Mamá, quiero ser adiestrador.
Publicado el 16 de noviembre de 2011
Dándonos un respiro antes de publicar el siguiente (y espero que último) artículo sobre las Cualificaciones Profesionales referidas al adiestramiento canino voy a escribir sobre un tema relacionado: La extraña impresión y reacciones que causa en nuestro entorno la decisión de dedicarnos profesionalmente al entrenamiento de perros.
Estoy convencido de que comunicar que uno quiere prepararse para ser adiestrador y posteriormente trabajar como tal no provoca ni de lejos la misma sensación en nuestro interlocutor que causaría que dijéramos que queremos ser médicos, mecánicos, conductores de ambulancia o torneros-fresadores. La reacción es más bien similar a la que tendrían si hubiéramos optado por ser cantantes de rock, cazadores de tesoros o buscadores de ovnis.
Por algún motivo inicialmente nuestras familias parecen considerar que esto del adiestramiento es una especie de aventura digna de Indiana Jones, que bien es sabido que después de jugar a ser él mismo vuelve a su trabajo de verdad como profesor de arqueología, trabajo que debió aceptar para que su madre se callara de una buena vez y le dejara calzarse la chupa de cuero y largarse por esos mundos a desenterrar tesoros, que era lo que de verdad le apetecía.
Lo cierto es que si tomamos a Madonna o a Indy como elementos de comparación parece que nuestras familias tienen algo de fundamento en sus advertencias. Seamos sinceros, no hay demasiadas Arcas de la Alianza o Santos Griales por el mundo y, obviamente, reina del pop sólo hay una (con perdón de Lady Gaga). Por ello estos trabajos son un poco chungos para absorber a muchos profesionales y como meta laboral parecen nutrirse más de ilusión que de estimaciones mínimamente realistas.
Pero el entrenamiento de perros y el trabajo sobre su conducta es uno de los sectores que, pese al parón de la crisis, más está creciendo y que cada vez necesitará más profesionales para cubrir una demanda continuamente en aumento, por lo que es muy injusto comparar a quien quiere ser adiestrador con quien aspira a montar una banda de Rock, que también está muy bien pero que tiene menos demanda.
Así que la comparación de nuestro trabajo con el de estas profesiones no puede sostenerse tomando en cuenta las posibilidades laborales ¿en qué se basa entonces? En una sola cosa: la ilusión de dedicarnos a lo que nos gusta disfrutando de cada jornada de formación o trabajo. Esto siempre le parece sospechoso a nuestro entorno, parece que un trabajo debe ser penoso y desagradable (o al menos no puede ser divertido) para ser un trabajo de verdad, y esto no es cierto. En momentos duros, como los que la crisis nos está trayendo, el dedicarse a lo que a uno le gusta le puede ayudar mucho a superar una menor remuneración o la exigencia de más horas para facturar lo mismo. Es ahora, cuando los trabajos de toda la vida ya no son seguros y que no disfrutar de tu jornada laboral lo único que te garantiza son ocho horas de aburrimiento, cuando muchos están volviendo a sus verdaderas vocaciones, a esas profesiones que son un premio en sí mismas. Si te gusta, creo que debes apostar por dedicarte al adiestramiento: Tendrás los pies en la tierra al entrar en un sector en crecimiento, pero también estarás tocando las nubes y cada día se hará más ligero y enriquecedor.
Apuesta por lo seguro, apuesta por disfrutar con lo que haces ;).
Que cierto es!! Te miran con una cara que te hace sentir el ser vivo más idiota del mundo 😉
A darle para adelante no más! Un beso!
Hola Carlos:
Casi te pillo escriviendo.
Interesante y muy motivador para los que desean dedicarse profesionalmente a esto.
La cosa es que no sólo hay que hacer entender esto a las madres y resto de familia.
Tambien está el farmaceutico, que te mira raro cuando vas a por un ansiolítico para el perro.
El resto de las ramas que un adiestrado necesita para hacer bien su trabajo necesita cambiar el gesto.
Por último el adiestrador a de luchar contra el intrusismo de lo que yo considero una valida carrera.
Ni una madre podrá cambiar de opinión.
Simplemente genial.
Saludos
Aida
Qué grandes verdades… Lo peor de todo esto es el hecho de perder los años dando vueltas de una profesión a otra intentando convencerte de lo bonito que es y lo bien que se gana siendo, pongamos por ejemplo… «tornero fresador» para acabar haciendo lo que has querido hacer toda tu vida…
Pobre Lady, no sabía que estuviera gagá 😉
Corregida la tilde de Lady Gaga, en qué estaría yo pensando…
Pues yo, que he vuelto al adiestramiento y a la modificación de conducta después de haber estado trabajando años con una «exitosa» carrera de veterinaria, te lo puedes imaginar
¿Psicóloga de perros? (¿estás loca?, eso no lo dicen, pero se les ve en la cara)
Pues yo disfruto mucho más, trato a mis clientes como individuos y no cómo números, perros y humanos por igual, y puedo ver la alegría en sus caras (en las de todos) cuando el tratamiento empieza a funcionar y de repente todo encaja.
No vuelvo a la clínica ni loca
Mamá, quiero educar y ser educado por los animales desde que Papá, bendito sea, me regaló el cuaderno de campo del Lobo, de Félix Rodriguez de la fuente; aquellos libritos pequeños, magnificamente encuadernados y con una parte final para hacer anotaciones, que le aportaba un punto de profesionalidad a la publicación. Supongo que en la actualidad resulta menos exótico hacer pública la decisión de ser adiestrador. Para los de la generación de Félix Rodriguez de la fuente (en mi caso, de la generación de los que vimos su programa por la tele) seguro que todo era mas dificil. En mi opinión, los adiestradores parten con ventaja si sienten afinidad, cierta sensibilidad, hacia todo lo que la naturaleza nos brinda (en argot, imprinting, que se note que estudio en Educan).
Este señor introdujo a los lobos, las cabras montesas y los osos pardos en nuestro salón. Gracias Félix.
Pues a mí me encanta decirlo, «dejo mi trabajo, voy a ser adiestrador».
Y es que seguro que, tras esas caras de incredulidad tb hay un punto importante admiración en el mejor de los casos, y de envidia en el resto. «¿Qué haría yo si pudiera elegir?» es una pregunta que no muchos saben responder.
Esto es una realidad, que en mi caso, hace que todo sea mucho más difícil. Debo convencer de que este caso raro de adiestramitis que padezco no es malo ni contagiable. Pero soy un tío positivo y me auto-ayudo en creer que solo quiero tocar las nubes…
Hola Carlos,
Siguiendo un poco con esta línea del desconocimiento de este mundo del adiestramiento, uno de los problemas con los que yo me encuentro y que me gustaría compartir contigo es el siguiente, yo estoy realizando un curso de monitora de adiestramiento básico de 150 h., el tema es que si bien es verdad que tenemos horas tanto prácticas como teoricas, me encuentro que me falta mucho para llegar a ser una buena profesional y que no se como hacerlo para poder adquirir esa experiencia de forma paralela a la formación que estoy recibiendo. Es decir, en otras especialidades la gente sabe donde echar curriculums para hacer prácticas, o donde ir de manera voluntaria para aprender herramientas relacionadas con su formación,… pero para las personas que estamos entrando en el mundo del adiestramiento ¿que consejos nos darías para que podamos adquirir mas conocimientos y experiencia práctica?
Un saludo y gracias
En primer lugar agradecer a todos los comentarios, se ve que esto está lleno de «locos» de los perros, eso es buena cosa.
Ana, con respecto a tu comentario, decirte que si estás recibiendo una buena formación es normal que te genere algo de vértigo el empezar a adiestrar, si quieres realizar más prácticas que las que incluya la formación que estés cursando puede ser una buena opción hablar con la entidad que la imparte para ver si ofrece programas de prácticas, si no es así siempre puedes trabajar con tu perro.
En todo caso, si la formación es de calidad, puedes empezar a trabajar sin necesidad de estas prácticas, pues las del curso serán suficientes para aplicar los conocimientos expuestos, debes adecuar el perfil de tus clientes a tu experiencia (aceptar sólo obediencias sencillas) y también asumiendo tú el coste de las sesiones de más que sean necesarias para compensar fallos de inexperiencia.
Hola de nuevo, solo para empezar agradecerte el hecho de que me hayas respondido. Si te soy sincera cuando te escribí lo hice un poco probando suerte, no porque desconfiase de ti concretamente, sino porque pensaba que igual estas cosas de pregunta y respuesta no son tan rápidas como a una le gustaría, pero he visto que sí. Tambien te diré que por no tener no tengo ni facebook (llámame boronilla o excluida social)con lo cual esto de las redes sociales, a nada que haya un poco de feedback me alucinan. Además decirte que me alegra mucho no sólo pensar que tu respuesta me puede ayudar como consejo, que voy a tener muy en cuenta, sino porque he visto que alguien reconocido en este ámbito, se toma la molestia de ayudar a la gente que quiere entrar en este mundo. Muchas gracias