Refuerzos REFERENCIALES versus Refuerzos CIEGOS o PSEUDOSUPERSTICIOSOS
Los refuerzos deben diferenciarse según la capacidad de prospección y control del entorno que aportan al perro, porque afectarán a su manera de ver el mundo, de sentir que lo comprende, más allá de su efecto sobre la conducta.
El aprendizaje REFERENCIAL potencia la capacidad de prospección del perro y le aporta control del entorno. El aprendizaje CIEGO merma la capacidad de prospección del perro y le vuelve reactivo al entorno.
Transcripción
En adiestramiento cognitivo-emocional, en trabajo cognitivo-emocional, es una premisa fundamental el tener en consideración que los perros tienen objetivos mentales hacia los que se dirigen. Es decir, no son máquinas de ensayo y error que van únicamente aprendiendo conductas según las consecuencias que les aporta el entorno, sino que prevén los objetivos que pueden obtener con su conducta y se dirigen hacia ellos de forma voluntaria y prospectiva.
Consecuentemente existen dos tipos de refuerzo, según el perro pueda prever la relación causal entre su conducta y la aparición del refuerzo o no pueda preverla. Los primeros, aquéllos en los que el perro puede prever que con su conducta va a hacer aparecer el refuerzo, que el refuerzo es una consecuencia de cómo ha modificado el entorno, les llamaremos refuerzos referenciales. Por ejemplo, éste sería el tipo de refuerzo cuando el perro va a abrir la basura. El perro ya está previendo que va a obtener un trozo de comida que supone que está dentro. El perro, su conducta se dirige hacia el objetivo mental de conseguir la comida que está dentro.
El otro tipo de refuerzos, en los que le perro inicialmente no puede prever, no puede proyectar que van a aparecer a consecuencia directa y causados por su conducta, son los que llamaremos refuerzos ciegos o pseudosupersticiosos. Cuando empezamos a enseñar a un perro a sentarse, cuando pedimos al perro que realice conductas novedosas, y le premiamos, ya sea con un trocito de comida, ya sea clickando y después dándole comida, estamos usando refuerzos ciegos o pseudosupersticiosos. Porque el perro no puede proyectar, no puede suponer que al hacer esa conducta va a aparecer la comida.
Si nos fijamos, las diferencias principales conceptualmente entre los refuerzos referenciales y los refuerzos ciegos o pseudosupersticiosos son, que los refuerzos referenciales son, primero, conceptuales, es decir, que el perro comprende lo que está haciendo y comprende hacia qué objetivo se dirige; por tanto tienen una relación causal.
Sin embargo, en los refuerzos ciegos, el perro debe aprender que van a aparecer a consecuencia de su conducta. Entonces, tienen solamente una correlación, el aprendizaje no es conceptual sino estadístico. El perro puede prever, por experiencias anteriores, que va a suceder esta aparición del refuerzo, pero sin entender exactamente el porqué, sin que su conducta sea la causa directa. Aprende una correlación que estadísticamente hace interesante dar su conducta para que aparezca ese refuerzo cuya aparición no entiende muy bien.
Es muy importante tener en consideración que según empleemos en nuestro entrenamiento refuerzos referenciales o más refuerzos ciegos o pseudosupersticiosos, vamos a cambiar la manera del perro de entender el mundo y de sentir que tiene mayor o menor control sobre él.
Cuando usamos refuerzos referenciales el perro es prospectivo, entiende lo que está haciendo y dirige su conducta a un fin; el perro adquiere un mayor control de su entorno. Por el contrario, cuando estamos usando refuerzos ciegos o pseudosupersticiosos, el perro depende de una serie de contingencias que no comprende y que únicamente recibe casi como, realiza un baile divino con su conducta esperando que el dios del refuerzo conceda en ese caso la aparición de algo que le interesa.
En un caso el perro está haciendo un trabajo activo de comprensión de su entorno, mientras que en el otro caso, y por eso se llama pseudosupersticioso, el perro no comprende su entorno sino que realiza las conductas como rituales que le traerán consecuencias, buenas o malas, según sean unas u otras, pero sin sentir que está gestionando activamente su entorno.
Por todo lo anterior, para hacer un trabajo que le dé al perro una sensación de control del entorno, una sensación de empoderamiento de la situación, de la situación que le rodea, debemos incluir, aunque nos exija un poco más de esfuerzo, mental y de trabajo, debemos incluir en su entrenamiento una gran mayoría de reforzamiento referencial, y dejar el reforzamiento ciego para casos puntuales en los que no nos sea posible darle referencias claras para llegar hasta la conducta deseada.
El reforzamiento referencial es la herramienta para que el perro comprenda su entorno y se empodere de él. El negárselos, hace al perro reactivo a nuestro trabajo, dependiente de nosotros y merma su condición de individuo autónomo, con personalidad propia y entidad propia en el mundo, con capacidad para interpretar el mundo e interactuar con él.
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