Ciencia de la COMUNICACIÓN CANINA, Juliane Kaminski. 14 y 15 de noviembre 2015.
Publicado el 4 de noviembre de 2015
¿No te ha sucedido malinterpretar o no apercibirte de un gesto que te hacían tu pareja o amigos más íntimos?
También habrás sufrido al intentar trasmitirles alguna cosa sutilmente, con gestos y evitando explicitarlo en palabras, sin conseguirlo.
“¡¡Pues dímelo claro!!” o “¿¡No te enterabas!?” Les dirás después, molesto con la falta de comprensión.
La comunicación es mitad del que la emite y mitad del que la recibe, no es, como suele decirse, un proceso de lectura: es, siempre, un proceso de traducción. No “leemos” a los perros o a las personas con las que nos comunicamos, las traducimos.
Y si es difícil traducir bien a quienes mejor conocemos, siendo de nuestra misma especie y llevando años de afinado en la comunicación ¿cuánto más lo será con los perros, con los nuestros y, en caso de ser profesionales, con perros que acabamos de conocer?
Traducir a los perros es muy complejo, debemos conocer cuándo y cómo nos comunican algo, qué nos pueden comunicar y, por último, la forma concreta de hacerlo del perro con quien estamos en comunicación en ese momento, que estará determinada por, entre otros factores, su morfología, carácter y nivel de actividad.
La formación sobre comunicación canina de muchos entrenadores o criadores está casi por completo basada en la experiencia con los perros con los que trabaja o convive. Aprendiendo a comunicarse con un tipo de perro concreto después es fácil encontrar dificultades con aquellos que tienen una expresión individual muy diferente: quienes han tratado pausados molosos se crispan ante los activos border o malinois, y al revés ¡¡Pero es que cuando eres muy activo, entusiasta y social es fácil sentir la necesidad de comunicarlo todo!! Quienes han tratado perros gigantes no entienden la necesidad de los perros miniatura de aumentar sus expresiones emocionales al comunicarse, pero si eres muy pequeño es probable que necesites reiterar tu mensaje o subir su intensidad para que sea recibido. Y desde luego quien ha tratado con boxers puede considerar hierático a un bull-terrier, pero sin duda ambos perros quieren comunicar cosas similares en situaciones de interés equivalentes.
Esta incomodidad al enfrentarse a la necesidad de traducir a perros muy diferentes se debe a que han hecho el camino al revés, lo que conlleva limitaciones al comunicarse con algunos perros. Debemos aprender lo general sobre la comunicación canina y después particularizarlo para cada perro con el que tratemos.
Para complicarlo aún más, ahora sabemos que las impresionantes capacidades de cognición social de los perros les llevan a comunicarse de diferente manera con nosotros, las personas, respecto a cómo lo hacen con otros perros. Tanto a nivel de emisión de información, como de interpretación de la que nosotros les trasmitimos.
Por ejemplo, cuando una persona les “enseña los dientes” al sonreír lo reconocen como una señal afiliativa y se alegran por ello, mientras que cuando lo hace otro perro lo interpretan como una señal de amenaza y actúan con cautela y prevención.
Y claro, los profesionales de la educación canina debemos conocer cómo se comunican con ambas especies.
Pero es que no es fácil, porque sobre la comunicación canina casi no había datos consistentes hasta hace muy poco tiempo. Esto nos ha llevado a que en el mundo del entrenamiento y educación canina tengamos una idea sobre la comunicación de los perros que mezcla lugares comunes sobre lobos y líderes de la manada con creencias buenistas acientíficas y con la elaboración personal que cada uno hemos realizado en base a los anteriores mezclados con nuestra experiencia.
La carencia de conocimientos sólidos sobre comunicación canina es uno de los principales problemas técnicos -si no el principal- de nuestra comunidad profesional. Sencillamente no tenemos buena información sobre la comunicación canina, pero como creemos que el totum revolutum creencial que está en nuestras cabezas es cierto, seguimos usándolo como base de nuestro trabajo. No saber que tenemos este problema es el problema.
Y por este motivo en el Instituto Tecnológico EDUCAN hemos preparado este seminario, Ciencia de la Comunicación Canina, con una de las investigadoras más relevantes de la actualidad en el área: Juliane Kaminski.
Juliane, entre otras investigaciones sobre el tema, está implicada en una innovadora investigación sobre estudio y clasificación de gestualidad canina que nos ayudará a comprender cada una de las caras que ponen y nos ponen nuestros amigos caninos. Solo por eso ya merecería la pena el seminario 😉 Aquí puedes ver el evento de Facebook.
Luis Souto y yo coincidimos con la impresión de quienes acudieron a su seminario del año pasado (con un temario diferente al de esta ocasión, pero también muy interesante): es una de las mejores ponentes, y ambos tenemos una cierta experiencia en el tema, que hemos conocido nunca. La intensidad, emoción, humor y empatía de Juliane Kaminski son tan impresionantes como sus conocimientos.
Acompáñanos, después entenderás y te comunicarás mejor con los perros. No es poca cosa.
Hola. Estoy interesada en realizar el seminarii de Kaminski via online. Podriais informarme como es el sistema y que requisitos tecnicos se necesitan? Muchas gracias.
Hola Alejandra,
He pedido a los compañeros que te envíen la información completa a tu correo, no obstante aprovecho tu consulta para dejar el correo en el que se puede solicitar toda la información referida a este seminario: formacion@educan.es
Un saludo y muchas gracias por el interés, anímate, porque va a estar muy, muy bien.