La importancia de las emociones dentro del grupo social (II): La sincronía
Publicado el 24 de agosto de 2010
Este segundo artículo es el más corto y sencillo de la serie, así que no creo que haya problema en que no espere las dos semanas preceptivas según mi Webmaster y lo cuelgue ya 😉
La sincronía es la segunda de las capacidades emocionales relevantes en los mamíferos sociales, la sincronía es una capacidad derivada de la empatía y es necesaria esta (la empatía) para que pueda aparecer la sincronía.
La sincronía es la capacidad de los miembros de un grupo social para activar simultáneamente estados emocionales concretos así como las conductas consecuentes a dichos estados emocionales.
Formar grupos sociales tiene una finalidad utilitaria: mejorar la capacidad de conseguir recursos -por ejemplo cazando en grupo- ser más eficaces para defenderse o defender los recursos, como puede suceder en la defensa del territorio ante intrusiones o predadores. Pero para poder llevar esto a cabo, antes que la coordinación compleja que implican estas acciones, es necesario que exista sincronía entre los individuos, por eso los bostezos son contagiosos y ver a alguien bostezar nos induce al sueño: conviene que todo el grupo sincronice sus actividades, entre ellas el descanso, para conseguir un máximo rendimiento cuando sea necesario. También durante los desplazamientos los grupos sociales se sincronizan para moverse a la vez, lo que permite que el grupo se mueva de forma homogénea y no que cada individuo adopte una velocidad distinta.
En la doma natural de caballos es habitual evaluar, entrenar y aprovechar esta sincronía (por ejemplo), lo mismo podría hacerse en adiestramiento de perros, hace poco un colega de Cataluña me contaba que conocía a un anciano que adiestraba los perros de sus vecinos para no tirar de la correa: sencillamente se los ataba a la cintura y se dedicaba a cuidar su jardín y su huerto durante horas, tranquilamente. En pocas semanas el perro se sincronizaba con el anciano y dejaba de tirar, sin más. Encontrar técnicas que nos permitan sincronizar al perro con nosotros y no sólo realizar la conducta para conseguir un refuerzo es de gran utillidad para los muchos adiestramientos que demandan una fuerte coordinación en el binomio guía-perro.
Yo tengo la costumbre de dormir la siesta (¡eh, no me deis caña! que me levanto muy temprano) y mis perros están sincronizados, a la hora de la siesta empiezan a mostrar sueño y, si me retraso en ir a dormir, me los encuentro a los tres totalmente traspuestos en la habitación. Y dos son malinois. Esta sincronía facilita la armonía en el grupo social ¡os lo garantizo!
¿En alguna ocasión habéis observado que uno de vuestros perros persigue una liebre y otro, sin ver a la liebre, sale corriendo a cazarla también? Eso es posible gracias a la sincronía: la empatía ha permitido al segundo perro reconocer el estado emocional asociado a la caza en el primero y se ha sincronizado con él, si el primer perro hubiera corrido a exactamente la misma velocidad y realizando el mismo trayecto pero como consecuencia de un susto, el segundo perro hubiera reaccionado de manera muy distinta, pese a ser la conducta muy similar en su forma: el poder reconocer el estado emocional es lo que permite actuar de manera sincronizada. Los comportamientos contagiosos (como la huida de los antílopes) son ejemplos de sincronía, donde el correcto reconocimiento del estado emocional permite la coordinación adecuada para actuar.
Cuando hablamos de comportamientos imitativos de alegría o miedo estamos reconociendo implícitamente la capacidad de reconocer este estado emocional en otro individuo (empatía) y de adoptarlo (sincronía) por parte del animal que imita, de hecho la imitación es un proceso bastante complejo que, cuando se refiere a conductas concretas y no a estados emocionales, constituye el primer paso del aprendizaje cultural (algo probado en póngidos, tilonorrincos, algunos monos y en elefantes).
La sincronía es una capacidad relevante para la eficacia del grupo social, por ello toda falta de sincronía genera malestar en el grupo, lo que explica por qué incluso perros trabajados en positivo se muestran aburridos frente a las sesiones de entreno: cuando una y otra vez el guía intenta no interactuar con su perro, ser neutro y la única información que recibe el perro es un click, se está potenciando que el perro se sincronice con su apatía e inmovilidad o peor que no se sincronice con su guía, esta manera de entrenar puede convenirnos en ocasiones puntuales, pero sistematizarlo y utilizarlo en todos los entrenos tiende a volver al perro pasivo (como el guía durante el entreno) y poco interactivo (también como el guía). Seguro que preferiría que el adiestramiento fuera algo que su guía hiciese alegre e interactuando, así al valor de los refuerzos le sumamos el valor social de interactuar con la persona a la que quiere ¡A todos nos sabe mejor la comida cuando la disfrutamos en un contexto social!
Ahora ya sabes que cuando tenías veinte años y tu madre te reñía porque no comías con la familia, te levantabas y te acostabas a horas extrañas y en general “parece que esto es una pensión y no tu casa”, lo que sucedía es que notaba tu falta de sincronía con el grupo social y esto le hacía sentir mal. Eso y que –seamos sinceros- con veinte años te pasabas un taco 🙂
La verdad es un articulo excelente, muchas gracias por compartir esto.
Es primero vez que veo esta pagina, pero de seguro no sera la última, muchas gracias nuevamente!
Niko.
Para variar voy a ser muy breve 😉
Como siempre me parece un texto interesantísimo… pero sobre todo me parece ACERTADÍSIMO en lo referente a la hora de trabajar con los perros. Desde luego yo lo comparto completamente al 100%.
Esa falta de interacción que por desgracia es más que frecuente (sobre todo viendo muchos trabajos con clicker con una actitud fría sin transmisión emocional ninguna), en mi opinión es también motivo de la falta total posterior de motivación del perro para trabajar «en equipo». Lógico por otra parte, puesto que lo que se crea en la mente del perro supongo que es una idea de «trabajo» puro y duro… sin más, con muchísimas probabilidades además de que no le esté gustando la tarea que realiza (y por supuesto falta de autorefuerzo), a no ser por el «sueldo obtenido». Se crea lo que comunmente podemos entender como «perro mercenario», que son perros que sólo trabajan si previamente les sacas todo el repertorio de refuerzos (comida, mordedores, pelotas, etc) o sólo trabajan si escuchan su «activador» habitual (el «click»). Al fin y al cabo, ¿qué otras motivaciones tienen estos perros a parte de las que se les ha enseñado? Serán perros más o menos aburridos, y que trabajan peor o mejor (algunos trabajos son de mucha calidad…), pero no son perros que estén de verdad «trabajando en equipo». Eso sí… con mucha probabilidad serán perros que trabajen con cualquiera (que no sea su «compañero»), siempre que ese cualquiera «le pueda pagar su salario en el momento».
Un perro que trabaje de verdad en equipo, trabajará con su «compañero» (con el que interactúa y comparte esas emociones, retos, juegos, obstáculos, etc), aunque «no le pague sus servicios al instante»… porque en cualquier caso esperará mucho de él en cualquier momento de su día a día y confiará en que esa ilusión, alegría, satisfacción de su guía al «trabajar-jugar» con él, se traducirá en un bienestar seguro para él mismo (autosatisfacción y autorefuerzo).
La cosa está creo que clara observándonos a nosotros mismos: cualquiera de nosotros realizará una tarea que nos solicitan con una actitud y predisposición diferentes, dependiendo de quién sea el solicitante. A unos les pediremos que para hacerlo nos paguen de antemano o según acabamos la tarea, y nuestra ejecución será digamos de alguna manera «por obligación». A otros sin embargo, no les pediremos un pago anticipado, ni tan siquiera al finalizar, sino que lo mejor que podremos obtener (y con más valor para nosotros) será algo «inmaterial» (pienso en mi padre, un amigo…) y por supuesto la ejecución de la tarea será una forma totalmente distinta (no por «obligación»…sino otra clase de «oligación afectiva»), más alegre y mejor en todos los sentidos.
Corto el rollo :))
Un saludo
buenisimo! Me encanta xq ahora tengo material para pensar.
Qué buen texto y que buenas opiniones.
Es cierto, la sincronía es muy importante en un grupo, al igual que muchas otras cosas, claro, pero es cierto que desequilibra mucho si no se tiene.
Gracias por compartirlas. Seguiremos esperando el siguiente.
Un saludo.
Gracias Carlos por compartir todos tus articulos con nosotros de una manera desinteresada.
Para cuando tu nuevo libro??
Un saludo y de verdad GRACIAS de todo corazon!
Richard, ahora sí que me has dejado fría… figura de «perros mercenarios», no lo habia escuchado nunca jajajajajajaja
«Se crea lo que comunmente podemos entender como “perro mercenario”, que son perros que sólo trabajan si previamente les sacas todo el repertorio de refuerzos (comida, mordedores, pelotas, etc) o sólo trabajan si escuchan su “activador” habitual (el “click”)»
De éstos… me he encontrado yo muchos.
Hola de nuevo
Utilizo la expresión de «perro mercenario», recordando una de las expresiones leídas en foros caninos criticando el adiestramiento en positivo (también suelen calificar de «perros de circo»…). Esto no quita para que obviamente sea una expresión bastante acercada a la realidad en muchas ocasiones, pero por supuesto que no creo que los guías sean o quieran realmente que sus perros sean mercenarios… sino que por desconocimiento, malas influencias formativas y con la mejor intención del mundo, apliquen unos criterios de aprendizaje en este camino.
Por otro lado, recordar que esto no ocurre tan solo en el adiestramiento en positivo, puesto que otro tanto de lo mismo ocurre trabajando más «tradicionalmente». ¿Cuántos de aquellos perros para que trabajen hay que recordarles que llevan un collar de púas? (o cualquier otro artilugio…?)¿Están estos perros trabajando en equipo? Por supuesto que no… tan solo están ejecutando los ejercicios que consiguen evitar las «malas consecuencias» que tendría el hacer lo que realmente quieren o harían si no existieran esas herramientas. Con lo cual, está claro que estamos hablando de lo mismo, aunque si hay que elegir, yo tengo claro que me quedo con unos perros que trabajen por y para conseguir su comida o su premio, en lugar del perro que trabaja por salvaguardar su integridad física.
Un saludo
Yo tambien soy webmaster y uso la misma plataforma que este blog (WordPress) así que cierto es que es conveniente hacer un uso continuado, pero no abusivo de la publicación de nuevas entradas, por eso del posicionamiento en buscadores, y por eso de «tener a la gente enganchada» al blog, esperando la siguiente publicación,así que «sincronicémonos» a esta serie sobre «La importancia de las emociones dentro del grupo social» y seamos pacientes con las siguientes entregas.
En cuanto al contenido(de este y del de la empatia), Totalmetente de acuerdo, y super instructivo.
Ciertamente hace entender muchas de las cosas que me ocurren en agility, deporte para el cual la sincronia es primordial, y la empatia ni te cuento!!! cuantas veces me ha pasado que estando totalmente conectados, de repente no he recordado por donde seguía la pista y en ese segundo de despiste se «ha roto la conexión» yo me «cabreo» aun que sea poquito (yo soy de esos que no se enfadan con nunca) y no con el sino conmigo mismo, y entonces mi pobre perro pega el hocico al suelo, Cosa que ya sabemos que quiere decir 🙂 .
Y estoytambien totalmente de acuerdo con lo que dice Richard, y tengo que reconocer que mi perro lo es, es un mercenario muy profesional 🙂 sin motivador le cuesta mucho mas conectar, y la culpa es mía, por no poder entrenar mas regularmente, ni hacer una buena retirada de recompensas, eso si, puestosa elejir «atajos» (y no digo que sean buenos) siempre preferiré que mi perro trabaje por una salchicha, que por miedo a que le castigue!!
Gracias Calrlos por exponer estos temas y hacerlo de manera tan amena.
Muy interesante. Gracias por el post. Y por el blog! Es genial! Un montón de información valiosísima.
Un saludo,
Alba Benítez