) para explicar lo que le parecía. Cuando Alex acertaba en los experimentos no era premiado simplemente entregándole la comida, tenía que pedirla: si se le entregaba una comida diferente a la que solicitaba la ignoraba o se la tiraba al investigador. También sabía contar y calcular cantidades😮 . Como puede parecer increíble os dejo este link a un vídeo, en inglés, qué se le va a hacer (me encanta un momento en el que explica que cuando dijo que creía que los loros tenían capacidades cognitivas similares a las de los niños lo que le respondieron fue “¿Qué has fumado?”, parece que ante la idea de la cognición en los animales algunas personas tienen una respuesta universal).

Si no te has dado cuenta aún, me permitiré señalar que, haber enseñado todo lo anterior (y otras muchas cosas) a un loro, y a uno con un carácter más bien difícil, convierte a Irene Pepperberg en la mejor entrenadora de animales de la historia, sin comparación posible.

Por eso, aunque nunca he sentido simpatía por la idea de anunciar los cursos y seminarios que uno imparte u organiza como “necesarios”, “imprescindibles” u otros epítetos que producen un cierto rubor al dirigirlos hacia uno mismo, me permitiré afirmar que todo el que realice este seminario saldrá renovado y quienes no lo hagan perderán una ocasión irrepetible de crecer en su manera de entender a los animales y su entrenamiento. Si puedes venir y no lo haces eres tont@, siento decirlo así.

Creo que este seminario es una ocasión para bañarnos en una luz más blanca, en lo que se refiere a conocer las capacidades de aprendizaje de los animales a través del entrenamiento. Saldremos respirando con más amplitud y frescura, el condicionamiento es una habitación demasiado angosta y oscura para albergar toda la maravilla del comportamiento de los animales, todas las potencialidades de nuestra relación con ellos, sobre todo las afectivas. Porque al final el entrenamiento es construir puentes para entendernos y comunicarnos con ellos, para poder amarnos de manera bilateral, consciente y cualitativa.

Alex murió la noche del 6 al 7 de Septiembre del 2007, esa noche se despidió de Irene diciéndole “Eres buena, te quiero”, ella le respondió “Yo también te quiero”, Alex dijo “Mañana nos vemos”, Irene contestó “Sí, mañana nos vemos”.

Yo no creo en Dios para poder agradecerle el milagro de que personas y animales tengamos la posibilidad de entendernos y querernos a través la ciencia aplicada, así que: Gracias Alex, gracias Irene.

«Do as I Do» (hazlo como yo).

El otro día recibí una nota informativa de nuestros colegas del centro canino “Cinco Huesos” sobre un seminario que organizaban: Traen a Claudia Fugazza a exponer su sistema “Do as I Do” (hazlo como yo).

En nuestro país se hacen muchos y buenos seminarios con ponentes de calidad, normalmente entrenadores de renombre de especialidades concretas (VPG, Agility, OCI, problemas de gestión emocional del miedo o la agresión…) que exponen y ponen en práctica sus filosofías, procedimientos y técnicas probadamente exitosas.

Este seminario es muy diferente.

Claudia Fugazza ha desarrollado un protocolo de trabajo, “Do as I do” (hazlo como yo), que utiliza el complejo proceso cognitivo y social de la imitación para enseñar al perro, esto significa que el perro aprende imitando lo que hace su guía humano. Me sorprendió mucho esta propuesta y aún más el hecho de no saber quién era la señorita Fugazza ni que existía el “Do as I Do” como protocolo de entrenamiento, pues suelo estar bastante actualizado y el tema de empatía, simpatía y sincronía está muy ligado a la imitación, al indagar descubrí que se había presentado oficialmente en un libro que se editó en diciembre del año pasado, o sea menos de medio año. Realmente es una noticia de última hora, así que me siento excusado por no conocer su trabajo hasta ahora.

En mi opinión esta es la propuesta más importante que ha aparecido en entrenamiento de perros desde… bueno desde que nosotros planteamos incorporar al entrenamiento de manera sistemática los procesos cognitivos de resolución de problemas, formación de conceptos y toma de decisiones, así como de trabajar la gestión emocional y llamamos al conjunto de nuestras propuestas adiestramiento cognitivo-emocional.

“Do as I Do” es tan importante porque no solo plantea la existencia en los perros de una capacidad cognitiva y social muy compleja, como es la imitación, sino que aporta un protocolo concreto y sistemático para aprovechar esta capacidad en el adiestramiento. Algo completamente novedoso y revolucionario.

He comentado lo relevante, en mi opinión, de esta propuesta con otros colegas y en varios casos he tenido una sensación de “déjà vu”, me han planteado que Claudia Fugazza no ha tenido grandes resultados en competiciones o que en sus videos el nivel de entrenamiento de su perro es inferior al que obtienen otros entrenadores que enseñan las mismas destrezas con métodos tradicionales.

¿Cómo se puede ser tan corto de vista? (el texto original era «¡Putos miopes!», pero me comentan que es inadecuado, así que no lo pongo :)).

El primer coche era menos eficaz que el último carromato, pero lo que suponía de avance conceptual era incuestionable y marcaba el inicio de una época… o el final de la anterior. Es normal que los protocolos y las técnicas concretas para aplicar la imitación como motor de enseñanza sean mejorables ¡acaban de empezar! Pero dentro de diez años las técnicas se habrán afinado y no entenderemos cómo podíamos entrenar sin tomar en cuenta la imitación. Y será gracias a la señorita Fugazza. Con esto no quiero decir que tengamos que dejar de utilizar los procesos de aprendizaje que se usaban hasta ahora para enseñarlo todo a través de la imitación (en rastreo en concreto no lo recomiendo en absoluto, salvo que uno tenga más experiencia que Pocholo Martínez-Bordiú), sino que tendremos una vía más de adiestramiento, no una técnica nueva, sino una nueva manera de enseñar.

Claudia Fugazza ha cambiado para siempre el entrenamiento de perros, sin vuelta atrás, da igual que después otro entrenador con más “mano” o interés en la competición consiga mejores resultados aplicando “Do as I do”, no importa que algunos lo utilicen, se beneficien de ello y después digan que en realidad era algo que siempre se había hecho y que no había novedad en la propuesta. No importa que los adiestradores más ancestrales y cerrados sonrían y se hagan gestos cómplices de desprecio al decir “…que los perros imitan ¡qué se inventarán ahora para vender cursos!”. Nada de eso importa porque esta brillantísima entrenadora nos acaba de regalar el siguiente paso en la evolución del adiestramiento de perros y si alguien no sabe verlo es él quien tiene el problema.

Como se puede deducir de mis palabras me parece necesario conocer el trabajo de Claudia Fugazza para tener una visión completa sobre cómo enseñar a nuestros perros aprovechando el máximo de procesos cognitivos y sociales, por ello veinte entrenadores de EDUCAN ya nos hemos apuntado a este seminario. Yo os recomiendo empezar a usar la imitación social como motor de aprendizaje 😉 .

La importancia de las emociones dentro del grupo social (y IV): La entropía y su importancia en el comportamiento del perro doméstico

Hemos hablado en los posts anteriores de la empatía, sincronía y simpatía, y cómo su fin es hacer viable el grupo social facilitando el acceso y distribución de recursos, así como su seguridad. Estos procesos emocionales mueven mucha energía, porque es necesario gran cantidad de comportamiento social para organizar, coordinar y conseguir que un grupo social sea eficaz en su entorno.

Pero ¿qué pasa cuando el grupo social no tiene que coordinarse para cazar porque los recursos se proveen desde fuera del grupo y no es necesario defenderse porque se vive en un entorno controlado? Todos esos procesos emocionales y la energía que mueven ¿dónde van a parar?

Hace tiempo (en 1824, para ser exactos) un físico, Carnot, comprobó que las máquinas de vapor durante un tiempo de trabajo siempre generaban la misma energía, pero parte de esa energía no se convertía en trabajo sino que la “absorbía” la misma máquina (calentándose, moviéndose…) y denominó a la parte de la energía que no podía usarse para producir trabajo entropía (ya sé que a los que sois de ciencia os horrorizo por esta explicación de la segunda ley de la termodinámica, tened paciencia conmigo). Carnot también comprobó que según aumentaba esta entropía el trabajo aprovechable era menor, sin embargo ningún sistema puede funcionar sin un mínimo nivel de entropía.

Por tanto la entropía es la cantidad de energía que genera un sistema (en nuestro caso el grupo social del perro) y no es aprovechable en trabajo útil.

En psicología y, sobre todo, en sociología no tardaron en importar el término para utilizarlo en el estudio del funcionamiento de los grupos sociales, en estas ciencias humanísticas se utiliza con el sentido de “desorden”, y es lógico pues cuanta más de la energía generada para la interacción eficaz se reabsorbe en el grupo más aumenta el desorden y con ello los problemas.

En este momento hay una importante polémica sobre la dominancia y cómo funciona realmente en los grupos de cánidos, parte de este debate se genera porque buena parte de los datos que manejábamos estaban referidos a lobos en cautividad y su conducta social está alterada con respecto a una situación de libertad.

Precisamente ahora sabemos que lo que altera la conducta social de los mamíferos sociales que permanecen en zoos es el aumento de la entropía: toda la energía que produce el grupo social para su funcionamiento no se convierte en trabajo eficaz: no es necesario cazar, ni defender el grupo de agresiones, ¡ni siquiera desplazarse de manera coordinada!, por lo que esa energía se vuelca íntegramente en las interacciones sociales.

¿Cómo afecta el aumento de entropía a un grupo social? Es muy sencillo verlo fijándonos en un programa que basa su éxito en el aumento de la entropía y sus consecuencias: “Gran Hermano” (“Big Brother”). El aumento de entropía en un grupo social se caracteriza por tres factores principales:

  1. Aumento de la relevancia de la distribución y posesión de recursos y de las situaciones violentas referidas a este tema.
  2. Aumento de la importancia de las jerarquías y con ello un aumento extremo de las agresiones relacionadas con la posición social.
  3. Aumento de las relaciones afectivas positivas o negativas, tanto en frecuencia como en intensidad (edredoning y juramentos de amistad/odio eternos).

Esto tiene su lógica, si el grupo social se encuentra en un entorno «natural»: La repartición de los recursos obtenidos utiliza una parte mínima de la energía gastada en conseguirlos cazando de manera coordinada. Las jerarquías tienen un fin principalemente organizativo: sirven para coordinar de modo eficaz las acciones del grupo y darle orden y armonía. Y las relaciones afectivas tienen por objeto mantener la cohesión social, evitando la dispersión del grupo cuando no hay un “trabajo” concreto que hacer en común. Por supuesto sí que surgen agresiones jerárquicas y conflictos por la posesión de recursos, así como relaciones afectivas consistentes, pero el grueso del tiempo y de la atención de los animales no está centrado en estos menesteres.

Cuando se limita el espacio del grupo, se controla el ambiente para que sea seguro y se “regalan” los recursos, la importancia de su posesión, la posición social y las relaciones afectivas son las ÚNICAS conductas sociales que resulta posible llevar a cabo y, razonablemente, recogen una cantidad de energía diseñada para objetivos sociales mucho más ambiciosos. Imaginemos que cogemos la energía destinada a mover un tráiler y la aplicamos a un Vespino, es más que fácil que reviente o se salga en la primera curva, y es por esto que todos los que salen de “Gran Hermano” dicen, y tienen la razón científica en la mano, que en “La Casa” todo se vive más intensamente.

Pero esto nos lleva a un pequeño problema: quienes plantean que el estudio de las interacciones de los lobos en zoos no son válidas para hacer homologías con el perro doméstico porque dichos lobos se encuentran en una situación que es generadora de estos problemas, olvidan que la mayoría de los perros domésticos no tienen que trabajar coordinadamente con su grupo social para conseguir ningún recurso, ni tienen que contribuir a ninguna defensa del grupo, en realidad no necesitan coordinarse con su grupo para nada. Así que la mayoría de los perros «de casa» sí que se encuentran en situaciones de entropía y esto causa un alto número de problemas con respecto a los puntos antes descritos.

Por ello la realidad no está con los que tienen una visión del perro como un continuo retador cuyos instintos le llevan a buscar una posición dominante en su familia, ni tampoco con los que opinan que no existen estos problemas en absoluto. Como sucede en tantas ocasiones, existe una explicación menos militante pero más consistente a nivel científico: el aumento de la entropía, lo que explica que muchos de estos problemas se den en perros de razas sin un fuerte carácter, pero que por su labor única de perros de compañía casi no salen de casa ni interactúan con congéneres ¡no hablemos ya de trabajar!

Así pues, en lugar de tener que pelearnos con nuestros perros para conseguir vencer en una supuesta lucha por la supremacía o limitarnos a intentar eliminar el estrés que genera la situación, tenemos una alternativa mejor: darle a nuestros perros un trabajo coordinado con nosotros y que tenga que realizar regularmente, para que utilice la energía social que genera de la manera más adecuada según su etología.

Además debemos tener en cuenta que todos los efectos de la entropía no son malos: el nivel afectivo que los perros pueden mostrar por las personas es superior al que suelen mostrar entre ellos porque nosotros respondemos a sus interacciones afectivas exageradas más (y mejor, pero eso lo dejo para otro artículo, no se me vaya a escandalizar alguien) que sus congéneres ¿O vuestros perros no os piden más mimos y están más cariñosos con vosotros que con otros perros con los que conviven? La explicación está en la entropía: esos espectaculares videos donde leones, cuervos (¡hola Vera!), osos u otros animales criados por personas muestran un afecto superlativo hacia estas, mayor que el que la misma especie manifiesta entre sí, sólo está ejemplificando cómo el aprovechamiento del extra de afectividad que genera la entropía ha sido utilizado inconscientemente por las personas que cuidaban a estos animales para vincularles afectivamente con ellos de manera mucho más fuerte de lo que se unirían a sus coespecíficos en situaciones naturales.

Ahora, imitando al Magic Andreu, me voy a colgar una medalla: Creo que este es el primer artículo o texto en el que se menciona la importancia de la entropía en el comportamiento del perro doméstico, y como creo que en algunos años va a escucharse muuuucho, me permito hacéroslo notar, para que, cuando llegue ese momento, recordéis dónde lo leísteis por primera vez 😉

Después de este tocho (¡y los tres anteriores! Glups :() prometo que los próximos posts serán menos técnicos y más cortos.

La importancia de las emociones dentro del grupo social (III): La simpatía

Este es el tercer y último artículo de esta serie, porque, como bien me ha indicado mi compañero Javier Moral, la entropía es un fenómeno del grupo que influye en la conducta de los individuos (empatía, sincronía y simpatía son, por el contrario, fenómenos del individuo que influyen en el grupo) y merece un tratamiento diferenciado.

La simpatía es la base de las estrategias altruistas de conducta y está demostrada en varios mamíferos sociales: los póngidos, los elefantes, los cetáceos y las personas. No está demostrada en cánidos, pero ¡Ojo! No es que se haya evaluado y el resultado haya sido negativo: es que no se han llevado a cabo trabajos publicables para evaluar la existencia de esta capacidad (o al menos yo no he encontrado ninguna documentación al respecto, si algún lector tiene conocimiento de dicha documentación le rogaría que me diese la/s referencia/s). Por ello podemos argumentar a favor o en contra y defender cualquiera de las dos hipótesis.

La simpatía implica no solo reconocer el estado emocional de otro individuo y alterar nuestra conducta de acuerdo a esto, sino el contagio emocional del estado observado: cuando ese estado emocional es positivo nos permite compartirlo, pero lo más interesante es que cuando es negativo se genera conducta para mejorarlo. Es la base de la solidaridad.

La evaluación de la capacidad de simpatía de una especie sólo puede determinarse de manera consistente en base a la aparición de este contagio emocional con una emoción concreta: la tristeza. ¿Por qué?, la alegría suele llevar asociados o bien la aparición de estímulos positivos que sólo ha captado el animal que se pone contento, o bien comportamientos expansivos que fácilmente pueden inducir a los otros miembros del grupo a “aprender” cuándo es el momento adecuado para jugar, los estados emocionales agresivos también deben ser rápidamente captados por los otros individuos del grupo para adecuar su conducta por interés propio ¡nadie quiere tocarle las narices a un tipo enfadado!, incluso el miedo puede estar asociado a factores de interés individual: si otro individuo del grupo tiene miedo puede pasar algo peligroso para todos, que harán muy bien en “contagiarse” de ese estado emocional y poner pies (patas) en polvorosa. Por ello el contagio de estas emociones tiene una fácil explicación por asociaciones con elementos de interés para el individuo que se contagia, ¡ojo! No digo que el contagio suceda únicamente por este motivo, pero siguiendo el principio de Morgan no debemos explicar un comportamiento como consecuencia de un proceso psicológico complejo si podemos explicarlo a través de otro proceso más básico. Al lorito con esto que algunos conductistas han citado hasta la saciedad este “canon” de Morgan, sin recordar que el mismo Morgan, algo escandalizado por el sesgo que se le daba a sus palabras, añadió después: “para que el alcance de este principio no sea malentendido hay que añadir que el canon no excluye en absoluto la interpretación de un comportamiento en particular en términos de procesos superiores si ya hemos conseguido pruebas independientes de la existencia de estos procesos superiores en el animal que estamos observando”. O sea que si todos los procesos de contagio emocional que observamos pueden ser explicados en base a asociaciones con las consecuencias de esos estados emocionales no podemos hablar de simpatía, pero si existe al menos un caso de contagio emocional que no es explicable únicamente por asociaciones de este tipo podremos argumentar que en los demás casos el contagio podría darse por el mismo mecanismo que explique ese único caso. Si, a mí también me parece lioso.

Y aquí entra en juego la tristeza, porque no hay ninguna ventaja directa por contagiarse de la tristeza de otro individuo: la tristeza no es una señal de alarma que nos ayude a evitar un peligro, tampoco es el predictor de ningún evento positivo, hay una reducción de conducta en el individuo triste y no un aumento que pueda llamar la atención de los otros individuos. En fin que realmente lo “lógico” sería ignorar al individuo triste. Sin embargo en las especies con capacidad de simpatía aparece este contagio emocional, que además es directamente proporcional al nivel de relación entre los individuos implicados.

Creo que muchos hemos presenciado casos en los que aparece el contagio emocional de la tristeza en los perros: cuando estamos desanimados y se nos acercan para darnos suavemente la pata o un lametón por ejemplo. Recuerdo que cuando mi perro Ibo era muy mayor y ya estaba bastante disminuido tenía ocasionales empeoramientos de ánimo. Siempre que esto sucedía nuestras otras perras, jóvenes y activas, se acercaban a él: la pastora alemana se tumbaba a su lado muy pegada al suelo y la malinois (incapaz de estarse tan tranquila) cogía juguetes y los dejaba caer delante suyo. Conductas difíciles de explicar sin tomar en cuenta la simpatía, pues la mayor recompensa que obtenían era que, en el caso de aceptar alguno de los juguetes, Ibo las echaba de allí para disfrutarlo tranquilo (sí, a veces era muy borde). Hubieran obtenido más beneficio si sencillamente ignorasen al yayo e hicieran su vida, pero parecía que les era completamente imposible pasar por alto estos momentos de desánimo del que había sido su compañero de juegos durante muchos años. También hace poco unas border collies estuvieron en nuestra residencia, una de ellas sufrió unos ataques epilépticos, tras los cuales quedó desorientada y aparentemente no reconocía a su compañera de toda la vida, este estado emocional alterado tuvo como consecuencia que la perra que no había sufrido los ataques intentara “animar” a su amiga de todas las maneras posibles: invitaciones al juego, acercamientos tranquilos, contactos que la primera rechazaba: esto causó que la otra multiplicara sus esfuerzos por “conectar” con ella, hasta el punto en el que decidimos separarlas temporalmente para evitarle a la preocupada compañera un aumento indeseable de los niveles de estrés. También es cierto que la perra que mostraba estos niveles de preocupación activa por su amiga es, en mi opinión, una de las perras más especiales y con una personalidad más encantadora y atrayente que he tenido el gusto de conocer.

No quiero terminar este artículo sin indicar que, aunque estemos tocando temas que nos den una visión “positiva” del perro, acorde con la imagen de ellos que queremos tener, estos son sólo algunos de los procesos que aparecen en el perro doméstico. También existen y están bien demostrados otros bastante menos amables, lamentablemente no podemos “ordenar” la naturaleza de acuerdo con nuestros deseos, esto es algo de lo que, EMMO, se está abusando demasiado en el mundo del adiestramiento para captar a quienes se inician y desean escuchar que la realidad técnica coincide con su ideal de cómo es/debería ser el perro, pero los estudios también nos muestran procesos como el infanticidio en leones, o algunas formas de agresión en los perros que no nos gustaría reconocer en nuestro mejores amigos.

Por tanto debemos tomar muy en cuenta que, si bien los actuales trabajos confirman que los perros no son únicamente unos individualistas feroces y dispuestos a la agresión por cualquier quítame allá esas pajas (¿de dónde vendrá esta expresión?), también confirman la existencia de otros procesos en los que sí que aparece competencia, individualismo o actitudes fuertemente agresivas (sin patologías de la conducta) hacia compañeros sociales o seres humanos. No podemos tomar únicamente la parte de conocimientos que nos reconfortan, es necesario aceptarlo todo para tener una visión real de la etología de nuestros compañeros: tan capaces son de ser unos amigos solidarios como de ser unos cabrones con pintas (¿se puede hablar así de mal en un blog? :o, espero que mi madre no lea esto o me lavará la boca con jabón).

La importancia de las emociones dentro del grupo social (II): La sincronía

Este segundo artículo es el más corto y sencillo de la serie, así que no creo que haya problema en que no espere las dos semanas preceptivas según mi Webmaster y lo cuelgue ya 😉

La sincronía es la segunda de las capacidades emocionales relevantes en los mamíferos sociales, la sincronía es una capacidad derivada de la empatía y es necesaria esta (la empatía) para que pueda aparecer la sincronía.

La sincronía es la capacidad de los miembros de un grupo social para activar simultáneamente estados emocionales concretos así como las conductas consecuentes a dichos estados emocionales.

Formar grupos sociales tiene una finalidad utilitaria: mejorar la capacidad de conseguir recursos -por ejemplo cazando en grupo- ser más eficaces para defenderse o defender los recursos, como puede suceder en la defensa del territorio ante intrusiones o predadores. Pero para poder llevar esto a cabo, antes que la coordinación compleja que implican estas acciones, es necesario que exista sincronía entre los individuos, por eso los bostezos son contagiosos y ver a alguien bostezar nos induce al sueño: conviene que todo el grupo sincronice sus actividades, entre ellas el descanso, para conseguir un máximo  rendimiento cuando sea necesario. También durante los desplazamientos  los grupos sociales se sincronizan para moverse a la vez, lo que permite que el grupo se mueva de forma homogénea y no que cada individuo adopte una velocidad distinta.

En la doma natural de caballos es habitual evaluar, entrenar y aprovechar esta sincronía (por ejemplo), lo mismo podría hacerse en adiestramiento de perros, hace poco un colega de Cataluña me contaba que conocía a un anciano que adiestraba los perros de sus vecinos para no tirar de la correa: sencillamente se los ataba a la cintura y se dedicaba a cuidar su jardín y su huerto durante horas, tranquilamente. En pocas semanas el perro se sincronizaba con el anciano y dejaba de tirar, sin más. Encontrar técnicas que nos permitan sincronizar al perro con nosotros y no sólo realizar la conducta para conseguir un refuerzo es de gran utillidad para los muchos adiestramientos que demandan una fuerte coordinación en el binomio guía-perro.

Yo tengo la costumbre de dormir la siesta (¡eh, no me deis caña! que me levanto muy temprano) y mis perros están sincronizados, a la hora de la siesta empiezan a mostrar sueño y, si me retraso en ir a dormir, me los encuentro a los tres totalmente traspuestos en la habitación. Y dos son malinois. Esta sincronía facilita la armonía en el grupo social ¡os lo garantizo!

¿En alguna ocasión habéis observado que uno de vuestros perros persigue una liebre y otro, sin ver a la liebre, sale corriendo a cazarla también? Eso es posible gracias a la sincronía: la empatía ha permitido al segundo perro reconocer el estado emocional asociado a la caza en el primero y se ha sincronizado con él, si el primer perro hubiera corrido a exactamente la misma velocidad y realizando el mismo trayecto pero como consecuencia de un susto, el segundo perro hubiera reaccionado de manera muy distinta, pese a ser la conducta muy similar en su forma: el poder reconocer el estado emocional es lo que permite actuar de manera sincronizada. Los comportamientos contagiosos (como la huida de los antílopes) son ejemplos de sincronía, donde el correcto reconocimiento del estado emocional permite la coordinación adecuada para actuar.

Cuando hablamos de comportamientos imitativos de alegría o miedo estamos reconociendo implícitamente la capacidad de reconocer este estado emocional en otro individuo (empatía) y de adoptarlo (sincronía) por parte del animal que imita, de hecho la imitación es un proceso bastante complejo que, cuando se refiere a conductas concretas y no a estados emocionales, constituye el primer paso del aprendizaje cultural (algo probado en póngidos, tilonorrincos, algunos monos y en elefantes).

La sincronía es una capacidad relevante para la eficacia del grupo social, por ello toda falta de sincronía genera malestar en el grupo, lo que explica por qué incluso  perros trabajados en positivo se muestran aburridos frente a las sesiones de entreno: cuando una y otra vez el guía intenta no interactuar con su perro, ser neutro y la única información que recibe el perro es un click, se está potenciando que el perro se sincronice con su apatía e inmovilidad o peor que no se sincronice con su guía, esta manera de entrenar puede convenirnos en ocasiones puntuales, pero sistematizarlo y utilizarlo en todos los entrenos tiende a volver al perro pasivo (como el guía durante el entreno) y poco interactivo (también como el guía). Seguro que preferiría que el adiestramiento fuera algo que su guía hiciese alegre e interactuando, así al valor de los refuerzos le sumamos el valor social de interactuar con la persona a la que quiere ¡A todos nos sabe mejor la comida cuando la disfrutamos en un contexto social!

Ahora ya sabes que cuando tenías veinte años y tu madre te reñía porque no comías con la familia, te levantabas y te acostabas a horas extrañas y en general “parece que esto es una pensión y no tu casa”, lo que sucedía es que notaba tu falta de sincronía con el grupo social y esto le hacía sentir mal. Eso y que –seamos sinceros- con veinte años te pasabas un taco 🙂

Sobre lobos y perros.

En el mundo del adiestramiento algunas cuestiones suelen reaparecer cada cierto tiempo levantando opiniones entusiastas tanto a favor como en contra, una de ellas es el uso de comparaciones entre perros y lobos salvajes.

La polémica sobre perros y lobos es bastante actual en biología, voy a intentar exponer brevemente (pero no me va a salir ;)) cómo está la cosa, para que quien opine lo pueda hacer con base científica.

Hasta hace unos años el perro y el lobo eran considerados dos especies distintas desde el punto de vista de la taxonomía, la taxonomía agrupa a los animales en base a lo cercanos o lejanos que se crea que estén entre sí. La evaluación de esta cercanía evolutiva se hacía tomando en cuenta similitudes y diferencias anatómicas y morfológicas (forma y estructura, vaya). Esta manera de clasificar era un poco “a ojo” y dependía de la perspicacia del analista para interpretar lo que veía. Con este criterio se había separado a lobos y perros en dos especies diferente: canis lupus y canis familiaris.

A partir de los desarrollos en estudio del genoma cambia la manera de categorizar de la taxonomía, los estudios de ADN han tenido como consecuencia la revisión de múltiples especies, cambiando sus nombres científicos para sacarlos o meterlos en una u otra categoría. Esta revisión encontró datos concluyentes para demostrar que el perro pertenecía a la especie “lupus”, por ello las entidades de clasificación taxonómica más relevantes a nivel mundial la ITIS (Integrated Taxonomic Information System) y Mammals Species of the World actualmente clasifican al perro como canis lupus familiaris, una subespecie de lobo.

¿Esto quiere decir que la ciencia nos dice que los perros y los lobos salvajes son iguales y podemos hacer un paralelismo estricto? ¡Ni mucho menos!

La etología actual ha demostrado que la ecología determina la conducta, por ejemplo los lobos ibéricos (canis lupus signatus) se agrupan en manadas pequeñas con una pareja adulta y uno o dos añojos, siendo el máximo observado de siete individuos, lo que hace sus interacciones sociales sencillas y poco evolucionadas en comparación con, por ejemplo, los lobos árticos (canis lupus arctos) en los que se han llegado a observar manadas cercanas a la treintena de individuos, con relaciones sociales obviamente más complejas. Esto lo determina el tamaño de las presas y del territorio vital (home range).

La diferente ecología determina las técnicas de caza, en el lobo ibérico se dan el acecho o la batida según la presa, técnicas que no se dan en otras subespecies de lupus:

Texto tomado de Signatus.org:

Frente a los rebaños domésticos, los lobos suelen actual coordinadamente, poniendo en práctica la técnica del acecho. Si su labor se ve dificultada por la presencia de perros pastores, uno de los lobos se deja ver, atrayendo sobre sí la atención de los perros.
Cuando se trata de capturar conejos, uno o varios lobos actúan a manera de batidores, mientras los demás se mantienen a la expectativa, por lo regular cerca de la entrada de la conejera, adonde la presa acosada acudirá buscando refugio.

signatus.org

También referenciado por faunaiberica.org y animalesenextincion.es

O sea que no todos los lobos se comportan igual, pero es que –además- en los perros se ha dado un proceso de domesticación, proceso que, gracias al trabajo de Belíayev, sabemos que cambia la manera de aprender y relacionarse con el entorno.

Belíayev trabajó con zorros destinados a su explotación para la industria peletera, el planteamiento era que si se domesticaban su manejo sería más fácil y económico. Al cabo de pocas generaciones tenían animales que se dejaban manejar e interactuaban con el hombre de forma amigable, pues bien se comprobó que estos animales domesticados tenían mayor capacidad para el aprendizaje operante, mayor plasticidad social, menor rigidez instintiva y menor afrontamiento cognitivo de los problemas (Beliáyev 1969, 1979, 1981, 1982), además la historia termina bien para los zorros: la domesticación les cambiaba el color y ya no valían para piel 🙂 🙂 🙂

Estas diferencias, entorno vital y domesticación, dan como resultado que todos los autores científicos acepten hoy que lobos y perros son eto-especies diferenciadas (especies que se diferencian por su comportamiento), estas diferencias tan acusadas hacen que cada vez más etólogos planteen una nueva manera de clasificar taxonómicamente a las especies basada en trayectorias evolutivas diferenciadas, como sucede con el perro y el lobo o con las ballenas francas del Atlántico Norte y del Pacífico.

Tomando en consideración estos criterios actualmente la ICZN e ITIS admiten como válido para trabajos, comunicaciones y publicaciones científicas el termino canis familiaris como sinónimo de canis lupus familiaris.

Lo que ahora sabemos es que el perro es una subespecie de lobo por su cercanía genética pero una eto-especie diferente porque su ecología (vivir en casita tirado en el sofá y permanentemente abrazado por los más pequeños de la casa) y el proceso de domesticación han cambiado su conducta de manera relevante, poniéndolo en una trayectoria evolutiva propia y diferenciada de los demás integrantes del género lupus, con lo que es válido usar homologías con el lobo para tomar datos de apoyo pero no puede establecerse un paralelismo estricto que ignoraría sus diferencias.

Como casi siempre ni blanco, ni negro.

Enlaces a las entidades citadas:

Perros y ahora también leones marinos, loros y delfines

Hola a tod@s,

En otro post comentaba que estábamos pendientes de un proyecto muy importante para EDUCAN, pues bien ¡ya está en marcha!

Hemos firmado un convenio con ZOOS IBÉRICOS, entidad perteneciente a Parques Reunidos la empresa que posee más instalaciones de Zoos y Aquariums en todo el mundo, para aplicar trabajo cognitivo-emocional al adiestramiento multiespecies, empezaremos por leones marinos, loros y delfines en el Zoo de Madrid.

Como estoy muy ilusionado por la puesta en marcha de este proyecto y me puedo dejar llevar por el entusiasmo al escribir sobre ello, me voy a limitar a “copiar y pegar” del documento firmado con ZOOS IBÉRICOS la parte referida al objetivo de esta colaboración. Únicamente añado las negritas para resaltar las partes que me parecen más interesantes (y porque mi webmaster del universo me ha dicho que en los blogs hay que poner negritas).

OBJETO DEL CONVENIO

El objeto principal de la colaboración para ambas partes es diseñar, aplicar y evaluar los resultados de nuevos protocolos de adiestramiento para diversos animales tomando como parámetros principales el aprovechamiento de las capacidades cognitivas de cada especie, su estado emocional y sus pautas sociales específicas, pilares del adiestramiento cognitivo-emocional.

Este objetivo principal tiene dos sub-objetivos:

1. Bienestar animal:

Los nuevos protocolos buscarán dar mayor calidad de vida y trabajo a los animales a los que se apliquen, coincidiendo ambas partes en primar el bienestar animal sobre la vistosidad de las conductas entrenadas.

Se ha planteado desde la etología más actual que los animales generan conducta de forma diferente según estén en un entorno de lucha por la supervivencia (riesgo de predación, dificultad para obtener los recursos, necesidad de una defensa activa del territorio…) o en un entorno de bienestar (entorno seguro donde no son previsibles riesgos para el animal y abundan los recursos). Una gran mayoría de las técnicas actuales de adiestramiento (aún usando estímulos positivos) se basan en cómo generan conducta los animales en entornos de supervivencia, empeorando los resultados cuando la calidad de vida del animal es óptima.

Uno de los principales objetivos, técnico y ético, de esta colaboración es desarrollar protocolos de trabajo que tomen como referencia la forma en que los animales generan conducta en entornos de bienestar, siendo el motivo de los animales para trabajar no asegurarse la supervivencia sino mejorar su bienestar físico, emocional y social.

2. Investigación:

Incorporar los conocimientos más actuales de etología al entrenamiento de animales, evaluando los resultados.

Este proyecto es pionero en:

a. Aprovechar los procesos cognitivos conocidos en cada especie para su adiestramiento. Hasta ahora el condicionamiento operante ha sido el principal mecanismo de trabajo para el adiestramiento de animales, esto es ventajoso porque es un proceso que funciona en la práctica totalidad de los animales que son adiestrados. Sin embargo la etología cognitiva nos ha demostrado que las diferentes especies pueden tener procesos mentales como la capacidad de solución de problemas, el aprendizaje por imitación (como sucede en el caso de aprendizaje por modelo-rival estudiado por Pepperberg en psitácidas)… aprovechar estas capacidades específicas permite mejorar el trabajo pues muchos de estos procesos cognitivos son auto-satisfactorios, por lo que utilizándolos se reduce drásticamente la necesidad de refuerzo externo, consiguiendo una conducta más consistente, un mejor estado emocional del animal, que se divierte consiguiendo realizar la conducta, viendo el animal la conducta entrenada como una meta en sí misma y no sólo como una puerta que abre la despensa (reforzador primario externo).

Estos procesos cognitivos también permiten que el animal se autoevalúe y se potencia la capacidad de refuerzo interno.

Si utilizamos estos procesos el animal disfrutará del hecho de estar trabajando y sus sesiones de adiestramiento tendrán un efecto de enriquecimiento ambiental que redunde en una mejora del bienestar del animal. Además serán necesarias menos sesiones de mantenimiento, las mejoras serán más rápidas y la calidad del trabajo más estable.

b. Evaluar y optimizar el estado emocional de los animales durante su adiestramiento y durante las exhibiciones, disminuir el distrés y mejorar la gestión del estrés en los animales entrenados, evaluar y promover la aparición de estados emocionales positivos y tener un seguimiento fiable del bienestar emocional de los animales adiestrados.

c. Aprovechar de forma estructurada y protocolizada procesos sociales de las especies trabajadas, como la vinculación afectiva, buscando que la interacción con el entrenador durante las sesiones de adiestramiento y exhibiciones sea un objetivo deseable y satisfactorio en sí mismo para el animal. Hoy sabemos que el afecto es un potente motor de conducta en muchos mamíferos sociales, aunque esto se ha aprovechado de manera intuitiva por parte de los adiestradores desde hace mucho tiempo no se ha hecho de forma ordenada, estudiada y reproducible como sistema de trabajo. Uno de los objetivos de la colaboración es sistematizarlo para las especies que se trabajen.

…y, también extraído del convenio, una de las competencias de EDUCAN será:

– Diseñar protocolos, esquemas y técnicas de trabajo para las diferentes especies.

En fin un proyecto MUY ilusionante, que nos va a tomar mucho trabajo (creo que tendremos que restringir algunas actividades comerciales para poder dormir de vez en cuando) pero que es un paso de gigante para la necesaria actualización de paradigma en el adiestramiento de animales.

Tengo que agradecer a Miguel Bueno Brinkmann, biólogo conservador de aves y mamíferos marinos del Zoo de Madrid, y a Pablo Roy, responsable de adiestramiento de leones marinos del Zoo de Madrid por su interés y ayuda para el arranque de este proyecto.

En fin… ¡QUE ESTOY MÁS CONTENTOOO! 🙂 🙂

Siguiendo con las recomendaciones…

Hay un texto en castellano que hace tiempo que estoy recomendando a quienes me escriben interesándose por los avances y nuevos enfoques de la etología.

Siempre le digo a la gente que es el libro que hoy más ofrece en un sólo texto, si sólo pudieras leer un libro y quisieras una visión muy actual y amplia esta es la elección en castellano.

Os copio el texto que le envié a un colega que me preguntó por libros de etología:

Hola Pedro

Después de Miklosi (o antes) creo que es muy interesante, «Comportamiento Animal, un enfoque evolutivo y biológico» por incluir una visión muy actual de la etología, leerlo te dará una buena impresión de lo actualizado de tus conocimientos.

Además al final de cada capítulo incluye un breve apartado titulado «cambios de perspectiva» en el que hay tres recuadros: el primero «pasado» incluye las ideas antigüas y ya superadas, el segundo «presente» lo que hoy sabemos y el tercero «futuro» los actuales interrogantes, te dejo una muestra:

Del capítulo Cognición:

  • «Pasado» Los animales no pueden tener cogniciones
  • «Presente» Muchos animales no humanos tienen cogniciones simples. Algunos poseen cogniciones complejas o rudimentos de estas.

Del capítulo Genes y conducta:

  • ‘Pasado’ El comportamiento de los animales no humanos es mecánico o instintivo; el comportamiento humano es racional y basado en la experiencia.
  • «Presente» Todo desarrollo comportamental es epigenético.

Del capítulo Aprendizaje:

  • «Pasado»: La capacidad de aprendizaje de los humanos supera con creces a la de los animales no humanos (finales del siglo XIX)
  • «Presente»: La mayoría de las capacidades de aprendizaje son de dominio específico. Los humanos son superiores a los demás animales en algunas capacidades de aprendizaje e inferiores en otras.

Te dejo descubrir por ti mismo el «futuro» de estos capítulos y el resto del libro.

Ed. Mc Graw Hill
Autor: Richard Maier.

Un saludo.

Os dejo un enlace al libro en la tienda de Díaz de Santos:

http://www.diazdesantos.es/libros/maier-richard-comportamiento-animalun-enfoque-evolutivo-y-ecologico-L0001109105229.html

Además es un texto muy fácil y ameno, no como los ladrillos que os puse en los enlaces 😉

Aprendizaje y pensamiento a través de imágenes mentales (y II)

Crear una imagen mental es más trabajoso que almacenar información simbólica, las imágenes mentales son archivos más pesados y complejos que los que consisten en símbolos.

Pero precisamente por eso, cuando ya se ha recuperado una imagen mental, el pensamiento es más rápido y fijo que el realizado a través de símbolos, que resulta menos afinado y preciso. Esto es debido al poder de evocación inmediata de la imagen mental. Almacenar un archivo fotográfico requiere más memoria en el ordenador y abrirlo es más lento que hacer lo mismo con un archivo de texto. Sin embargo una vez abierto veo «de golpe» todo el archivo, mientras que el de texto requiere un tiempo para ser leído e interpretado.

Esto se ve con claridad con un ejemplo: si pensamos en los relojes digitales y en los que tienen manecillas*, el basado en una imagen (manecillas) es más rápido para reconocer la hora, con un vistazo sabemos qué hora es, cuando miramos los números de un reloj digital necesitamos un tiempo mayor de atención y un esfuerzo mental también mayor. Por el contrario la información que nos da la imagen mental es menos exacta, será frecuente que respondamos a quien nos pregunte la hora con frases del tipo “…y diez pasadas”, mientras que el digital nos dará una información milimétrica “.. y doce”. Esto nos muestra que la forma de recepción y procesado de la información es muy diferente en los perros y en nosotros, los perros, como consecuencia de su forma de pensar a través de imágenes mentales, son más rápidos en la  evocación de una respuesta.

Esta velocidad es un problema para nosotros, que necesitamos mucho más tiempo para poner en movimiento nuestra pesada maquinaria mental, y nos lleva a que en muchas ocasiones los perros vayan por delante nuestro durante los adiestramientos y estén respondiendo a situaciones que nosotros nos estamos empezando a plantear. Si no tomamos en cuenta esta diferencia de velocidades nos encontraremos con situaciones muy frustrantes y adiestramientos poco eficaces.

*Por supuesto las manecillas son simbólicas también, pues representan unos datos de otra naturaleza, pero el aprendizaje de su lectura es claramente visual y resulta en la construcción de una consistente imagen mental que prácticamente todas las personas compartimos (como la imagen del dedo ante la boca para solicitar silencio, nuestra respuesta  de callarnos es más rápida cuando nos hacen este gesto que si nos lo solicitan con palabras que tardamos unos segundos en procesar).

Aprendizaje y pensamiento a través de imágenes mentales (I)

Cata y Gastón frente a la ventana

Los perros no poseen, al contrario que nosotros, un código lingüístico que les permita operar mentalmente con símbolos (las palabras) que representan cosas. Por ello debemos suponer que operan con imágenes mentales sensoriales (uni-sensoriales o multi-sensoriales) de aquellas cosas que conocen o aprenden. Esto es lo que más nos dificulta el trabajo, su forma de pensar es totalmente distinta a la nuestra, sólo algunas personas con trastornos del espectro autista leves (como Temple Grandin), que tienen la imposibilidad de pensar con palabras nos pueden contar cómo es la experiencia mental de operar con imágenes sensoriales. De sus experiencias podemos sacar mucha información sobre cómo piensan realmente los perros.

Gran parte de nuestra extraordinaria facilidad para pensar en cosas complejas procede de nuestra capacidad de codificar la información de forma simbólica y operar estos símbolos en nuestra cabeza en lugar de usar directamente imágenes mentales, para ilustrar esto propongo al lector un pequeño ejercicio: evoque mentalmente la imagen de una persona conocida, no piense en su nombre sino visualícelo, bien, ahora imagine que está montado en un caballo, cuando lo consiga imagine que ese caballo con su amigo montado está saltando un seto. Bien, si ha realizado el ejercicio habrá notado que, según incorporaba elementos a su visualización, le costaba más esfuerzo y que probablemente la imagen no fuera todo lo precisa que pudiera ser. Ahora piense en el nombre de su amigo y repítase mentalmente la frase: Fulanito montando en un caballo y saltando un seto. Esto sí que no ha supuesto esfuerzo, en cuanto ha convertido esas imágenes en símbolos operar con ellas es muy fácil, rápido y descansado. Los perros operan de la primera y más trabajosa manera.

Manejar símbolos es una forma de optimizar la capacidad de computación del cerebro, esto es lo que hace tan listos a los ordenadores: con una combinación binaria de símbolos muy simples (ceros y unos) pueden realizar una gran cantidad de procesos mentales muy complejos. ¿Por qué sucede esto?, cuando usted piensa en imágenes su cerebro tiene que dedicar mucho esfuerzo a construir dicha imagen: debe ponerle algún tipo de ropa a su amigo, pensar en un color para el caballo, la forma y disposición del seto, pese a que yo no le he pedido nada de esto usted necesita hacerlo para poder construir la imagen, sin embargo al simbolizarlo en palabras ese esfuerzo no es necesario, no tenemos que conocer la ropa, el color del caballo ni ningún otro dato excepto el mínimo que yo le he pedido: Fulanito montado a caballo y saltando un seto. Los perros no tiene esta capacidad de traducir a símbolos, y con ello reducir al mínimo la cantidad de información relevante para ese momento, por ello su forma de pensar es más lenta y requiere una cantidad importante de recuerdos sensoriales.

Afortunadamente hoy día sabemos cómo construir, facilitar y “dirigir” estos procesos.